“Banderas blancas y violetas, voces que cantan goles y gestas”. Suena el himno, saltan los jugadores al campo. Bufandas al aire, gargantas unidas, cantan las bellas estrofas de una canción sentida desde el corazón. “El objetivo es la victoria, con grandes triunfos se hace la historia”. Ya se saludan, fuera chaquetas, dentro el alma. No queda nada, va a echar a rodar. “Ponen la lucha, afán y entrega, con ganas buscan la recompensa”. Aplausos, se escucha la alineación. Con el 13, Dani Hernández. Se corea su nombre. Hasta el '9' de Roger. Queda lo mejor. “¡Aúpa Pucela! que esta afición, quiere que seas el campeón”. El balón en el centro, últimos segundos. Comienza el retorno, la vuelta a casa, el regreso al pasado para lograr el futuro. “Salimos a jugar, ánimo a ganar, luchando en buena lid”. Y todos al unísono. “¡Viva el Real Valladolid!”

El escenario fetiche, una tras otra vez se repite. No hace frío, no hay pulmonía. Solo el calor de las gargantas de una afición entregada, que lo ha demostrado en los últimos cursos. Viajar a Zorrilla es pasarlo mal. Pregúntenselo al Real Madrid o FC Barcelona. Esos titan es cayeron, ante el verdadero titán. El conjunto albivioleta.

Un nuevo curso

la afición pucelana ha tenido gran parte de culpa del éxito de su equipo, pero también de alguna de sus penurias, pues no siempre ha estado a su lado. Si bien, las cosas han cambiado. La conexión grada-jugadores es un hecho, a pesar de los malos resultados del año anterior, y la ilusión rebosa hasta del mismísimo cauce del Pisuerga. Rubi, con su estilo y su labia, ha enamorado a una hinchada que ansía volver a celebrar un ascenso.

Foto: Real Valladolid

Para ello, deberá volver a copar las gradas de Zorrilla. Cuestión complicada, pues los abonados en Segunda siempre descienden. Por ello, es menester primero de esa marea fial de diez mil, actualmente nueve mil socios, el levantar al equipo en volandas para después hacerlo caminar entre toda la ciudad.

Parece complicado, comparando el número de socios con los del Real Betis, por ejemplo, que con las cifras cualquiera diría que juega competición europea. Pero, en comparación con otras temporadas en Segunda, la realidad dicta que el número de abonados es mayor. A pesar de ello, aún queda tiempo, y si Zorrilla responde, lo hará el equipo y más aficionados se volcarán con el club. Es la primera convocatoria de la hinchada, que desde temprano se concentrará en los aledaños del estadio, y deberá dar el do de pecho para demostrar que tanto equipo como afición, son de Primera.