El Madrid nunca ha descendido a segunda división. El Sporting se estrena en la máxima categoría tras varios años de jugar en la Liga Adelante y estar cerca incluso de desaparecer. Así se explican los primeros minutos de partido en los que los hombres de Abelardo pasaron por encima de un Madrid que no encadenaba dos pases seguidos. El Sporting, empujado desde la pizarra por su técnico y moralmente por su afición, salió con el bloque muy arriba, presionando tras pérdida e instalándose en campo rival con mucha facilidad. El dominio local no duró mucho, pero elevó la moral de los pupilos de Abelardo y dio más aliento aún al público. Tras esos primeros minutos el Madrid encontró salida por su flanco izquierdo con Ramos y Marcelo, pero también por el carril central y el derecho, donde Bale e Isco –que intercambiaban posiciones- daban apoyos a Modric y Danilo. El Madrid intentaba potenciar y darle velocidad a las transiciones defensa-ataque, pero se precipitaba en exceso. Isco estuvo muy hiperactivo, pero fallón. Bale y Jesé dieron muchas alternativas y opciones a sus centrocampistas, pero casi siempre que recibían era para meter una marcha más y acelerar el ataque. Esto hizo que el Madrid se alargara, puesto que no daba tiempo a los hombres de segunda línea a llegar a acompañar la jugada, por lo que el Madrid se partió y le dio al Sporting aire y muchas jugadas de ataque con superioridad numérica. El Sporting siguió jugando con mucha intensidad y apretando, buscando atacar rápidamente, pero ya lo hacía unos metros más atrasado, con un repliegue medio-bajo,  con dos líneas de cuatro muy juntas por detrás de Guerrero y Sanabria, que intentaban presionar, pero con la ayuda de los mediocentros más alejada que en esos primeros minutos.

El Madrid tuvo muy lejos a sus líneas durante la primera parte

El Madrid comenzó así a atacar, con Marcelo, Kroos y Modric creando y encontrando por dentro a Ronaldo, Isco y Bale. Cuando el conjunto blanco perdía la bola apretaba, y apretaba mucho. El 4-2-3-1 se transformaba en un 4-4-2 con Bale y Jesé arriba tapando a Bernardo y Hernández. El Sporting así tenía dos opciones, y ambas beneficiaban al Madrid. Balón largo frontal hacia Varane y Ramos o pase medio arriesgado para que Modric y Kroos –de cara- disputaran con ventaja el balón. Pero el Madrid no terminó de presionar bien, y eso, sumado a que cuando atacaba lo hacía muy rápido hizo que el equipo se hiciera muy largo y se partiera. En esa tesitura el Sporting encontró una vía de salida que le dio ventajas para llegar a la zona de tres cuartos del Madrid. Como el conjunto blanco se partía y se hacía largo, el Sporting tuvo mucho hueco por dentro y muchos apoyos. Cada jugador local tenía siempre a, al menos, un compañero cerca para verticalizar el juego. Lora hacía mucho daño por la izquierda, apoyado en Carmona y haciendo en multitud de ocasiones un dos contra uno a Marcelo, que se vio desboradado y muy solo. Ronaldo, Bale y Jesé se turnaban para tapar esa banda, pero ninguno ayudó en exceso a su lateral. El Sporting llegó, pero le faltó el penúltimo y último pase. Las posesiones en campo rival se sucedían, pero Keylor apenas tuvo trabajo. Sí lo tuvieron Ramos y Varane, quienes apagaron muchos fuegos.

El Madrid mejoró mucho en la segunda parte, pero le faltó acierto

En la segunda parte el guión cambió, pero no la intensidad del encuentro. El Sporting, con las mismas ganas pero algo menos de gas, replegó unos metros más, pasando a defender más que atacar y a hacerlo en un bloque medio-bajo. El Madrid, sin la asfixiante presión local, sacaba el balón desde atrás con más comodidad. Ramos y Varane encontraban fácilmente a Kroos, Marcelo y Modric, y estos –sobre todo Luka- hicieron jugar al Madrid. Y lo hicieron jugar porque este trío encontró a otro por delante de ellos. Toni, Marce y Modric jugaban a distintas alturas y amplitudes, al igual que Bale, Isco y Ronaldo. El malagueño aparecía más cerca de la jugada, apoyando más en corto, Bale se movía por la izquierda y por el centro, mientras que Ronaldo partía y recibía desde la izquierda, pero también por zonas más centrales tras permutar con Bale. El Madrid tenía el balón, lo tenía en campo rival y lo movía rápido, pero el Sporting estaba muy bien plantado. El 4-4-2 de Abelardo fue un muro casi perfecto que Cuellar perfeccionó cuando el ataque blanco percutía en la defensa local. Conforme pasaban los minutos y Modric seguía creciendo, el Sporting fue replegando un poco más y cediendo metros, hecho que se tradujo en dos aspectos que casi le cuestan el partido. Por un lado, con el equipo local más replegado, el Madrid podía jugar mucho más junto, con la defensa muy adelantada –liderada por un titánico Ramos y perfectamente secundada por Varane- y en campo contrario. Modric tenía más cerca a la línea de mediapuntas, y tras pérdida, el equipo no se partía tanto cuando hacía la presión, que fue uno de los motivos por los que el Sporting creó peligro durante la primera parte. Los minutos pasaban y el Madrid continuaba su asedio liderado desde atrás por Sergio Ramos y en el medio por Luka Modric. Ronaldo se entonó y creó peligro, Bale siguió aportando muchas cosas y Marcelo, Danilo y James dieron poso a la posesión. Sin embargo, Cuellar continuó siendo un muro, el Madrid se estrelló en él y pese a jugar una gran segunda parte no pudo perforar la portería del meta local.

Algunos apuntes del partido

El Madrid atacó con un 4-2-3-1 en el que la línea de mediapuntas tuvo mucha libertad de movimientos. Bale apareció por el centro y por la izquierda, estando muy activo y participativo. Ronaldo comenzó en la izquierda y tardó en entrar en el partido, pero fue de menos a más, entrando por la izquierda, apoyando por el centro y llegando al área. Isco complementó esos movimientos apoyando unos metros más atrás y por los tres carriles, pese a que partió desde la derecha. Jesé fue el delantero centro, pero tuvo un rol más de obrero. El canario cayó a ambas bandas, tiró muchos desmarques y luchó cada balón.

En defensa el Madrid trató de presionar arriba. Bale subía unos metros y se colocaba en horizontal con Jesé para tratar de robar el balón muy arriba. La presión no fue muy efectiva, pero se intentó en muchas ocasiones. Ronaldo a veces permutó con Jesé, quien tapó la banda izquierda en muchas jugadas.

4-4-2 asimétrico en defensa. Danilo, Varane, Ramos y Marcelo formaron la primera línea de cuatro. Isco, Modric y Kroos el comienzo de la segunda. Tanto la primera línea como los tres componentes citados de la segunda se colocaban linealmente (salvo cuando se basculaba a alguna banda). Esa segunda línea era de cuatro, pero asimétrica y con el eslabón izquierdo unos metros más arriba. Ronaldo, Bale y Jesé defendieron por allí, pero siempre lejos de Marcelo, quien tuvo mucho trabajo.