Es un secreto a voces, Gales y Bale están haciendo historia juntos de la mano. País y jugador se retroalimentan, estableciendo una simbiosis perfecta que está llevando al combinado británico a alcanzar cotas impensables si se echa la vista atrás. Hoy el sueño se ha alargado un poco más, como un domingo matutino, y los dragones rojos ya pueden decir que están entre los ocho mejores equipos del continente europeo. Pocos contaban con ellos, pero la verdad es irrefutable, están ahí. Por méritos propios, nadie les ha regalado nada, bueno sí, hace 26 años la ciudad de Cardiff le regaló al que seguramente es ya el mejor jugador de la historia de Gales, Gareth Bale.

Hoy el partido fue una prueba a su determinación y a su mejora en la lectura de un partido sobre el terreno de juego. Irlanda del Norte le había dejado sin espacios en los que poder lanzar su cuerpo veloz y galopante bajo el aliento de todo un país. Bale no entraba en juego, corría y corría pero sin sentir ese bocadito de gloria a punto de ser engullido por su garganta, el defender era lo mínimo que podía hacer. Primero avisó con el que ha sido su truco más aclamado durante esta Eurocopa, el libre directo, pero su disparo seco y poniendo en jaque las leyes de la gravedad fue repelido por el portero irlandés.

En el 75', Bale contribuía de forma indirecta en el único gol galés

Se acaba el tiempo, el reloj avanzaba sin prisa pero sin pausa, la prorroga acechaba mientras que las piernas de los 22 jugadores que estaban sobre el terreno de juego pedían al unísono que esa media hora no se llegase nunca a jugar. Y Bale dijo que no, que ya había tenido bastante con la prorroga en Milán, cogió el balón en su anterior ecosistema, la banda izquierda, y con una carrera y un centro tenso y picado provocó que McAuley introdujese el balón en su propia portería. Y se acabó, no pasó nada más, bueno si que pasó, que Gales se metió en cuartos y parece empeñada en romper la historia y hacer de lo utópico algo lógico. Bale se lo empieza a creer más que nunca y los aficionados confían en él con todo.

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Sobre el autor
Juanfran Moreno Marcelo
Periodismo en la Universitat Rovira i Virgili. Intentando hacerme un hueco en esta profesión de ensueño.