El Pucela mostró sus credenciales para optar al ascenso directo tras una contundente goleada frente al Sporting de Gijón, al que doblegó por tres tantos a cero, en un partido en el que no hubo tanta diferencia como indica el electrónico. El esperado duelo entre dos de los serios aspirantes para jugar el año que viene en la Liga BBVA, acabó decantándose a favor de los vallisoletanos, que de esta manera ganaba por segunda vez en lo que va de temporada al cuadro entrenado por Abelardo, ya que en la primera eliminatoria de Copa ambos equipos se habían visto las caras.
Se llegó al partido con un Pucela que necesitaba los tres puntos después de la mala imagen mostrada en el Heliodoro Rodríguez López, mientras que el Sporting llegaba tras una cómoda victoria en casa que mantenía a los asturianos por encima del Valladolid en la tabla. Rubi introdujo variaciones tácticas con respecto al partido de Tenerife y la apuesta por el trivote no le pudo salir mejor al entrenador catalán.
El Sporting, con sus largos saques de banda, creó peligro; pero Valiente y Timor despejaron cada balón
El partido comenzó con dominio rojiblanco, que durante los diez primeros minutos fue dueño y señor del esférico y gozó de las primeras dos ocasiones. La más clara en botas de Carmona, pero el remate desde dentro del área se fue muy desviado. Previamente la había tenido Carlos Castro tras un largo saque de Luís Hernández, aunque su disparo se marchó por encima de la meta de Varas. Parecía que al Pucela le costaba mucho salir con el balón controlado y el único bagaje ofensivo de los locales en los primeros diez minutos fue una volea de Óscar que no entrañó ningún peligro.
La magia de Hernán Pérez
A partir del primer cuarto de hora, los blanquivioletas se hicieron con el dominio del juego, dominio que se plasmó en el marcador en el minuto dieciséis. Un milimétrico envío de Leao a la espalda de la defensa encontró a Hernán Pérez, que controló con el pecho y con un sutil toque en forma de vaselina superó al meta Alberto. El Pucela se adelantaba en el marcador, propinando un duro golpe al Sporting que no supo reponerse, lo cual acabaría por costarle un nuevo disgusto a los asturianos. Justo diez minutos después del primer gol, Hernán Pérez puso un magistral centro al área, tras una magnífica bicicleta, dirigido a Óscar, que con un buen cabezazo batió a Alberto y aumentó la ventaja albivioleta. El jugador cedido por el Villarreal fue un peligro constante y encontró en la banda derecha una autopista donde campar a sus anchas, sin lugar a dudas Hernán Pérez no pudo estrenar mejor su titularidad en Zorrilla.
Fueron diez minutos mágicos para el Pucela, en los que puso una losa demasiado pesada sobre el Sporting de Gijón, que con más corazón que buen fútbol intentaría la remontada con muy pocas posibilidades. Los veinte minutos restantes no tuvieron nada destacado, no hubo ninguna aproximación peligrosa al aérea y se podría decir que los porteros fueron espectadores de lujo en el tramos final de la primera mitad. Control por parte de los locales, pausa y balón.
Querer y no poder
La zaga albivioleta fue un muro ante la sucesión de centros por banda
El segundo acto arrancó con un Sporting volcado en el ataque con la intención de redorar distancias lo antes posible, pero los intentos de los hombres de Abelardo fueron totalmente en balde. El Pucela estaba bien armado atrás y esperaba el fallo visitante para salir a la contra con velocidad, contras que por otra parte nunca terminaron de llegar ya casi todo el juego transcurría en el medio. Las ocasiones tampoco llegaban en la segunda mitad. Tras la lesión de Nacho Cases, Abelardo dio entrada a Guerrero. El cambio sentó bien a sus pupilos ya que gracias al juego por bandas el Sporting comenzó a poner en serios aprietos a los pucelanos, aunque los centro laterales fueron desbaratados por la zaga local.
Avanzaban los minutos y cada vez eran menores las esperanzas de remontada rojiblanca, que veía al Real Valladolid bastante cómodo a pesar de no tener la posesión del balón. El dominio del Sporting fue estéril durante toda la segunda mitad, mucho control pero muy pocas oportunidades de gol, algo que sí encontraría el Valladolid a diez del final. Omar, que había entrado en detrimento de Óscar Díaz, encaró en banda izquierda y después de regatear a su par sirvió en balón a la frontal del área, donde Timor, tras una mala salida de Alberto, solamente tuvo que empujar el balón al fondo de la red para así hacer el definitivo tres a cero. Cerca estuvo el Pucela de conseguir el cuarto tanto. Una nueva mala salida de Alberto estuvo a punto de costarle un castigo mucho mayor al Sporting, pero esta vez entre Sastre y Omar no fueron capaces de introducir el balón en las mallas.
Líder provisional
Finalizó el choque con contundente victoria local, aunque demasiado castigo para los visitantes. Unbotín muy valioso para los pucelanos, que exhibieron su pegada en un partido en el que prácticamente metieron todas las ocasiones de las que dispusieron. Reconfortante victoria para los jugadores comandados por Rubi, que en caso de perder, habrían visto como el Sporting de Gijón se escapaba a seis puntos, pero la victoria permite a los vallisoletanos ponerse líderes provisionales, a la espera de lo que hagan Girona y Las Palmas. Con este trabajado triunfo, el Real Valladolid afrontará un nuevo duelo directo, será el próximo fin de semana en el Benito Villamarín, donde verdiblancos y albivioletas lucharán sin cuartel en uno de esos encuentros de los que popularmente conocidos como 'partidos de seis puntos'.
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