El miedo de una tarde de verano

Hace casi exactamente una vuelta el Valladolid caía inesperadamente en Lugo, dando pie a que los más críticos de Pucela comenzaran a hacerse ver. Sin embargo, los pupilos de Rubi han ido dando argumentos de peso para que estos miedos se esfumen y demostrar su candidatura al ascenso.

El miedo de una tarde de verano
El Valladolid recibe al Lugo tras espantar miedos. (Imagen: LFP).
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Por Juan Navarro García

Segunda jornada de Liga Adelante. El Real Valladolid encaraba su primera salida a domicilio después de una sólida imagen traducida en victoria ante el Mallorca, una buena piedra de toque para el inicio de campaña tras la trabajosa pretemporada. El destino, las gallegas tierras de Lugo en un Anxo Carro que recibía por vez primera al Real Valladolid.

El resultado, un 1-0 en el que el Pucela se mostró inoperante y abúlico, como de visita campestre, provocó que las buenas sensaciones mostradas en Zorrilla en este intento de recuperar la categoría perdida se fueran por la borda de ese transatlántico que es la capital de Castilla, que además de por sus nieblas y sus caldos, es conocida por el temor de su gente, la pronta tendencia a la desconfianza y a la sospecha. La era Rubi, ya en competición oficial, supuso que los aficionados pucelanos empezaran a rumiar y apretar las nalgas, que diría el humorista Leo Harlem, temerosos de que el empeño de volver a Primera fuese misión imposible, que su Valladolid estuviese condenado a vagar por Segunda sin más aspiraciones que pasar las semanas con salud y honradez y, los más pesimistas, que la desaparición de este club fundado en 1928 fuese haciéndose realidad.

La derrota en Lugo generó miedos en los pucelanos

El 30 de agosto del pasado 2014, hacia las 20:50, se producía la primera derrota de los albivioleta, si bien cinco meses después el rival al que se enfrentarán los lucenses será muy distinto al que cayó en el siempre complicado feudo del Lugo. Tanto la plantilla como la forma de jugar ha variado sustancialmente a medida que se afianzaban los conceptos que persigue su entrenador, y no es de extrañar que el plantel castellano merodee las posiciones de ascenso directo, buscando ese objetivo que algunos llegaron a dudar cuando moría el estío y la expedición vallisoletana volvía a casa.

Jugadores

En aquella derrota, fruto del tanto de Carlos Pita en el 82, cuando aún había esperanzas de ganar o, en su defecto, rescatar un punto en Galicia, intervinieron varios hombres cuya presencia ya no es habitual en la pizarra de Joan Francesc Ferrer. En primer lugar, la portería, pues como buen edificio, el Valladolid se basa en sus cimientos. Dani Hernández ocupó la puerta en esa jornada, pues Javi Varas apenas llevaba unos días en la disciplina y el venezolano recibió el premio a su constancia en los entrenamientos, aunque tuvo la desgracia de no poder despejar bien el disparo que implicó la diana local y la caída de los suyos.

Hoy, Varas es el Zamora de la categoría y uno de los mejores avales de Braulio Vázquez, que ha visto cómo el arquero sudamericano ha dejado el club, pues no contaba con apenas oportunidades, ya que el sevillano se ganó a todos tras unas actuaciones iniciales algo duditativas. Chus Herrero ocupó el flanco defensivo derecho, siendo hoy Chica el protagonista de ese lateral y un muro en la zaga, así como sorpresa cuando se incorpora. La medular junto al ya indiscutible Leao fue para Sastre, que salvo ratos residuales es más protagonista en el banquillo que en el césped, a pesar de comenzar como titular para Rubi. Álvaro Rubio no ha tardado mucho en ocupar el timón de este Valladolid.

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Otro de los titulares entonces fue Omar, que ha visto cómo Mojica, Bergdich o Jeffren lo hayan relegado a la suplencia, sin hacer tampoco el canario muchos méritos para hacerse con protagonismo en este Pucela. Roger, por su parte, aún era la referencia ofensiva del equipo, semanas antes de caer en El Molinón e iniciar una andadura en el desierto que no se detendrá hasta marzo o abril, cuando su ligamento cruzado derecho volverá a la normalidad. Su baja ha generado uno de los grandes problemas de la plantilla: la falta de gol. Aunque Pereira haya reforzado el ataque, Óscar Díaz no fue capaz de suplir al levantino, así que la responsabilidad de cara a portería recayó en una segunda línea que por medio de Óscar y Mojica consiguió tantos importantes para no perder la estela del ascenso.

A falta de un par de días para el cierre de mercado, la delantera da la bienvenida a Tulio de Melo, un brasileño con experiencia europea con el Lille. Braulio ha hecho bien su trabajo, ahora solo queda que la plantilla demuestre sus aptitudes. El 1,93 de este atacante da aún más variables ofensivas a la pizarra pucelana.

