Real Sociedad 2014: un juguete roto

El 2014 llega a su fin y con él mueren todas las expectativas que se pusieron sobre un joven entrenador, de la casa, teóricamente capaz de hacer con el juguete que había heredado cosas muy grandes, incluso más grandes que las que había conseguido su antecesor Philippe Montanier.  Jagoba Arrasate, tal como llegó se fue, quizás con más ruido que con el que arribó en la Real Sociedad, pero a su paso dejó un equipo roto y desencajado.

Real Sociedad 2014: un juguete roto
Real Sociedad 2014: un juguete roto (Fotomontaje: Jaime Del Campo / Adrián Simón)
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Por Iker Estala

Tras mes y medio de haber sido cesado como entrenador de la Real Sociedad, la sombra alargada de Jagoba Arrasate sigue siendo un peso demasiado grande para un equipo que se encuentra hecho jirones. Ni la llegada de David Moyes, ni la recuperación de algunos jugadores que en temporadas anteriores han sido claves en los buenos resultados y juego de la Real Sociedad han servido para levantarse a un equipo que está desanimado, cabizbajo, sin fuste y, lo más preocupante, sin capacidad de jugar al fútbol y generar ilusión entre sus aficionados.

Los aficionados se preguntan qué es de aquella Real Sociedad que jugaba como los ángeles, de memoria, aquel que se clasificó de forma tan brillante para la Champions League. Su equipo había perdido el rumbo, no sabía dónde estaba el norte y lo peor de todo ello era que su entonces capitán del barco, Jagoba Arrasate, no estaba capacitado ni tenía la solvencia suficiente para enderezar un rumbo que ponía camino a un horizonte muy oscuro, la Segunda División.

Un equipo sin rumbo y sin garantía de cambio

La Real Sociedad estrenó 2014 con un currículo envidiable. Aún conservaba el espíritu de la temporada pasada y a pesar de comenzar a dar muestras de agotamiento, encadenó en las primeras 25 jornadas de Liga, doce victorias, siete empates y seis derrotas. Números que de mantenerlos le llevaban de vuelta a la máxima competición europea.

La marcha de Illarramendi , posteriormente, de Griezmann y Bravo hicieron mucho daño a la Real

Eso era en lo que soñaban los aficionados. A pesar del relevo en el banquillo, a pesar de haberse ido Asier Illarramendi, uno de los faros del conjunto txuri-urdin, la Real Sociedad estaba capacitada para volver a repetir la gesta y llevaba una racha de resultados que certificaban lo posible del objetivo.

Lamentablemente, la Real Sociedad vivía de rentas, de las rentas que daban sus dos jugadores franquicia: Carlos Vela y Antoine Griezmann; y claro, la crisis de resultados y de juego se evidenció tras el gran triunfo conseguido frente al Barcelona (3-1). Una victoria contundente que fue el epílogo del buen juego y de la capacidad de un equipo de hacer fútbol.

A Jagoba Arrasate le prorrogaron el contrato por dos años más tras clasificar al equipo para Europa

Justo en aquel partido terminó la suerte de Jagoba Arrasate, aunque ganar a uno de lo mejores equipos del mundo le dio las suficientes rentas como para que su figura fuera reconocida como la mejor para la Real Sociedad y la directiva le obsequiara con una prorroga de su contrato de dos años. Un premio al que no había sido merecedor, principalmente, por la mala recta final que firmó el equipo dejando escapar, primero, la Champions League en beneficio del Athletic Club y, segundo, de los puestos directos de la Europa League. La Real Sociedad volvía a estar nuevamente en Europa y entrenador y directiva lo vendían como un auténtico éxito. No fue tal, la Real Sociedad, tras ese partido frente al Barcelona del 22 de abril, no levantó cabeza y cada jornada se convirtió en una derrota, tanto que de durar la liga dos encuentros más, los donostiarras no hubieran disputado ni las previas de la Europa League.

El bajo rendimiento de jugadores como Carlos Vela o Antoine Griezmann fueron determinantes en el pobre imagen y resultados de los blanquiazules. El mexicano se veía perdido sin la ayuda del equipo mientras que Antoine Griezmann se limitó a cumplir el expediente a la espera de que terminara la Liga, fuera seleccionado para el Mundial de Brasil y su futuro tomara color rojiblanco.

El verdadero Jagoba Arrasate

Tras firmar para dos años, Jagoba Arrasate se hizo con los mandos de la Real Sociedad. Acumulaba un año de experiencia en Primera División y tras fichar a Granero, Canales, Carlos Vela y Alfred Finnbogasson (el máximo goleador de la Liga Holandesa) declaró que a partir de agosto se vería a la verdadera Real Sociedad de Arrasate.

