Javi Guerra reina bajo la niebla

Los pucelanos han conseguido una victoria fundamental en su propio feudo ante un rival directo como es el caso de los hombres de Luis Enrique. Javi Guerra se convirtió en el auténtico artífice del triunfo de los suyos después de anotar las tres dianas que han podido contemplar los espectadores que se han dado cita esta noche a orillas del Pisuerga. Aun así, la rigurosa expulsión de Charles antes de llegar al cuarto de hora de la segunda mitad resultó determinante para el devenir de la contienda a favor de los intereses del bando local. (Foto: R. García-Efe).

Javi Guerra reina bajo la niebla
El Pucela consigue tres puntos que le permiten salir del descenso. (Foto: R. García-Efe).
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Por Pedro Parra

El partido comenzaba con los dos equipos mostrándose mucho respeto, si bien es cierto que los gallegos trataban de mantener el control del esférico con la intención de arrebatarle una de las principales bazas a su rival. Aun así, el manejo de la posesión no era muy productivo debido a la solidez y la fortaleza defensiva que los pupilos de Juan Ignacio Martínez estaban demostrando en el terreno de juego, destacando la incesante presión que los hombres más adelantados del conjunto castellano estaban realizando para impedir la salida de balón sencilla de los jugadores celtiñas.

Los primeros compases del encuentro se sucedieron sin demasiadas incidencias, debido sobre todo a la seriedad de cada una de las dos zagas y la impotencia de los futbolistas más destacados de ambos equipos para generar ocasiones de peligro en las inmediaciones del área de su adversario. El Celta demostraba constantemente su propósito de manejar la pelota para hacerle mucho daño al Pucela en esta faceta del juego, aunque tampoco renunciaba a la opción de salir rápidamente al contragolpe pudiendo aprovechar los errores en la conducción y en los envíos del esférico del cuadro castellano.

El choque estaba siendo un tanto difícil de contemplar, máxime aún teniendo en cuenta el gélido ambiente que se vivía en la noche de hoy a orillas del Pisuerga como consecuencia del infausto horario impuesto por la LFP de cara a la celebración del duelo entre ambos conjuntos. La oportunidad inaugurar para los locales en la contienda llegó a balón parado, después de que Fausto Rossi forzara un saque de esquina al disputar el cuero ante un contrincante. El córner fue botado por Patrick Ebert de forma excepcional, pero Javi Guerra no fue capaz de acertar en su remate cuando la parroquia blanquivioleta comenzaba a animarse en las gradas del José Zorrilla.

Ligero dominio pucelano

Los pucelanos encadenaron una serie de minutos en la que no brillaron por realizar un fútbol exquisito pero sí inquietaron en más de una ocasión a los vigueses. Tres fueron los saques de esquina prácticamente consecutivos que tuvo que lanzar Ebert desde la esquina izquierda del ataque albivioleta, siendo el último de esta tanda el que más peligro supuso para Yoel porque el guardameta celtiña tuvo que salir de debajo de su portería para despejar el cuero, aunque finalmente fue un compañero el que tuvo que sacarle las castañas del fuego y evitar que el Real Valladolid inaugurase el electrónico. Acto seguido fueron los hombres de Luis Enrique quienes se aproximaron al área defendida por Diego Mariño, después de una internada por el flanco diestro de Hugo Mallo que Augusto Fernández no pudo aprovechar como le hubiera gustado.

No obstante, este acercamiento del conjunto gallego fue un mero espejismo que no amilanó a los castellanos en su objetivo de seguir poniendo en aprietos a su oponente, disponiendo de un nuevo córner después de que Daniel Larsson intentara zafarse sin éxito de la marca de su rival. Una vez más, Patrick Ebert fue el encargado de ejecutar el saque de esquina que fue desviado en el primer palo y posteriormente empujado al fondo de las mallas por Javi Guerra, un hecho que le permitía encarrillar el partido al bando albivioleta. Sin embargo, el asistente del colegiado entendió que la acción fue antirreglamentaria y decidió invalidar la jugada, aunque la realización demostró que el gol debió subir al luminoso puesto que la falta que pitó Teixeira Vitienes se llevó a cabo antes de que la pelota estuviese en juego.

