El Valladolid se hunde en Granada

El Granada superó al Real Valladolid, en un encuentro que estuvo marcado por la poca intensidad del cuadro pucelano. Los nazaríes derrotaron a un rival directo, dejándole en descenso y con la moral por los suelos. Un choque, en el que el conjunto albivioleta volvió a demostrar las mismas carencias y errores que en jornadas pasadas, y que cierra la primera vuelta con tan solo 16 puntos. Los de Alcaraz, finalizan esta con 23 en una cómoda posición en la tabla. (Foto: Antonio L Juárez | VAVEL).

El Valladolid se hunde en Granada
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Por César Aldecoa Rodríguez

Los Cármenes albergaba un nuevo choque de la zona baja de la tabla, tanto Granada como Real Valladolid arribaban con la necesidad de ganar y finiquitar la dinámica negativa en la que llegaban. Especialmente los locales, ya que tan solo habían logrado brindar dos victorias a su afición en las 18 jornadas anteriores.

Las alineaciones, pocas sorpresas daban. Los nazaríes comenzaron con lo esperado, mientras que los albivioletas dispusieron un once de inicio de circunstancias, debido a las importantes bajas. Víctor Pérez y Rossi, ocupaban la medular, por primera vez juntos desde inicio; mientras que Omar y Bergdich, dos jugadores zurdos, ocupaban las bandas.

Arrancó el encuentro con un Granada decidido a darle una alegría a su afición, concentrado desde el pitido inicial. El Real Valladolid se posicionó en defensa, como acostumbra en sus salidas lejos de Castilla. Pronto se plasmó la tónica que llevaría la primera mitad, pues Brahimi avisó de su peligro pasados los tres primeros minutos, llegando hasta línea de fondo y poniendo un complicado centro que despejó la zaga pucelana.

La presión que ejercía el Granada se veía recompensada, pues el cuadro pucelano apenas hilaba dos pases seguidos, perdiendo en campo propio la posesión del esférico. Con Brahimi y Piti como estandartes, los nazaríes llevaban mucho peligro con las rápidas diagonales de estos; precisamente, el segundo trenzó una jugada personal, marchándose de tres jugadores rivales y disparando desde dentro del área, pero Mariño respondió a la perfección adivinando el lanzamiento.

Sin embargo, los de Juan Ignacio no lograban zafarse de la presión local, y de nuevo los dos hombres más activos de la primera mitad tuvieron la ocasión de recuperar el cuero e intentar un pase en profundidad, pero este no llegó a buen puerto y se fue a córner. A la salida de este saque de esquina, que la defensa pucelana despejó con facilidad, llegó el primer gol de la noche. Un buen centro, sumado a un intento de control de Piti dentro del área, dejó el balón en buena posición a Murillo, que con una espectacular chilena superó a Mariño, ante la pasividad de la defensa pucelana.

Los de Alcaraz encontraban justa recompensa a su ofensiva inicial, y dejaban unos minutos de descanso para que el Real Valladolid tocara en campo contrario, pero sin generar peligro. Tan solo Omar, en una jugada individual, logró disparar, aunque de manera muy desviada.

Mariño, de héroe a villano

Pero el conjunto andaluz no bajó el pistón, y volvió a buscar el segundo con ahínco. Una falta muy lejana, daba la opción a un Piti que nunca dejó de probarlo. Mariño desvió a córner el chut de este, demostrando de nuevo ser un portero de garantías, pero esto se revirtió en tan solo 20 segundos. Fran Rico botó el saque de esquina, y el meta gallego voló para despejarlo, calculando mal y realizando una salida en falso; la cual dejó en boca de gol a Recio que tan solo tuvo que empujarla. Segundo gol de la noche de un Granada que continuaba recogiendo aquello que llevaba sembrado durante el encuentro.

