Tres puntos, buenas sensaciones y a seguir creciendo

El Real Valladolid se impuso por dos goles a uno a un Mallorca que metió el miedo en el cuerpo al conjunto de Rubi con el tanto de Pau Cendrós en el minuto 64 de partido. El Pucela fue superior en el cómputo global de los 90 minutos, sobre todo en los 35 finales de la primera parte con un André Leao inmenso que canalizó, en todo momento, el fútbol del equipo e hizo que los blanquivioletas tuvieran el control del centro del campo.

Tres puntos, buenas sensaciones y a seguir creciendo
Los jugadores pucelanos celebran el gol de la victoria. (Foto: Real Valladolid).
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Por Alvar Salvador

Primer partido, primera victoria y sensaciones positivas las que dejó el choque ante el Mallorca. Teniendo en cuenta que aún es agosto y que a las 19.00 horas, cuando comenzó el encuentro en el Estadio José Zorrilla, el termómetro marcaba los 30 grados, el Real Valladolid estuvo correcto y se le pudo ver rodado aunque siendo sabedores que existe un amplio margen de mejora. El encuentro ante el conjunto balear era más el último de pretemporada que uno propio de Liga por las circunstancias del calendario, pero eso sí, con tres puntos importantísimos en juego que el Pucela se metió a la buchaca.

Un Real Valladolid superior gracias a Leao

El equipo albivioleta fue superior al Real Mallorca en muchas fases del encuentro. Tras el susto inicial en el primer minuto de partido cuando Pereira se quedó solo ante Dani Hernández, los fantasmas de la temporada anterior sobrevolaron Zorrilla con la falta de concentración y los errores de la Liga pasada en defensa. Sin embargo, en esta ocasión, Marc Valiente estuvo atento y desbarató la intentona bermellona.

Tras el susto y a partir del minuto 10, el Real Valladolid se hizo dueño del partido y, sobre todo en el primer acto, demostró algo que tras el paso de Juan Ignacio Martínez por el banquillo pucelano y la desastrosa temporada pasada parecía olvidado, y es que se puede jugar bien al fútbol.

Con solo cuatro cambios, respecto al curso anterior, al Pucela se le vio saber lo que busca y con las ideas que a los jugadores ha inculcado en este mes y medio su entrenador muy bien aprendidas. Presión constante desde arriba, con Roger en la punta de lanza, entrada por bandas, concentración defensiva y balones a Leao.

El portugués, con el 8 a la espalda, dio un recital sobre el tapete impoluto del Estadio José Zorrilla y parece que este año va a ser la piedra angular sobre la que va a girar el equipo. Con una gran visión de juego y una excelente lectura del pase, el ex del Paços de Ferreira se marcó un partidazo e hizo funcionar la sala de máquinas pucelana a las mil maravillas secundado por un Lluís Sastre que fue su fiel escudero.

Correctos línea por línea

Línea por línea, la escuadra que preside Carlos Suárez estuvo correcta. Mención especial a la portería con Dani Hernández. Sabiendo que el club lo tiene apalabrado con Javi Varas, el venezolano mostró su profesionalidad y si bien hay que decir que tampoco los de Karpin le exigieron al máximo, todo el trabajo que tuvo lo resolvió con solvencia.

La defensa, la misma que la del año pasado con la novedad de Javi Chica en el lateral derecho, estuvo correcta, sin alardes y con el susto tempranero del inicio que Marc Valiente resolvió finalmente. Para choques posteriores, la zaga tiene que solucionar estos problemas, en los minutos iniciales, de concentración para evitar sustos que pueden llevar a goles tempraneros que pongan los partidos cuesta arriba.

En el centro del campo ya se ha hablado de André Leao, que tiene toda la pinta de que puede ser el jugador con mayúsculas de la Segunda División de fútbol español. A sus 29 años, aporta esa madurez y ese toque del que el Real Valladolid carecía, por lo menos, el curso pasado. Junto al portugués, un hombre que parece contar con la total confianza de Rubi, que dejó en el banquillo al capitán Álvaro Rubio y en la grada a Timor, como es Lluís Sastre, criticado en otros partidos por afición pucelana, estuvo bien y está llamado a ser el escudero de Leao.

Por delante, Bergdich aportó la velocidad de siempre, Jeffren estuvo correcto, aunque desacertado con sus tiros desde lejos, y Óscar, aunque participó menos de lo que se le puede exigir a un jugador de su talento, hizo un gol, en fuera de juego, pero que dio los tres puntos al Pucela.

Roger completó un partido soberbio en lo que a lucha y entrega se refiere. Él es el que inicia la presión y obliga al rival a rifar la pelota y acabar siendo recuperada por el conjunto de Rubi. Siempre en constante movimiento, el valenciano da oxígeno y mete en tensión al equipo. La nota negativa la pusieron los cambios. Ni Omar ni Mojica aportaron esa velocidad por bandas tan necesaria para los momentos finales del partido. Ni Álvaro Rubio se encontró cómodo ni sujetó al centro del campo del conjunto de Valery Karpin.

Con margen de mejora y el objetivo de seguir creciendo

Lo importante en el día de ayer fueron, sin lugar a dudas, los 3 puntos que el Real Valladolid ya tiene en su casillero en la clasificación de la Liga Adelante y que espera que sean seis tras su visita del próximo sábado al Estadio Anxo Carro ante el CD Lugo.

El encuentro ante el Mallorca deja, además de la victoria, sensaciones positivas en cuanto al juego y la seguridad que Rubi lleva buscando desde que llegó a su nuevo banquillo, ya que la base para conseguir el ascenso radica en la seguridad defensiva, hay que empezar siempre la casa por el tejadolos cimientos, y un rigor táctico cuadriculado, los goles, ya llegarán.

El conjunto pucelano, al que aún se le ve falto de ritmo por las fechas en las que nos encontramos, tiene aún mucho margen de mejora y con los instrumentos con los que cuenta ahora el técnico pucelano y lo que pueda llegar esta semana en forma de fichajes, el objetivo del Pucela es el de seguir creciendo para lograr el objetivo del ascenso a la Primera División del fútbol español.

Fotos: Ángel Becerra | Real Valladolid