El gol debió subir al luminoso porque la falta se produjo antes de que la pelota estuviese en juego

Los siguientes minutos transcurrieron cargados de tensión por parte de ambas escuadras, especialmente en el caso de los locales que se veían claramente reforzados por el apoyo y el estímulo de su hinchada. Aunque fueron los gallegos quienes pudieron beneficiarse de esta situación de alta intensidad en el césped cuando, en una acción aparentemente sin ningún tipo de peligro, Jesús Rueda se confió y midió mal ante la llegada de Charles, que le ganó la partida por velocidad al central extremeño y puso el esférico atrás para que Nolito obligara a Mariño a lucirse al atajar el potente golpeo raso del delantero del Celta de Vigo.

Los celtiñas empiezan a mostrar sus armas

Parece que este suceso motivó a los visitantes con el deseo de buscarle las cosquillas a su rival, intentando constantemente robarle la posesión del cuero para generar varias ocasiones claras que le permitieran tomar ventaja en el marcador. Rafinha daba muestras de la gran calidad que atesora en sus botas cada vez que entraba en contacto con el balón en los pies, ganándole la espalda a la defensa pucelana con un extraordinario envío en largo que Charles cabeceó a la perfección y forzó de nuevo a Mariño a efectuar una estratosférica intervención. Los vallisoletanos quisieron responder inmediatamente a su rival de cara a no perder su protagonismo cerca de las inmediaciones de Yoel, siendo una vez más Ebert el que probara fortuna con un chut lejano que fue mansamente a parar a las manos del cancerbero vigués.

El talentoso extremo alemán del cuadro blanquivioleta era junto a Daniel Larsson uno de los integrantes del plantel pucelano que estaba demostrando una mayor participación y coraje a lo largo del primer acto, principalmente en lo que hace alusión a la faceta de los saques de esquina al tratar de sacar partido de una de las acciones que más rendimiento le está dando en la presente campaña al bando castellano. Pero la oportunidad más clamorosa que tuvo el teutón de ayudar a los suyos a tomar ventaja en el marcador vino en una buena triangulación colectiva del Pucela, donde apareció Rukavina por el costado derecho para escaparse gracias a su rapidez y habilitar posteriormente al '20' del Real Valladolid, quien no pudo conectar con el cuero de forma precisa y cuyo disparo fue blocado sin problemas por el guardameta gallego.

Tras la reanudación, daba la sensación de que el conjunto dirigido por Juan Ignacio deseaba darle algo de tranquilidad y de pausa al encuentro después del intercambio de golpes que se desarrollaron al final de los primeros 45 minutos. El acercamiento inicial de la segunda parte por parte de los castellanos llegó después de una acción colectiva entre varios de los miembros del plantel albivioleta, siendo Omar Ramos el encargado de habilitar a Javi Guerra con un preciso pase en profundidad que no pudo ser aprovechado por el ariete malagueño, quien dio la impresión de no esperarse el envío del futbolista canario.

Los gallegos trataban de contrarrestar las intenciones de los pucelanos de cara a evitar que se viniesen arriba y conseguir mantener al menos la igualdad en el marcador, por medio de una internada por la banda derecha donde Hugo Mallo puso un centro en largo que fue teledirigido a las manos de Mariño antes de que saliera por la línea de fondo. El ex del Villarreal tiró de picardía al sacar rápido en largo y golpear así a Charles en la espalda, quien se frenó en su carrera antes de salir del área y que no pudo hacer nada para evitar que el cuero le golpeara en la espalda. El árbitro consideró que el delantero brasileño hizo ademán de trastabillar el saque del guardameta vigués, amonestándole de nuevo y expulsándole del campo debido a que era la segunda cartulina que veía en el choque. Una decisión bastante rigurosa la que tomó Teixeira Vitienes al mandar directamente al pichichi del curso anterior en la Liga Adelante al túnel de vestuarios.

La expulsión de Charles resulta determinante

La superioridad numérica se preveía que le podía dar un plus al Pucela de cara a afrontar la más de media hora que restaba de confrontación con muchas más garantías que su adversario. Y poco tardaron los castellanos en hacer valer la injusta expulsión de Charles, llevando a cabo una correcta acción colectiva que llevó el esférico hasta el costado diestro, una parcela del terreno de juego donde esperaba Ebert para mirar al frente y colocar el balón a la altura del punto de penalti. Esta zona era ocupada por Javi Guerra, quien bajó el cuero con el pecho y realizó un potente lanzamiento raso haciendo inútil la estirada de Yoel y colocando el 1-0 en el electrónico.