La superioridad del Granada era abrumadora, a pesar de que el Real Valladolid conseguía lo que parecía imposible al comenzar el encuentro, trenzar varias jugadas en campo contrario. Eran los locales quienes más peligro llevaban, con Brahimi como estandarte, que trató una jugada inverosímil cerca de la media hora, gambeteando dentro del área.

Un par de minutos después, se vio el primer disparo pucelano a puerta, obra de Víctor Pérez desde la frontal y con una rosca minuciosa, al que Roberto respondió con una genial estirada, desbaratando cualquier atisbo de remontada. Los últimos 15 minutos de la primera mitad continuaron como quería el Granada, que controló el choque a pesar de no disponer de grandes ocasiones. Tan solo Peña, por banda izquierda, llevaba un mínimo peligro para los pucelanos.

Con ese resultado de 2-0, totalmente merecido, a favor de los granadinos, el colegiado señaló el camino de los vestuarios, tras una primera parte dominada de cabo a rabo por el conjunto nazarí.

Espejismo en la realidad

Tras la reanudación, el Real Valladolid hizo intención de ir a por empate. Adelantando líneas, dispuso de la primera ocasión con un gran centro de Omar que remató Guerra a la red, pero Roberto ya se había relajado al ver que el linier había levantado el banderín señalando fuera de juego. El Pucela se lanzaba al ataque, mostrando que lo sucedido en la primera mitad había sido un error corregible. Larsson y Sastre, dieron aire nuevo al conjunto pucelano, que volvería a chocar con la misma losa.

Jesús Rueda controlaba el cuero en defensa, y fruto de la presión rival, perdía el cuero y daba la opción a Recio de buscar la portería de Mariño. Este no se lo pensó, y tras avanzar unos metros, realizó un disparo seco, a la derecha del guardameta gallego, que nada pudo hacer. Era el tercero en el electrónico, y la tranquilidad para el Granada. Por segundo partido consecutivo fuera de casa, el Real Valladolid daba muchas facilidades en defensa, cometiendo errores que costaron tantos en el pasado, como así fue este tercero.

Los infortunios no terminaban, y Sastre tenía que marcharse sustituido tan solo 15 minutos después de ingresar al campo, debido a problemas musculares. Los de Juan Ignacio reaccionaron, aunque demasiado tarde. Primero fue Guerra quien remató fuera con la testa en un córner, y luego Omar quien disparó alto dentro del área. Larsson cerró el círculo de ocasiones, en el minuto 61, tras la mejor jugada visitante con varios pases precisos dentro de los dominios de Roberto.

El Granada se gusta y disfruta

Los últimos minutos del partido tuvieron un único guion, con el Granada como protagonista. Los nazaríes tomaron el mando, disfrutando con su afición y durmiendo el choque. Brahimi continuaba martirizando a la defensa pucelana, haciendo las delicias de la afición presente en Los Cármenes. A 15 minutos del final, El Arabi realizó una gran jugada individual, disparando desviado desde la frontal. El marroquí buscaba su tanto, y lo encontró.

En un nuevo córner, talón de Aquiles del Real Valladolid, llegó el cuarto. Mainz cabeceó en el punto de penalti y El Arabi remachó en posición muy dudosa. Una jugada que dejó muy enfadada a la defensa pucelana, ya que reclamó falta del central y fuera de juego del delantero granadino.

En los instantes finales, Piti trató de poner el quinto con un disparo desde casi el centro del campo, evidenciando la confianza que poseía el cuadro local. No dio más de sí el partido, cerrándose con el contundente 4-0 que reflejaba el marcador.

Un resultado que deja con 23 puntos al Granada, en mitad de la tabla y recuperando la seguridad y confianza; mientras que el Real Valladolid continúa cuesta abajo y sin frenos, sin soluciones aparentes y de nuevo en descenso. Se cierra así el primer ciclo de la Liga BBVA para los dos equipos, que deja a unos a mitad de camino, y a otros con mucho recorrido aún que completar.

Así lo vivimos en VAVEL.