Salió el Madrid al Allianz Arena como si de un partido de la jornada 20 de Liga en el tercer año de Benítez al mando de la nave blanca se tratase. El conjunto merengue, con un equipo de gala, se merendó al Tottenham durante los primeros 45 minutos, y todo bajo los conceptos que intenta inculcar Rafa Benítez. Los pupilos del ex entrenador del Nápoles ‘estudiaron’ para el examen y sacaron muy buena nota. Tras el mal partido ante el Milan, los blancos repitieron su habitual esquema (4-2-3-1 en ataque que se transforma en 4-4-2 o 4-4-1-1 en fase defensiva). El qué hacer con balón y sin él estuvo muy claro desde el primer minuto.
Sin él Jesé encabezó la presión cuando el Tottenham iniciaba desde atrás. El canario contagiaba a los demás y Bale e Isco o James le acompañaban. Si esa primera línea de presión era superada, los interiores (Isco o James) replegaban y se unían a Kroos y Modric para formar una línea de cuatro por delante de la defensa. Bale y Jesé formaban pareja de delanteros en ese repliegue, tapando cada uno un lado del campo además del posible pase interior. Conforme el Tottenham avanzaba el equipo retrocedía y Gareth se hundía un poco más, dejando a Jesé en punta dentro del 4-4-1-1. De esta manera el Madrid comenzó el partido presionando muy arriba, para pasados los primeros del partido bajar un poco más su repliegue. Antes de ello los blancos habían dominado a su rival. Jesé se movía por todo el frente del ataque, daba apoyos e incordiaba a la zaga londinense con sus desmarques. El canterano fue la punta de lanza del equipo y en sus botas estuvieron las primeras y más claras ocasiones de gol del partido. Benzema, lesionado, comienza a temer por su puesto, pues el Jesé aprieta y devuelve la confianza de Benítez a base de muy buenos partidos. El canario finalizaba mientras Isco y James jugaban. Especialmente fino estuvo el malagueño, muy móvil y cómodo partiendo desde la izquierda. Isco se asoció en banda con Jesé y Marcelo, y un poco más por dentro fue el enlace entre la pareja Kroos-Modric y el resto de atacantes. James, en el lado contrario, tenía un comportamiento diferente, pero su posición estaba más centrada y más adelantada, pues Danilo dio más amplitud por su costado que Marcelo por el suyo.
El Madrid dominó primero a través de su ataque posicional, creando peligro y maniatando a un Tottenham que primero no podía salir bien de su campo y segundo no llegaba con claridad al área de Casilla. Tras los primeros minutos de asedio blanco, el Madrid retrocedió unos metros y cedió ligeramente la posesión a su rival. En el Tottenham emergía la figura de Eriksen, pero el dinamarqués estuvo muy solo. Lamela apenas apareció y Kane estuvo muy solo. El Madrid de esta forma ganó espacio para las carreras de Bale y Jesé, que siguió de dulce durante toda la primera parte. En esos minutos de repliegue y cesión de la posesión, el Madrid mostró su solidez defensiva. Muy ordenados con dos líneas de cuatro muy juntos por delante de Kiko Casilla, los blancos apenas sufrieron. El trabajo de Benítez sigue viéndose, sobre todo en la fase defensiva, donde el equipo apenas concede ocasiones de gol, mostrándose como un equipo sólido y al que cuesta hacerle una ocasión de gol.
El Tottenham domina el balón, el Madrid el partido
En la segunda parte el guión no cambió mucho. El Madrid, con el marcador a favor, continuó con su repliegue medio que fue intenso en muchas fases del segundo tiempo. Jesé y Bale ya no presionaban sino que solo tapaban líneas interiores de pase. El Tottenham tenía el balón y lo manejaba con mucha comodidad, pero en campo propio. Al pasar a de la divisoria, las dos líneas de cuatro que plantaba el Madrid eran demasiado para la lenta circulación del conjunto londinense. Casemiro tomó el relevo de Kroos y añadió más kilómetros aún, ayudando mucho a Danilo y tapando con sobriedad su zona. Igual hizo Lucas Vázquez por la banda derecha. Mientras, Jesé y Bale seguían corriendo, tapando líneas de pase y sin apenas tocar balón. El Madrid se diluyó ante dicha tesitura, no logrando apenas conectar con Isco ni Lucas, ni estos con Jesé y Gareth. Los blancos no daban dos pases seguidos y casi siempre fallaban el penúltimo pase, por lo que el partido se convirtió en un monólogo: el Tottenham tenía el balón y el Madrid defendía, pero sin sufrir. Tras esto, con la salida de Illarra y sobre todo de Asensio, el conjunto blanco dio un paso hacia delante. El Tottenham, que apenas había inquietado a Kiko Casilla, desesperó después de chocarse una y otra vez con un muro y cedió ante un nuevo empuje el Madrid. Illarra y Casemiro conectaron con Danilo, Asensio y Lucas Vázquez, y el Madrid creció a partir de esas conexiones y de las asociaciones de dichos jugadores por banda derecha. Las acometidas del Madrid duraron poco y el monólogo volvió a ser de los hombres de Pochettino. Bentaleb movía al equipo, quien entró sobre todo por banda izquierda, por donde Rose subía y Kane caía. Pese a ello el Madrid seguía sin sufrir y terminó por matar el partido. Pese a que el Tottenham se abrió mucho durante la segunda parte, el conjunto blanco no cazó prácticamente ninguna contra. Un rechace puso el balón en los pies de Bale, quien tuvo espacio para conducir y disparar desde fuera del área y terminar de matar el partido.
Madrid sólido y compacto, pero con poca iniciativa
El conjunto blanco brilló durante los primeros minutos de partido y cuajó una gran primera parte en la que tuvo más el balón, lo movió con velocidad y criterio y llegó al área del Tottenham. Durante esa fase del partido el Madrid presionó más arriba, pero tras ir por delante en el marcador pasó a un repliegue medio e incluso intenso en muchas fases del partido. El balón fue para el Tottenham, quien no pudo romper el muro que fueron las dos líneas de cuatro por delante de Kiko Casilla. Con balón el Madrid estuvo impreciso y apenas enlazó alguna cadena de pases. Jesé y Bale –los delanteros- apenas tocaron bola durante la segunda parte.
Jesé e Isco vuelven a destacar
El canterano y el malagueño fueron una vez más los dos jugadores más destacados del conjunto blanco. Isco arrancó desde la izquierda, desde donde creó peligro, se asoció y asistió. Jesé fue el delantero centro y aportó mucha movilidad, trabajo sin balón a la hora de presionar, además de ser un incordio para la defensa londinense durante los primeros minutos con su movilidad y desmarques de ruputra.