Los pupilos de Rubén de la Barrera están cuajando una temporada realmente meritoria en el Grupo 1 de Segunda División B, donde prácticamente tienen asegurada su continuidad para el próximo curso futbolístico. La parroquia blanquivioleta se siente muy entusiasmada por el rendimiento exhibido por los jóvenes jugadores del filial pucelano, mientras que ansía que el primer equipo sea capaz de tener la entereza necesaria para regresar por todo lo alto al Olimpo del deporte rey a nivel nacional. Por tanto, la situación a orillas del Pisuerga invita al optimismo en lo que hace alusión al nivel mostrado por Real Valladolid y Promesas, si bien es cierto que hay que corroborarlo con un final de campaña digno de mención.

Cinco son los partidos que le restan al filial del Club presidido por Carlos Suárez para finalizar su andadura en la temporada 2014/2015 en la categoría de bronce del balompié español, un curso que ha tenido algunos altibajos en el camino, pero que en líneas generales se ha caracterizado por las muchas luces y momentos positivos que los Jorge, Guille, Toni, Ángel, Brian y compañía han llevado a cabo desde que el esférico echara a rodar de forma oficial durante el pasado mes de agosto. De todos modos, se debe mantener la cautela y la calma para culminar el año de la mejor manera posible, una cuestión que empieza por solventar las complicaciones que ha habido últimamente para triunfar lejos de la capital de Castilla.

El segundo plantel albivioleta lleva sin conocer la victoria a domicilio desde el pasado 18 de enero, fecha en la que se impuso en el fortín del Zamora CF por cero tantos a uno, todo ello merced a la diana materializada por Ángel a falta de un cuarto de hora para concluir la contienda. Desde ahí, el Promesas ha sido incapaz de sumar los tres puntos en ninguno de los compromisos en los que ha ejercido como visitante, lo cual demuestra que a día de hoy es una de las asignaturas pendientes de los castellanos. Dicho lo cual, conviene precisar que las sensaciones no están siendo del todo malas, más bien lo contrario, aunque sería muy importante volver a brindarle una victoria a la afición en uno de sus desplazamientos fuera de la ciudad que vio nacer a Miguel Delibes.

El segundo plantel albivioleta lleva sin conocer la victoria a domicilio desde el pasado 18 de enero

SD Compostela, Real Oviedo, Real Avilés, Cultural y Deportiva Leonesa, Coruxo FC y UD Logroñés han sido los choques disputados por el Promesas a domicilio desde su triunfo en el campo del Zamora, los cuales se han saldado con un bagaje de cuatro derrotas, dos empates, siete goles a favor y 13 encajados en el desarrollo de todos estos envites que hemos mencionado. Sin duda, De la Barrera es muy consciente de que hay que revertir esta situación para tener un gran recuerdo una vez acabado el curso futbolístico, sobre todo para equiparar un poco las actuaciones realizadas en los Anexos con las efectuadas fuera de casa.

La siguiente parada en el calendario del Real Valladolid Promesas es el Celta de Vigo B, un equipo que se encuentra en una posición complicada y para el que resultará vital que el ambiente en el Campo Municipal de Barreiro sea favorable a sus intereses, especialmente para no adentrarse en la zona más comprometida de la tabla clasificatoria de la competición de la regularidad en Segunda B. Está claro que el cuadro pucelano no lo va a tener sencillo a la hora de llevarse los tres puntos de su visita a tierras gallegas, por lo que deberá dar lo mejor de sí y mostrar una buena imagen si desea de veras doblegar al filial celeste.

Un cabezazo salvador

El encuentro celebrado en la primera vuelta en tierras castellanas será recordado tanto por vallisoletanos como por vigueses, debido a que se resolvió por un mínimo detalle que decantó la balanza del lado del Promesas. Fran No fue el encargado de marcar el gol que permitió a los de Rubén de la Barrera sumar tres puntos que iban a ser bastante relevantes para los pucelanos de cara a afrontar lo que quedaba por delante, más que nada porque suponía acabar con una racha negativa de cuatro semanas consecutivas sin conocer el triunfo. El testarazo del canterano del filial del Real Valladolid en los compases definitivos del choque supuso un jarro de agua fría para los de Pontevedra, principalmente porque ya acariciaban el empate en el feudo del plantel albivioleta.

Por contradictorio que parezca, no fue el partido más vistoso en lo que a nivel de juego se refiere por parte de los pucelanos, pero en esta ocasión sí que tuvieron esa pizca de fortuna tan necesaria en el deporte en general, y más aún si cabe en el fútbol en particular. La expulsión de Soto, el capitán del Celta B, al poco de arrancar la segunda mitad del encuentro no frenó las acometidas de los celtiñas, quienes siguieron buscando incesantemente la portería custodiada por Julio con la intención de sumar algo positivo de su visita a los Anexos al Nuevo José Zorrilla.

No obstante, la suerte le fue esquiva a los gallegos y sí que quiso sonreír a los vallisoletanos, unos jugadores que se mostraron muy orgullosos tras el pitido final del colegiado por retomar la senda del triunfo, una victoria que les reforzó todavía más la moral para encarar con mayor confianza, determinación y convencimiento los siguientes duelos que tendrían por delante en el campeonato doméstico. Esto demuestra las ganas de revancha que estarán presentes en el terreno de juego del Celta B, una cuestión que obligará al Promesas a dar su mejor versión si confía en salir airoso y vencedor de su visita al Campo de Barreiro. ¿Podrán los de blanco y violeta volver a sumar de tres en tres lejos del calor de su afición?