Poco tardaron los castellanos en hacer valer la injusta expulsión de Charles

Esta diana supuso un alivio para el Real Valladolid y un mazazo anímico para las filas de 'Lucho', quien observaba atónito desde el área técnica la majestuosa definición efectuada por el '9' blanquivioleta. Los castellanos mantuvieron el dominio y la posesión de la pelota, aportando una buena dosis de paciencia y de rigor tanto técnico como táctico en cada una de las triangulaciones que sus efectivos plasmaban en el tapete verde del Estadio Nuevo José Zorrilla. Pero el jarro de agua fría para los vigueses iba a ser todavía mayor cuando Carlos Peña, un jugador que atraviesa un fantástico estado de forma en la actualidad, entró por el flanco izquierdo para ejecutar un buen centro desde dicha demarcación que fue aprovechado por Javi Guerra de cara a marcar su doblete en la fría noche pucelana y ampliar aún más la renta de los suyos en el duelo.

A pesar de los dos tantos encajados y de las negativas sensaciones que se desplegaban con motivo de la inferioridad numérica dentro del campo, el Celta de Vigo no se descompuso en ningún momento e intentó beneficiarse de la velocidad y de las cualidades de Santi Mina y de Orellana, quienes saltaron al césped para aportar una marcha más al juego de los suyos en detrimento de Álex López y de Nolito. Por su parte, el Pucela había dado entrada con anterioridad a Óscar en el lugar de Omar, pretendiendo con este cambio aportar una mayor estabilidad en la medular del campo y darle un mayor criterio a la hora de conectar con sus compañeros más ofensivos. Después fue Zakarya Bergdich el elegido para sustituir a Larsson, debido principalmente al enorme esfuerzo llevado a cabo por el sueco durante todo el tiempo que estuvo sobre el campo y que le dejó completamente exhausto.

El cuadro local siguió a lo suyo, conservando la diferencia que había obtenido en el luminoso esperando bien replegado atrás y saliendo sin dudarlo ni un instante al contraataque beneficiándose de la velocidad de sus carrileros y de sus extremos por ambos costados. Bergdich demostró desde que saltó al césped sus ganas de hacerlo bien y contentar a los aficionados vallisoletanos, además de darle motivos más que suficientes a todo el cuerpo técnico para seguir apostando por él en los próximos compromisos que deberá afrontar el equipo castellano. El franco-marroquí efectuó un preciso pase en largo buscando en profundidad a Patrick Ebert, aunque la carrera del alemán fue detenida de inmediato por Aurtenetxe debido al derroche físico que realizó el defensor celtiña por evitar la ocasión albivioleta. Aun así, la acción había sido invalidada por el linier al señalar un inexistente fuera de juego.

Hat-trick de Javi Guerra y éxtasis pucelano

El mazazo definitivo para los vigueses iba a llegar poco antes del final del choque, después de que Óscar viera el desmarque que le tiró Javi Guerra y le enviase el cuero con un magnífico pase que fue aprovechado por el goleador de esta noche para poner la puntilla a su contrincante en la noche de este gélido lunes en Zorrilla, firmando además una brillante actuación por su parte al conseguir un meritorio hat-trick que le situaba con diez dianas en el campeonato doméstico y convirtiéndole de nuevo en el máximo artillero nacional de la Liga BBVA. Juan Ignacio Martínez supo premiar a su pupilo y consideró oportuno que la afición le brindase una más que merecida ovación, dejando su puesto en el campo al angoleño Manucho.

Juan Ignacio Martínez supo premiar a su pupilo y consideró oportuno que la afición le brindase una más que merecida ovación

Los compases finales de la contienda estuvieron marcados por una tangana que se organizó en el círculo central del césped, después de que Óscar se encarara con Cabral y varios jugadores de ambos equipos se sumasen a la melé que se formó en esta parcela del templo albivioleta. De hecho, los dos entrenadores y algunos de sus ayudantes se metieron en el terreno de juego para separar y poner un poco de paz entre todos y cada uno de sus hombres. El trencilla decretó el final del encuentro al poco de producirse este lance, dejando de esta manera a pucelanos y gallegos con quince puntos en la clasificación tras la disputa de las dieciséis jornadas que se han celebrado hasta la fecha. El vital triunfo de este lunes permite a los castellanos salir de los puestos de descenso, mientras que el Celta deberá seguir mejorando su imagen de cara a alejarse de la zona comprometida de la clasificación y poder aspirar a cotas más altas en esta temporada. 

Así lo vivimos en VAVEL.

Fotos: R. García-EFE