JOSÉ LUIS MENDILIBAR

Se podría decir que el entrenador del Eibar, José Luis Mendilibar, tiene más experiencia que Eusebio Sacristán como entrenador. La trayectoria del de Arrate comenzó en el 2002 en Lanzarote y tras varios años desempeñando su trayectoria profesional en la segunda división de la Liga española, actualmente es quien dirige al Eibar.

Bajo sus órdenes, el conjunto armero ha demostrado en lo que llevamos de temporada que es un equipo serio que prácticamente se ha asegurado la permanencia a falta todavía de seis jornadas. 

Los de Mendilibar han llegado a ocupar puestos europeos este año y pese al bajón de los últimos encuentros, se puede catalogar de exitosa la temporada del Eibar. 

Si este pequeño club gipuzkoano ha llegado hasta donde ha llegado ha sido además de por el sacrificio de sus jugadores; por el hecho de ser conscientes del equipo que tenían. Su presupuesto y las condiciones de esta Liga apuntaban a que equipos como el Eibar estarían condenados a pelear hasta el final por salvar el descenso. Han sido el ímpetu de sus jugadores y la capacidad de su entrenador a la hora de analizar al equipo rival han sido determinantes para sorprender a todos y realizar un papel más que digno.

La destreza de Mendilibar adaptando lo que sus jugadores pueden ofrecer y haciéndolo efectivo en el juego según el rival, es algo que muchos deberían envidiar. José Luis es un hombre que conoce a todos sus jugadores y sabe lo que quiere de cada uno de ellos en cada partido.

EUSEBIO SACRISTÁN

Del vallisoletano diremos que se ha ido adaptando al equipo. Es de justicia decir que ha heredado a una plantilla que había confeccionado David Moyes, en la que los jugadores estaban inmersos en una espiral negativa en la que nadie sabía lo que había que hacer.

Si hay un ejemplo de que ser entrenador de un equipo de fútbol no es sólo hacer una alineación competitiva, ese es el de la Real Sociedad. Moyes no encajó en el proyecto y cuando fue sustituido, Eusebio asumió una herencia envenenada en la que todo le iba en contra: el enfado de la afición por el juego del equipo, la ausencia de gol, la falta de implicación por parte de los jugadores y un estado de derrotismo que había invadido a todo el entorno txuriurdin.

Nunca se ha caracterizado por ser un hombre que alce la voz, pero pese a las incertidumbres y a las dudas que en un principio despertaba, Eusebio ha demostrado haber dado un giro a esa espiral negativa y haberse hecho con las riendas del equipo.

Cierto es que cuando todo va bien, parece que la motivación en el equipo es más fácil de conseguir, por lo que habría que hacer responsables a los jugadores de la dinámica en la que estaba inmersa el club hace no tanto.

No hay que quitar ningún mérito a Eusebio a la hora de enjuiciar el juego del equipo en las últimas semanas; ya que unas alineaciones que fueron criticadas por muchos antes de comenzar los partidos, fueron las que lograron vencer a Sevilla y FC Barcelona.

La temporada de la Real ha sido irregular y el hecho de coger un equipo a mitad de temporada no es sencillo. Pero parece que pese a todo ello, poco a poco el entrenador ha conseguido encajar en el equipo y conocer a sus jugadores. Conocerles en lo personal y en lo profesional. 

Eso ha permitido que todos los efectivos de la Real fuesen mostrando sus aptitudes poco a poco y así Eusebio haya ido confeccionando los onces en base a lo que cada partido requería

Parece que la plantilla de la Real está contenta y que el entrenador ha logrado adquirir la confianza necesaria para exigir al equipo lo que tiene que hacer en cada partido. Ahora Eusebio construye a la Real y antes asumía lo que tenía. Si la Liga hubiese sido más larga, o si el ex-jugador del FC Barcelona hubiese llegado a Anoeta antes, la temporada de la Real hubiese sido más ambiciosa de lo que ha resultado.

CONCLUSIÓN

En definitiva, se puede decir que ambos equipos tienen entrenadores que analizan a la perfección al equipo rival para poder ofrecer una alineación competitiva que les permita actuar con la mayor efectividad, mientras frenan las virtudes del rival.

La confianza que los jugadores depositan en ellos, se traduce en capacidad de entender lo que el entrenador les pide; algo que es de vital importancia en equipos que por distintos motivos no tienen todo el asentamiento que se debería.

Sin duda este fin de semana Mendilibar y Eusebio ofrecerán un bonito partido en el que la capacidad de sobreponerse al rival será lo que hará la balanza se decante por un lado o por otro.