Gareth Bale comenzó su carrera siendo un jugador precoz. El galés, aún en edad juvenil, ya era una de las estrellas del Southampton que militaba en la segunda división británica. Debutó con los ‘Saints’ a los 17 años, y antes de cumplir los 18 ya era indiscutible en el equipo. Por aquel entonces jugaba de lateral, y ya ocupaba un rol muy importante en el equipo. Desde esa posición de lateral izquierdo, Bale hacía gala de su gran zancada, potencia y velocidad.

Su vocación ofensiva le hacía llegar a zonas peligrosas en numerosas ocasiones, lo que se trasladó en buenas cifras. Su zurda era un cañón en el disparo y un guante en el centro. Con 18 años, y jugando de lateral, Bale anotó cinco goles y repartió once asistencias en 38 partidos. Su gran temporada con el Southampton le valió para fichar por el Tottenham, quien pagó una gran cantidad de dinero por un jugador que aún no había debutado en la Premier, pero que apuntaba muy alto. En Londres tardó en adaptarse y tuvo un rol secundario durante sus primeros años. Comenzó como lateral, siempre con vocación ofensiva, y jugó 12 partidos en su primera temporada. Su participación fue en aumento, al igual que su rol en el equipo y sus números. Con 20 años Bale ya jugaba muchas veces como extremo en lugar de lateral, y eso acrecentó aún más sus cifras, al igual que el rol, mucho más importante.

Bale explotó de la mano de Villas-Boas

Su explosión definitiva se produjo en la temporada 2012/2013, cuando Villas-Boas cambió su posición en el campo y le otorgo un rol fundamental para su equipo. Bale pasó de ser un extremo rápido e irregular a un mediapunta con total libertad de movimientos por el campo. El técnico portugués le dio galones, lo ubicó por detrás del delantero y Gareth se salió. Anotó 26 goles y repartió 15 asistencias, cifras que le valieron para que, con 24 años, fuera nombrado mejor jugador de la Premier. Fue entonces cuando el Madrid se lanzó a por su fichaje, el fichaje de un jugador ya asentado en el primer nivel, pero también un gran futuro por delante, un futuro como uno de los mejores jugadores del mundo, pues en el fútbol se demandan goles, y Bale, en su zurda tiene muchos.

Irregular etapa en el Madrid de Ancelotti

Florentino pagó unos 90 millones por un jugador que acababa de explotar y se lo entregó a Carlo Ancelotti, quien en dos años no fue capaz de sacarle todo su jugo. Parte de culpa la tiene el técnico italiano, pero otra gran parte es del jugador galés. Ancelotti siempre lo mantuvo en su once titular, ubicándolo como extremo derecho. Desde ahí, Bale tenía libertad de movimientos para merodear el área y llegar a ella. No era el rol principal que había tenido anteriormente en Londres, pues ese estaba destinado para Ronaldo, pero sí tenía un rol importante en el equipo, el de secundar a la gran estrella del equipo y liderar a sus compañeros en ausencia de este.

En su primera temporada dejó un juego irregular, pero muchos goles - algunos de ellos muy decisivos- y muchas asistencias. En esa primera campaña en Madrid marcó 22 goles y repartió 17 asistencias, unos números muy similares a los que había conseguido un año antes en Londres, y que le valieron el reconocimiento de todos, pues llegó a última hora en el mercado de fichajes, sin realizar pretemporada y con molestias físicas que le impidieron jugar durante sus primeros meses en la capital de España. Pese a ello, su rendimiento, a pesar de ser alto, no alcanzó el pico que había logrado en el Tottenham. Bale había sido muy importante para el equipo, pero daba la sensación de poder dar un poco más, sobre todo tras ver lo que fue capaz de hacer en la Premier hace solo un año.

En la pasada temporada su rendimiento bajó un poco más, pasando a ser muy decepcionante. Bale jugó siempre, contando con la absoluta confianza de Ancelotti, quien nunca dudó de él. Pese a ello el rol de Bale cayó un par de peldaños, pasando desapercibido en muchos partidos. Bale marcaba goles, pero menos, Bale dio asistencias, pero menos, Bale fue importante, pero mucho menos. Ronaldo, la estrella del equipo, tuvo un bajón de juego, rendimiento y goles durante varias semanas en las que Bale pasó igual de desaparecido que su compañero portugués. Llegaron los partidos importantes y Bale seguía sin responder, por lo que se le empezó a exigir que defendiera. “Si en ataque está desaparecido por lo menos que ayude en defensa” pensaron muchos. Bale, pese a su pasado, es delantero, por lo que la tarea de sumar en defensa tampoco le fue bien.

Benítez le dará un rol más importante y mucha libertad

Esta temporada, con la salida de Ancelotti, la llegada de Benítez y con su tercera campaña en el horizonte, a Bale se le agota el tiempo si quiere triunfar en el Madrid. Rafa necesita a un Bale participativo, que cambie el chip, se active y sea igual de resolutivo que cuando vestía la camiseta del Tottenham. Es por ello que Benítez le dará un rol muy importante en el equipo. Bale jugará con más libertad, más centrado y donde se siente más cómodo. En el primer amistoso de pretemporada Benítez ubicó al gales en la mediapunta, y este respondió jugando un gran partido. En el 4-2-3-1 podría entrar por las dos bandas y por el centro, pero siempre con libertad, mientras que en el 4-4-2 sería delantero, igualmente con total libertad.

El rol de Bale cambiará en la presente temporada, uno con más poder, pero también con más responsabilidad. A Benítez no le temblará el pulso para sentarle si su rendimiento es similar al de la temporada pasada, por lo que Gareth está ante una gran oportunidad de ser la bandera presente, y también futura de este nuevo Real Madrid. Bale tiene calidad de sobra para mostrarse al mundo, para ser diferencial y para suplir a Ronaldo como el estandarte del Madrid del futuro. Fútbol ya tiene, solo deberá cambiar su actitud y escuchar los sabios consejos de Rafa Benítez para alcanzar la gloria. El Madrid le espera.