El club albivioleta realizó este miércoles una sesión realmente intensa en el campo de los Anexos al José Zorrilla, donde los jugadores han llevado a cabo un gran esfuerzo para seguir preparándose de cara a llegar en óptimas condiciones al comienzo de la temporada oficial 2014/2015. Los pupilos de Rubi demostraron en todo momento su intención de hacer un auténtico lavado de imagen en comparación con lo que se pudo comprobar durante la mayor parte del curso pasado, un año en el que los pucelanos tuvieron que contemplar la pérdida de la categoría de oro en el deporte rey a nivel nacional al caer derrotados en la última jornada frente al Granada a orillas del Pisuerga.
La noticia más destacada de la jornada de trabajo del Real Valladolid ha sido la ausencia de Diego Mariño, debido a que el guardameta gallego ha informado al conjunto presidido por Carlos Suárez su deseo de recalar en algún club de Primera División en calidad de cedido, una cláusula que mantenía firmada en el contrato que le unía al cuadro castellano en caso de descender a la Liga Adelante. El míster blanquivioleta planificó un entrenamiento marcado por un enorme despliegue físico de sus hombres, aunque también hubo tiempo para elaborar una serie de pruebas caracterizadas por la progresión de los apartados tácticos y técnicos del juego.
La sesión matutina se desempeñó en medio de un día bastante soleado y caluroso, lo que provocó que los futbolistas se vieran en la obligación de esforzarse al máximo a lo largo de las más de dos horas que duró el entreno. El Pucela regresará al trabajo mañana, jueves 17 de julio, en una doble jornada que se celebrará a puerta cerrada por la mañana (9 horas) y a puerta abierta por la tarde (19 horas). El escenario que acogerá la evolución de los vallisoletanos será el césped de los Anexos, como ya viene siendo habitual desde que se diera por iniciada la pretemporada.