Rubi

El preparador catalán también recibió ese 30 de agosto los primeros rumores sobre su contratación. La derrota en el Anxo Carro provocaba que los más lenguaraces aficionados empezaran a dudar de sus aptitudes, estimando insuficiente la experiencia del joven técnico al frente de un Girona al que casi logró ascender. La ausencia en el once del capitán Rubio y que sus jugadores anduviesen erráticos en esa segunda jornada de la Liga Adelante generaba suspicacias en la parroquia, deseosa de que los suyos lleven la iniciativa en el juego y demuestren con brillantez y empaque que son dignos aspirantes a volver a la élite.

Rubi mostraba dudas en las primeras jornadas

El paso de las semanas y entrenamientos consiguió que la maquinaria pucelana se fuese engrasando y que los roles de cada jugador quedasen asignados, Rubi ya iba sabiendo las características de cada hombre, con quién se entienden mejor sus pupilos y qué se le puede exigir a cada uno de ellos. Óscar, Leao, Rueda -salvo por su baja por lesión- y Varas son los sustentos de sus alineaciones, que van quedando perfiladas y adquiriendo personalidad con la pelota, principal protagonista de sus planteamientos.

En cuanto al sistema de juego, el 4-2-3-1 que imperó en el pensamiento de Rubi durante los primeros meses de campaña, incluido el revolcón en Lugo, ha ido variando según el rival que se pusiese por delante o el estado de forma de sus pupilos. El punto de inflexión fue el último choque de 2014, la visita del vistoso a la par que bisoño Barcelona 'B', que generó corrillos en Zorrilla, que vivía una racha de flojos resultados de un Real Valladolid que padeció una cuesta de noviembre. El entrenador apostó por un 4-3-3, un trivote en el centro del campo y Óscar como 'falsa' referencia' arriba, una nueva excusa para que los más agoreros, que tras las derrotas en Leganés o las igualadas en Sabadell o Miranda, de nuevo apretaran su trasero y esgrimieran el argumento de un equipo perdido, descontrolado y variable.

El resultado, una goleada de escándalo, de nuevo mandó a paseo esas opiniones críticas que aprovecharon ese bache de juego, resultados y gol para aparecer y hacer fluir, como las aguas del Pisuerga, esas corrientes tan poco adecuadas cuando las cosas no funcionan del todo bien. Con esta buena adaptación a sendas variables tácticas, el Pucela se garantiza que los oponentes tengan más difícil estudiarles y, a su vez, tener más recursos a la hora de afrontar cada rival, pudiendo adoptar uno u otra formación en función de los rasgos del equipo que se ponga por delante. Este domingo el Lugo podría encontrarse con 4-2-3-1 o 4-3-3, según tenga a bien el estratega local, pero siempre con la premisa de llevar la iniciativa y jugar con gusto y criterio el esférico.

Inercia

Tan importante como los jugadores o el sistema son las sensaciones, la dinámica, la trayectoria del equipo. Gracias a esa balsámica victoria ante el filial culé se espantaron los temores sembrados en noviembre, que amagaron con volver tras el inesperado tropezón en Palamós, donde los castellanos demostraron que los campos pequeños y las condiciones adversas no son su escenario predilecto. Esa semana permitió que los críticos amagaran con asomar la nariz, aunque recibieron un serio portazo en forma de nueva goleada en todo un Iberostar Estadi, donde se destapó el flamante fichaje invernal Jonathan Pereira con tres goles y dos asistencias.

Los críticos volvieron a las andadas tras perder con el Llagostera

El mismísimo gallego se percató de que su nueva afición tiende a recelar de los éxitos y a engrandecer los errores, quizá en busca de no ilusionarse demasiado para que un hipotético fracaso no les duela demasiado. Pereira resaltó que los de blanco y violeta ostentan la tercera plaza de la tabla, tan solo a tres puntos del líder. Por otro lado, también ocupan el tercer puesto en cuanto a goles anotados, todo lo contrario que en los encajados, pues Varas disfruta del galardón de arquero menos perforado, compartiendo galardón con Cuéllar, del Sporting.

Los agoreros y miedosos, las voces que disfrutan discrepando casi tanto como desconfiando, han tenido ya varios baches en los que han sacado a relucir su habitual pesimismo y capacidad crítica. Los temores que la segunda cita del campeonato generaron en ese sector se han evadido, salvo en los ya mencionados momentos de flaqueza, pues una liga como la Segunda, larga y trabajosa, implica momentos buenos, regulares y malos. De lo que no cabe duda es que el Real Valladolid es otro si se le compara con el que cayó contra el Lugo hace ya una vuelta, y que los blanquirrojos se enfrentan este domingo a un rival muy cambiado, aunque sigue teniendo entre ceja y ceja el mismo objetivo: el ascenso.

Imágenes: Carlos Cela | LFP.