Jagoba Arrasate lo había pronosticado en las declaraciones previas al encuentro de esta tarde. El de Berriatua había adelantado que Carlos Vela estaba volviendo a su mejor versión, que estaba entrenando bien, que el descanso le había beneficiado mucho y que volvía a ver al mexicano con mucha chispa. Y no se equivocó, describió a las mil maravillas al Carlos Vela que se ha visto hoy en el cesped de anoeta.
Saltó al cesped con una actitud y una chispa desconocidas en los últimos partidos, motivado, rápido y desequilibrante, y ya para el minuto 5 había provocado tres situaciones de gol, incluso logró perforar la meta de Yoel pero Muñiz Fernádez, a instancias del asistente, lo anuló por fuera de juego de Chory Castro.
Carlos Vela, sin embargo, no tardaría en hacer saltar de alegría a la afición, puesto que tan solo un minuto más tarde lograba un gol tan similar al anulado que parecía calcado. Decir, sin embargo, que aún siendo el mexicano el goleadro, el principal mérito fue de De la Bella, quien tras recuperar un balón dentro del área del Celta, volvió a profundizar y centrar un balón raso que Carlos Vela no tuvo más que empujar de disparo seco al fondo de las mallas.
Superioridad blanquiazul
La Real desmelenada, parecía que iba a aumentar su renta en el marcador. Chory Castro, Xabi Prieto, Griezmann, el propio Vela y el debutante Zaldua eran los claros dominadores de las bandas. No encontraban freno a sus arrancadas pero no llegaba el segundo gol y el Celta, en una de sus primeras acometidas lograba empatar el encuentro. De deambular en el campo el equipo gallego pasaba a igualar el marcador en una jugada que Jagoba Arrasate tendrá que visionar y estudiar posteriormente. La falta de tensión de los defensores de la Real en un saque de banda propició un centro que Rafinha, adelantándose al primer palo, aprovechó para batir por primera vez a Bravo.
La Real Sociedad no notó demasiado el golpe, el tono del partido seguía siendo el mismo, la Real Sociedad atacando y el Celta agazapado a la espera de una oportunidad de hacer el segundo y adelantarse en el marcador. Pero como buen sparring, los donostiarras recibían el segundo directo a la mandibula de los gallegos. 5 minutos fueron suficientes para que los dirigidos por Luis Enrique le dieran la vuelta al marcador. Una jugada de Augusto fue culminada por el gallego Álex López, cuando parecía que la Real Sociedad era la gran dominadora del encuentro. El Celta, sin ningún desgaste, con tan solo dos incursiones en el área local, se habían adelantado en el marcador. La dupla de centrales no daba muestras de estar a la altura en todo el partido, era la línea más floja del equipo y en el segundo gol , así como en el tercero, su falta de coordinación como de entendimiento fue más que evidente.
Para entonces Jagoba Arrasate ya había cambiado sus planes y había hecho saltar al campo a Rubén Pardo. El de Rincón de Soto tuvo que sustituir a David Zurutuza en el minuto 37 por problemas en una de sus rodillas.
Segunda parte magnífica
En la segunda mitad, el equipo que entrena Luis Enrique no varió un ápice su estrategia a pesar del resultado y continuó jugando el balón y agobiando la portería de Bravo. Fruto de ello y gracias al enésimo error de coordinación y tensión de los dos centrales de la Real Sociedad, Rafinha aprovechaba un balón en el minuto 57 para batir a quemarropa a Claudio Bravo.
La Real Sociedad había salido con mucho ímpetu de los vestuarios pero este gol había enfriado incluso el ánimo de los aficionados, quienes veían esfumarse las posibilidades de la remontada. El Celta no generaba muchas ocasiones de gol pero sus llegadas se contabilizaban por goles. 100% de efectividad para los hombres de Luis Enrique que de un plumazo habían desvaratado, de momento, las posibilidades de los blanquiazules, no ya de empatar el partido, sino de acortar distancias en el marcador.
Resurrección de Vela
El encuentro parecía que estaba sentenciado puesto que los locales han acusado el golpe, pero en ese instante surgió el Carlos Vela de la noche. Al igual que hiciera contra el Olympique de Lyon, buscó el primer palo en un corner botado por la derecha y su remate, con la colaboración del guardameta y el defensa visitantes, perforó la meta defendida por Yoel, logrando su segundo gol de la noche. Ahí comenzó su recital.
Era el minuto 61 y quedaba un mundo de partido, más cuando el mismo Vela provocaba la expulsión de Fontás y el Celta se quedó en inferioridad numérica.
El desanimo se esfumó de un plumazo, la afición siguió animando, los jugadores se crecieron y el Celta se arrugó, se arrugó demasiado. Los gallegos no superaba el centro del campo y las ocasiones caían del lado donostiarra. Las cabalagadas de De la Bella y Zaldua por las bandas, el juego trenzado entre los centrocampistas y los delanteros fue tan fluido que la Real Sociedad se comenzó a parecer a la del año pasado, imprevisible, eléctrica y con gran capacidad para generar ocasiones de gol. Todo el mundo era consciente que el tercer gol no tardaría en llegar.
Y este llegó en el minuto 78. En una jugada de las tantas que trenzaron durante el partido Griezmann y el mexicano. El francés picó un balón al borde del área que Vela supo con el cuerpo y fusilar al guardameta del Celta. Lo más difícil ya lo habían logrado los donostiarras, empatar un encuentro que se les había puesto muy cuesta arriba.
Fin de fiesta espectacular
En ese mismo minuto 78, cuando la Real Sociedad conseguía empatar el partido, un jóven debutante, lateral del equipo filial de los donostiarras, se llevó la gran ovación de la noche. En una tarea tan difícil como la de suplir a Carlos Martínez, Zaldua superó el examen con nota. Subió la banda como nadie, dobló a los centrocampistas, fue expeditivo en su carril, se atrevió a encarar al contrario y eso le valió llegar al minuto del cambio fundido y con los gemelos muy tocados. Premio a todo ese trabajo fue la ovación clamorosa que los aficionados de la Real Sociedad le brindaron. Tras el partido, Jagoba Arrasate felicitó públicamente al defensor con quien, según el de Berriatua, contará para siguientes partidos.
No fue esta la última ovación de la noche, puesto que tan solo 3 minutos después, cuando Carlos Vela logró el cuarto gol que les daba la victoria, levantaba de sus asientos a los miles de aficionados que estaban en las gradas de Anoeta. Tan solo faltaban 9 minutos para terminar el partido y la Real Sociedad, en este caso Carlos Vela, daba la vuelta al marcador.
Los siguientes minutos sirvieron para que al Celta le entraran las prisas y la Real Sociedad jugara a placer al contrataque, aunque el marcador ya no se movería más.
Gran victoria de la Real Sociedad, que sigue con su racha para asentarse en los puestos de cabeza, y golpe de moral para afrontar el encuentro de Champions League en Ucrania.