La Real Sociedad tenía muchas ganas de que llegara este partido, las propias jugadoras aún recordaban el mal partido que jugaron en tierras tinerfeñas y era una pequeña espina que querían quitarse. Y su inicio de partido así lo auguraba, las donostiarras salieron como un auténtico vendaval y generaron innumerables ocasiones de gol en los primeros veinte minutos, aunque ninguna de ellas acabo en el fondo de las mallas. 

Era un fútbol más directo que elaborado, no especulativo, en el que las jugadoras txuriurdin tenían la portería defendida por Noelia Ramos entre ceja y ceja. De haber conseguido algún gol en las innumerables ocasiones que las jugadoras txuriurdin generaron en estos primeros minutos, seguramente, el resultado hubiera sido otro, incluso el guión del partido hubiera cambiado completamente, pero no fue así. La Real Sociedad perdonó y casi lo pagó muy caro ante un equipo que traía la tarea muy bien aprendida.

El peligro de la superioridad

Se mostraba tan superior la Real Sociedad, generaba tantas ocasiones de gol que se olvidó de la contundencia en defensa. No fue relajación, tampoco indolencia, solo que por momentos las donostiarras no se creyeron que el Granadilla pudiera salir de su terreno de juego y generar una ocasión hilvanada en el que lograr el gol. Y se equivocaron, fue la única equivocación que cometieron, pero bastó para que el Granadilla lograra el gol, se adelantara en el marcador y se hiciera más fuerte aún en la clara estrategia que se trajeron a Donostia, esperar, aguantar, achicar y rematar.

La Real Sociedad reaccionó muy pronto y pudo igualar un partido que había tomado un camino peligroso

Por suerte, la Real Sociedad, por mediación de Nahikari García empato a pocos minutos de que las tinerfeñas lograran el gol que las adelantaba en el marcador. Si no hubiera sido así, quizás también estuvieramos hablando de una nueva derrota de las txuriurdin por la contundecia y la ferrea defensa de las chichareras.

La goleadora txuriurdin gozó de innumerables ocasiones de gol antes de marcar el empate pero, en ocasiones, por el gran trabajo de la guardameta Noelia Ramos, y otras por la incomodidad del remate no pudo adelantar a la Real en el marcador. Sandra Ramajo también tuvo su momento en un saque de esquina, pero su remate final fue repelido por el larguero.

Y en esa borrachera de ocasiones estaban las txuriurdin cuando las del Granadilla, en uno de sus primeros ataques estáticos, movieron bien el balón por la banda izquierda de su ataque, conectaron con María José Pérez quien, tras buscar un buen ángulo de tiro, cruzó el balón lo suficiente para que Cristina Cornejo no pudiera hacer nada para detener el disparo.

Trabajo, trabajo y más trabajo

Y ahí comenzó un nuevo partido paras las txuriurdin. El encuentro se convirtió en un reto personal para ellas que, con mucho ímpetu, se volcaron en la portería del Granadilla. Con una María Díaz estelar, rompiendo una y otra vez la defensa vistante con sus internadas por la banda, con una Manuela Lareo que filtraba entre líneas balones envenenados la Real puso cerco a la portería rival y, en pocos minutos ya había igualado el partido. Fue Nahikari quien, esta vez sí, logró superar a Noelia con un tiro raso y cruzado tras una muy buena diagonal que Manuela Lareo vio a la perfección.

El descanso sirvió para tranquilizar los ánimos de ambos equipos y preparar una segunda parte que se preveía muy difícil para ambas. Las de Tony Ayala sabían que si sufrían y aguantaban los primeros minutos de la segunda mitad sus oportunidades llegarían y, las txuriurdin, se conjuraban para cerrar el partido lo antes posible. El empate no era malo para ninguno de los dos equipos aunque buscar la victoria ya era algo personal para las jugadoras de ambos conjuntos.

Volvió a dominar la Real los primeros minutos de la reanudación, volvieron las txuriurdin a gozar de grandes ocasiones de gol, nuevamente en pies de Nahikari García, una auténtica pesadilla para las tinerfeñas. Y volvieron a errar el tiro, ni de tacón, ni de tiro lejano ni de volea, la Real no volvió a marcar.

Las que casi lo hicieron fueron las de la UD Granadilla, quienes terminaron muy fuertes el partido e hicieron, casi, pagar muy caro el falto de acierto a las txuriurdin. Paloma Lázaro y María José Pérez fueron una auténtica pesadilla en el tramo final del partido y protagonistas en cuatro ocasiones en las que las chicharreras pudieron haber marcado gol y llevarse el partido.

Por suerte para los intereses de las de Igor San Miguel, la sangre no llegó al río y el encuentro terminó en tablas y con un reparto de puntos que aunque no deje demasiado buen sabor de boca en las txuriurdin, hace sumar un punto en ese objetivo de mantener la cuarta plaza en la clasificación.