Carlos Lázaro regresa al equipo que le vio crecer después de que Miroslav Djukic le confirmara durante el verano pasado que no entraba en sus planes. A pesar de ello, el talentoso futbolista ha reconocido siempre que se muestra muy agradecido al entrenador serbio debido a la sinceridad y a la claridad que tuvo con él desde el primer momento.

Este hecho propició que el de Medina del Campo se marchara a la SD Huesca, un equipo en el que ha cuajado una gran temporada a pesar de haber perdido la categoría. Aunque aún queda la confirmación oficial debido a los posibles descensos administrativos de otros equipos de la Liga Adelante, un suceso que podría hacer que el cuadro oscense permaneciera en la división de plata del fútbol español. Lázaro ha disfrutado de 2.194 minutos en los 28 partidos oficiales que ha jugado con los aragoneses, dando muestras de que tiene cualidades de sobra para contar con una oportunidad en el proyecto liderado por Juan Ignacio Martínez.

Primeros destellos con la elástica blanquivioleta

El mediocampista se unió a las filas del Real Valladolid cuando tenía 12 años, poniéndose a la entera disposición de los preparadores de las categorías inferiores del club pucelano. Poco a poco fue progresando y avanzando tanto técnica como tácticamente, sobre todo a raíz de su plena disposición para ayudar en tareas defensivas al resto de sus compañeros y a su decisión para incorporarse al ataque. Además, es un futbolista que nunca pierde la posición en el terreno de juego y que puede ocupar cualquier demarcación en el campo, siendo una alternativa de grandes garantías para el equipo del que forma parte.

Después de superar varios contratiempos y de entrenarse cada día con la esperanza de lograr algo grande en el futuro, José Luis Mendilíbar decidió premiarle por la buena labor que estaba desempeñando en el filial del Real Valladolid. Su debut con el primer equipo tendría lugar fuera de su tierra natal, concretamente en los Campos de Sport del Sardinero, en un duelo que los castellanos empataron a uno contra el Racing de Santander. Aquel 17 de enero de 2010 estará siempre en el recuerdo de Carlos Lázaro, quien en más de una ocasión ha señalado que fue uno de los días más emotivos y especiales a nivel personal y profesional.

A pesar de las buenas sensaciones despertadas en dicho choque, el conjunto albivioleta no fue capaz de sacar adelante los numerosos problemas en los que se vio envuelto y contempló con incredulidad cómo se veía totalmente abocado al descenso. El principal detonante fue la inestabilidad que se vivió en el banquillo pucelano, por el que en el transcurso de esa aciaga campaña 2009/2010 acabaron sentándose tres técnicos diferentes: Mendilíbar, Onésimo y finalmente Clemente. Por si fuera poco, el propio Lázaro padeció una lesión de gran gravedad antes de acabar dicho curso futbolístico que convirtió su final de año en una auténtica pesadilla.

Dura rehabilitación y etapa en el Huesca

La lesión que sufrió en marzo de 2010 provocó que permaneciera en el dique seco durante un largo periodo de tiempo, debido a la fractura que padeció en el menisco externo de la rodilla de su pierna derecha. Carlos Lázaro llevaba aquejado unos meses de dicha zona, pero los médicos no lo consideraron de especial gravedad y le dieron el visto bueno para que siguiera compitiendo. Tras el infortunio, estimaron que el jugador tendría que guardar reposo y rehabilitación durante aproximadamente tres meses.

No obstante, el proceso de recuperación se hizo más largo y complejo de lo que se había calculado en un primer momento, provocando con ello que tuviera que ser operado quirúrgicamente un par de veces para paliar posibles efectos perjudiciales en el futuro. La segunda intervención se produjo en octubre de 2011, siendo ésta de estricta prioridad puesto que había que extraerle una pieza de la membrana sinovial a raíz de las constantes inflamaciones que le causaban en su maltrecha articulación.

Después de recuperarse de la lesión más tarde de lo previsto, se tomó la decisión de ceder a Lázaro a la S.D. Huesca antes de finalizar la campaña 2011/2012. El motivo principal que derivó en la salida del canterano vallisoletano fue que su entrenador por aquel entonces, Miroslav Djukic, consideró que el centrocampista no estaba lo suficientemente preparado para militar en sus filas. Aun así, mostró un gran interés en su proyección de cara a que regresara a orillas del Pisuerga a corto o medio plazo.

El destino de Lázaro fue a parar al club oscense, donde ha demostrado a lo largo del último año que es un profesional con una clase y un estilo de juego muy apropiados para formar parte del plantel dirigido por Juan Ignacio Martínez. Después de jugar alrededor de 30 partidos en la categoría de plata del fútbol nacional, siendo una de las piezas fundamentales de las disposiciones de Jorge D´Alessandro durante la mayor parte de la temporada, la dirección deportiva del Real Valladolid ha decidido darle una nueva oportunidad e incorporarle al ilusionante proyecto que se presenta este año en tierras castellanas.

Pese a las positivas cifras que ha sumado en Huesca, el canterano albivioleta no ha podido conseguir que el equipo blaugrana perdiera la categoría, al menos en lo que hace alusión a lo vivido en el terreno de juego. Esto se debe a que algunos equipos que han conseguido la permanencia en el campo, como el Alcorcón y el Lugo, podrían verse condenados a bajar de categoría y propiciar la salvación automática para los pupilos de Pablo Alfaro, quien llega al cuadro aragonés después de firmar una magnífica temporada dirigiendo al Leganés en Segunda División B.

De vuelta a casa

Lázaro regresa este año a la que ha sido su casa durante muchos años, con la intención de hacerse un hueco en los planes tácticos de Juan Ignacio. El contrato que le vincula con la entidad pucelana termina el 30 de junio de 2014, por lo que será imprescindible que el medinense consiga convencer a propios y extraños de su valía y de su buen hacer tanto dentro como fuera del campo.

El jugador ha reconocido varias veces que está muy esperanzado con la idea de volver a enfundarse la camiseta blanquivioleta, por lo que tratará de defenderla a ultranza en todas y cada una de las situaciones en las que el cuerpo técnico deposite la confianza en sí mismo. Tras las buenas sensaciones que ha despertado en su periplo en la S.D. Huesca, desde las oficinas del Nuevo Estadio José Zorrilla han estimado oportuno el hecho de volver a contar con él en la aventura que va a suponer pelear por salvar la categoría de oro del deporte rey en nuestro país.

Carlos Lázaro es un futbolista que no da por perdido ningún balón, que siempre repliega y hace las coberturas a sus compañeros y que sabe sacar el cuero jugado desde la retaguardia esquivando la presión incesante de sus oponentes. Jugadores de la talla de Lluís Sastre, Álvaro Rubio, Javier Baraja o Víctor Pérez seguro que sabrán integrar a la perfección al canterano pucelano en los esquemas tácticos de Juan Ignacio. Talento y juventud unidos en una misma persona, un mediocentro que apunta muy buenas maneras y que tarde o temprano acabará triunfando en el mundo del balompié.

Ficha técnica

Nombre Carlos Lázaro Vallejo
Demarcación Mediocentro
Lugar y fecha de nacimiento Olmedo (Valladolid), 13-11-1990
Altura y peso 1,80 m - 77 kg
Temporadas en el Real Valladolid 4
Partidos con el Real Valladolid 14
Debut 17-01-2010, Racing 1-1 Real Valladolid

Fotos: pucelanos.com // radiohuesca.com // Valladolid Deporte