El partido daba sus primeros pasos con un Villarreal intentando abrir la defensa pucelana. Unos minutos iniciales de tanteo en los que los castellonenses tuvieron un protagonismo mayor. La noticia era el debut de Stefan Mitrovic en la zaga pucelana dada la lesión de Marc Valiente y la ausencia de Patrick Ebert que se autoexcluyó de la convocatoria y hace aumentar los problemas de los de Juan Ignacio, que no son pocos. Los locales, muy imprecisos, buscaban a Rama para que desde la izquierda pudiera llegar a las inmediaciones de Asenjo. Tras un corner botado por Larsson, Óscar se quedó solo frente al cancerbero aunque su mal control le impidió disparar, y la jugada quedaba así desbaratada por Chechu Dorado.

El Valladolid tomaba tímidamente la iniciativa en ataque, llegando por ambas bandas. El juego se volvía más bronco y equilibrado, las faltas no dejaban fluir el juego y el Villarreal podía respirar después del acoso vallisoletano durante los primeros minutos. El partido, lejos de ser un correcalles, provoca estupor al público presente en el Municipal José Zorrilla. El albano-kosovar fue el jugador más destacado de los pucelanos, intentó hacer incursiones por banda que no llegaban a buen puerto. Sin previo aviso, Gio Dos Santos a punto está de perforar las redes de Mariño después de un bonito pase de tacón de Uche. La jugada quedó invalidada por fuera de juego pero a raíz de ella, el Villarreal tomaba la iniciativa mientras el Valladolid frenaba las acometidas visitantes con alguna que otra tarascada.

Los de Juan Ignacio no encontraban fracturas en la zaga de los de Marcelino, que se nota lo trabajada que está. El encuentro seguía sin emoción, ni el Pucela ni el Villearreal tomaban las riendas. Ninguno de los dos contendientes rompía esa igualdad, mala para el submarino amarillo, que esperaba adelantarse pronto, y magnífica para los blanquivoletas, que sin su hombre estrella, Patrick Ebert, estaba dando la cara. Aquino era el jugador visitante que más peligro creaba, aunque nadie sorprendía a los metas. El césped tampoco ayudó a que el juego fuera bonito, de hecho, lo ralentizó pese a que no estaba mojado. Llegado el minuto 40, un saque de falta del italiano Rossi permitió a Jesús Rueda abrir el marcador. Prácticamente sin mirar, el central extremeño giró la testa y puso un balón imposible en la cruceta, dónde Asenjo no podía llegar. El Valladolid, sorprendentemente, se adelantaba en el luminoso con tanto de Rueda, su primer gol en Primera División, celebrado con mucho fervor después de ser duramente criticado en las últimas jornadas.

Jesús Rueda, Uche, y Rubio

La primera mitad moría con el gol. En resumen, unos 45 minutos someramente aburridos, en los que las ocasiones brillaron por su ausencia y las imprecisiones, por su presencia. Comenzaba la segunda parte con los mismos protagonistas. Rossi botaba un nuevo corner que no llevaba peligro, pero que acertó a rematar Rukavina desde la frontal. A punto estuvo de batir a Sergio Asenjo, quién despejó el peligro.

La defensa pucelana estaba muy bien colocada, a diferencia de las últimas jornadas. Parece que la pareja Rueda - Mitrovic funcionaba bastante bien. Guerra apenas apareció y cuando lo hizo, Musacchio encimaba al malagueño, impidiendo que progresase. Fue un partido en el que primaron las acciones defensivas, todas muy acertadas, por cierto.

Mitrovic se fue al suelo y provocó el primer susto a Juan Ignacio, que se vería obligado a alinear a Heinz. El golpe quedó en nada y el flamante defensor pucelano corría de nuevo a su posición. En el 62, Giovanni fue sustituido por Perbet, dado que apenas había rascado bola. El Valladolid estaba mucho más incisivo y llegó con más contundencia al área defendida por Mario, Dorado, Musacchio y Jaume Costa, los saques de esquina fueron el talón de Aquiles de los de Marcelino. La impaciencia lastraba al Real Valladolid, que perdía la pelota de continuo.

El partido se volvió atascado, como en la primera mitad, y Guerra recibió la segunda tarjeta amarilla por parte local después de que Peña viera una por protestar. El Valladolid salió bien a la contra por medio del sueco Daniel Larsson, aunque un defensa del Villarreal despejó sin contemplaciones. Con Pereira y Pina, Marcelino metió toda la dinamita en el terreno de juego aunque ambos equipos no se encontraban cómodos con lo que estaban haciendo. Juan Ignacio permanecía cauto y no cambiaba a ningún futbolista hasta que en el 75, el técnico alicantino se aventuró ha realizar un doble cambio, algo que no es usual en él. Omar Ramos por Rama y Víctor Pérez por Fausto Rossi.

Uche y Rubio

El Pucela seguía asediando a la línea de atrás amarilla cuando Uche, en un contraataque, a punto estuvo de poner las tablas en el marcador. Diego Mariño, salvador, logró atajar la intentona del nigeriano, poco activo en el encuentro. El tiempo corría y los visitantes no reaccionaban, las prisas se hacían notables y las imprecisiones dejaban a la intemperie las defensas de ambos conjuntos, el partido se tornaba vibrante y el protagonismo de las zagas recaía ahora en delanteros y extremos. El Villarreal tocaba muy bien la pelota y comenzaba a hacerse con la posesión, pero seguía sin encontrar la clave para defenestrar la buena pareja que Mitrovic y Jesús Rueda, el goleador, hacían en la tarde de hoy.

Larsson dejaba su puesto a Manucho en el 83, para que ayudara en ataque pero también en defensa, en donde sus centímetros son muy necesarios. Mariño volvió a salvar al equipo después de un fallo clamoroso de Álvaro Rubio y un minuto después, la pareja de centrales albivioletas caeyóal césped después de un peligroso choque que dejó a Rueda con una brecha y a Mitrovic confundido, tendido sobre el verde.

El partido se tornaba accidentado y las asistencias médicas hacían acto de presencia sobre el campo, por lo que el descuento se alargaría. Los jugadores castellonenses, armados de valor, fueron a por la igualada. Perbet y compañía comandaron la remontada aunque se toparon siempre con un muro llamado Diego Mariño.

Los últimos minutos se convertirían en la total anarquía, los defensas y mediocampistas del Villarreal se unieron a por el gol, en vano, ya que Mitrovic estuvo inexpugnable, cual comandante de la zaga morada pese a llevar unos días en la capital del Pisuerga. Aún añadiendo cinco minutos, los de Marcelino no supieron romper la seriedad que los de Juan Ignacio Martínez plantaron sobre el campo. El pitido final sonó, y los locales salen del descenso por el momento, gracias al gol average, a no ser que el Almería gane en su partido y la gracia de los pucelanos sea solo momentánea.

Fuente de las fotografías: EFE