La verdad es que así fue, todo parecido con la Real Sociedad de Montanier había desaparecido y con ello, también, el juego alegre vistoso, cargado de energía que desarrollaban los txuri-urdin por entonces. La Real Sociedad de Arrasate cambió de dibujo y pasó a hacer un rombo; pero un rombo que hizo aguas desde el primer día.

Se apostó por una pretemporada en Inglaterra, la que serviría para preparar los dos encuentros de Europa League ante el Aberdeen y el Krasnodar ruso pero el equipo volvió a fallar en el campo y en la planificación, algo que, después de varios meses, el escocés David Moyes sigue sufriendo e intentando corregir.

Tras ganar al Aberdeen, la Real Sociedad hizo el ridículo frente al Krasnodar y cayó eliminado

Pasó no con pocos apuros la primera previa para caer estrepitosamente en Rusia. La Real era un títere de equipo y, por primera vez, se comenzaron a encender las alarmas ante la inoperancia del inquilino del banquillo, Jagoba Arrasate.

Con un muy mal comienzo en Liga, en el primer partido perdió ante el Eibar en Ipurua, se rehizo con una gran victoria frente al Real Madrid en Anoeta con remontada incluida, pero ni aún así, las cosas cambiaron. La Real Sociedad daba una de arena y cuatro de cal y los puestos de descenso se acercaban jornada a jornada.

Mientras los aficionados cada vez alzaban más la voz, los jugadores, máximos responsables junto al entrenador de la situación que se vivía , defendían a su técnico afirmando que era el entrenador ideal para el equipo. Mientras en rueda de prensa decían esto y añadían que al siguiente lo darían todo; domingo a domingo los aficionados sufrían un juego insultantemente malo de sus jugadores que acumulaban además, una derrota tras otra. Tanto es así que a punto de cerrar el año, la Real Sociedad será el único equipo que no haya ganado esta temporada ni un solo partido fuera de casa.

La directiva se resistió hasta que las evidencias pudieron con su empecinamiento

La directiva se resistía a tomar una decisión drástica y cesar al entrenador pero la realidad es muy tozuda y tuvieron que dar su brazo a torcer y sustituir a un entrenador que dejaba al equipo en puestos de descenso tras el enésimo ridículo en Anoeta, con una moral por los suelos y una forma física muy preocupante para afrontar el resto de la competición.

Asier e Imanol y, por fin, David Moyes

Los fantasmas de la Segunda División comenzaban a hacer su aparición y, quizás por ello, la directiva se tomó muy en serio la búsqueda de la persona que se haría cargo del equipo hasta final de temporada. Mientras Aperribay hacía sus gestiones, Imanol alguacil y Asier Santana, técnicos del filial dirigieron los entrenamientos y un único partido de Liga, el cual ganaron de forma brillante ante el actual campeón de Liga, el Atlético de Madrid de Antoine Griezmann que volvía a Anoeta.

La presentación de David Moyes desencadenó una eforia inusitada entre los medios de comunicación y los aficionados

La victoria en aquel encuentro y la presentación de David Moyes, ex-técnico del Manchester United, supusieron un golpe de ánimo para una afición necesitada de alegrías. El equipo, por fin, parecía que iba a contar con la solvencia necesaria en el banquillo para reconducir un barco que realmente iba a la deriva y necesitaba de alguien con personalidad, que estuviera por encima de los jugadores y sacara todo el fútbol que llevaban en sus piernas.

El entrenador escocés llegó y desde el primer momento quiso hacerse con las riendas del equipo. Desestimó la oferta del equipo técnico que le ofreció la Real Sociedad y mandó a Imanol alguacil al Sanse y se quedó con Asier Santana. Moyes quería un segundo con asecendencia sobre los jugadores y capaz de contagiar la garra que le faltaba en muchos de los partidos a los jugadores.

No contento con ello, Moyes se trajo a un ex-jugador que estuvo a sus órdenes en Inglaterra, Billy Mc Kinley, con una dilataba experiencia en los banquillos como segundo entrenador y capaz de rearmar a un equipo, a unos jugadores, que física y anímicamente estaban bajo mínimos.

Apenas a unos días de cerrar el 2014, David Moyes y todo su equipo siguen trabajando en la construcción de un once capaz de ser sólido y a la vez jugar al fútbol. Su físico es deplorable, no aguantan 90 minutos al ritmo que el escocés quiere y los resultados tampoco están ayudando mucho. Pero poco a poco, el escocés va afinando sus notas y va buscando y encontrando el once ideal capaz de sacar a la Real del pozo en el que se encuentra.

Sus números tampoco son muy tranquilizadores, cinco puntos de 12 posibles pero por lo menos el equipo se muestra mucho más sólido y solvente en defensa. Ahora solo falta que los jugadores den un paso adelante y sean capaces de, además de jugar al fútbol, hacer goles. Le vendrán muy bien a la Real sociedad y, por consiguiente, a ellos mismos.