El balón parado como llave maestra

El Real Valladolid, en esta nueva Liga Adelante, se muestra como uno de los equipos que más productividad saca con la pelota parada, pero a su vez, este factor es uno de los detonantes de alguna que otra pérdida de puntos.

El balón parado como llave maestra
Jesús Rueda antes de marcar al CD Tenerife (Foto: Real Valladolid)
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Por Enrique Álvarez Herrero

Con el reflejo de un espejo llamado Atlético de Madrid, Paco González, colaborador de ValladolidVAVEL, ha desgranado de una manera objetiva y con los números en la mano, la cierta similitud del plantel de Rubi con el de Diego Pablo Simeone en cuanto a efectividad a balón parado se refiere y los pocos recursos ofrecidos, con una buena materia prima, en esta faceta del juego la temporada pasada con Juan Ignacio Martínez al frente de la nave blanquivioleta.

Los números de Juan Ignacio

Cuando el técnico alicantino aterrizaba en la capital castellano leonesa, el clima de expectación era máximo. Sus excelentes números en el Levante UD, con clasificación a competición europea incluida, hacían presagiar un año tranquilo y por qué no, superar a un Miroslav Djukic, que aunque se hubiera ido por la puerta de atrás, había dejado un regusto típico de un buen vino reserva en una ciudad en la cual esos caldos gustan y mucho.

Con prácticamente el mismo plantel del serbio, aumentado en figuras como Osorio, Rossi y Jeffren, el trabajo táctico resultaba fundamental. Con peloteros tipo el italiano, el capi Álvaro Rubio, Omar y a la postre un defenestrado Patrick Ebert, las jugadas a balón parado tanto en defensa como en ataque, podrían ser marca de la casa con Manucho, Guerra, Valiente y compañía. Pero nada más lejos de la realidad, este factor clave en el deporte rey, pasaba a un segundo plano.

Desglosando los 38 goles anotados el curso anterior, de primeras, se deduce que la cifra es paupérrima para mantenerse en la categoría. Con una media de un gol por partido, muy lejos no se podía llegar, como así ocurría. De todos esos tantos, 13 fueron a balón parado, 7 de córner, 2 de falta directa (Ebert y Víctor Pérez) y 1 de falta lateral (Jesús Rueda - Villarreal). La cifra significativa es que de las 38 transformaciones, 16 llegaron de cabeza, con un porcentaje del 49,14% en efectividad en los duelos aéreos. A la par que los del Manzanares con un 49,26%.

Rueda y Timor, con sendos lanzamientos de falta, han tumbado al CD Tenerife esta temporada

Los porcentajes descienden cuando se observan que en las acciones con el esférico parado tuvieron una productividad del 7,56%, pero peor aún en faltas laterales, con un nefasto 2,89%. Con la alta efectividad mostrada en forma de remates de cabeza que finalizaban en la red contraria, la conclusión es clara. Poco trabajo del cuerpo técnico de Juan Ignacio en torno a ello, y la duda aunque ya irremediable, es que si el descenso hubiera sido un hecho si esto se hubiera pulido acorde con las características del equipo que preside Carlos Suárez.

Gol de Valiente, a la salida de un córner, el curso pasado (Foto: Linterna de Velasco)

Rubi y su trabajo táctico

Pocas son las jornadas que hasta la fecha el mister catalán lleva ocupando el banquillo albivioleta, pero el cambio en cuanto a productividad se refiere es más que evidente. 9 goles a favor y 5 en contra es la renta que de momento hace que el Real Valladolid, camine en segunda posición empatado a puntos con el líder la UD Las Palmas. Pero esos 14 goles en el casillero pucelano tienen un porqué. A lo largo de los 540 minutos disputados hasta ahora, el pucela ha acometido 75 centros, siendo 9 los correctos.

En teoría un pobre bagaje, aunque en el fondo no sea así. 6 goles han sido dentro del área y dos tantos de falta directa (ambos contra el CD Tenerife). De los 75 centros anteriormente citados, 26 vienen a balón parado de los cuales media docena fueron efectivos. Basándose en estos parámetros y en otros muchos, el equipo obtiene una productividad a balón parado del 12,73%, cifras altas para la categoría, que han descendido del 14,28% antes del partido de El Molinón.

Pena máxima transformada por el Racing de Santander este curso (Foto: Real Valladolid)

En cuanto a las jugadas producidas en bajo el arco defendido por Dani Hernández y Javi Varas, los goles han llegado en el mismo sentido. Ante el RCD Mallorca tras saque de esquina, la derrota en Lugo por una falta lateral, en el choque ante el Racing de Santander desde los once metros, el gol de los canarios de centro en jugada y el último el pasado domingo, de nuevo de remate tras saque de falta. Problema que hay que resolver ya que la media de remates al venezolano es de tres por partido y del hispalense de 1,4. Prácticamente, con nada, al plantel de Joan Francesc Ferrer ´Rubi´ recibe gol. Datos muy relevantes que a favor, son muy buenos, pero que en contra hacen mucho daño. Todavía es pronto pero la regularidad es clave en la Segunda División y mejorando las cifras en defensa y manteniendo las de ataque, el ascenso no es una quimera.

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