Los fichajes de la Real Sociedad han causado sensación en este mercado estival, los aficionados txuriurdin por fin están satisfechos con los refuerzos que tanto se habían demandado. Jonathas, Bruma y Diego Reyes permiten soñar y hacer olvidar una temporada propia de una novela de terror. Pero… ¿puede la afición donostiarra soñar más y mejor?

En pasadas declaraciones, Loren Juarros afirmó: “Las tres posiciones que nos había pedido Moyes están cubiertas”.  A falta de saber si esto es del todo cierto, parece claro que la Real se ha reforzado en casi todas sus líneas. La renovación de Rulli asegura que la portería esté a buen recaudo, mientras que la cesión de Diego Reyes permite atisbar una pareja de centrales de más nivel que la temporada pasada.  Y por supuesto la delantera.  Jonathas, Bruma y David Concha refuerzan las tres posiciones de ataque del cuadro realista.

Sin embargo, no ha habido ni un solo refuerzo para la medular. Puede deberse a que Moyes confía en Rubén Pardo, Esteban Granero, Markel Bergara y compañía, pero sí que es cierto que desde la etapa con Montanier el centro del campo de la Real no ha vuelto a carburar de la misma forma. Esas transiciones rápidas entre defensa y ataque, aderezadas con recuperaciones en campo rival se han visto más bien poco en la etapa post Montanier. Es por ello que entre la rumorología que rodea a la Real siempre ha existido un rumor persistente que relaciona a algún centrocampista con la Real Sociedad. Este año toca Illarramendi.

La recuperación del de Mutriku sería un extraordinario refuerzo para dar la puntilla a una plantilla que está completa, pero que con el centrocampista del Real Madrid mejoraría su rendimiento en el centro del campo.  Su ficha y el precio por el que el Real Madrid estaría dispuesto a dejarlo marchar son un problema, por no hablar que desde el club blanco no están muy seguros de dejarlo marchar. Esta parece  ser su última oportunidad en el Real Madrid, si con Rafa Benítez no alcanza el nivel esperado, Illarramendi tendrá que buscar una salida. Ese puede ser el momento idóneo para ofrecer a Illarramendi, un hueco en la plantilla, de donde quizás no debió haber salido.

La cesión de Gaztañaga y la marcha de Gorka Elustondo han dejado un tanto despoblada la posición del doble pivote en la Real. La llegada de un centrocampista de un perfil más físico sería una opción interesante, de cara a dar el último retoque a la plantilla para la temporada 15/16. Hasta el 31 de agosto hay tiempo para fichar, falta por ver la decisión que se tomará.