Ocho días de desgaste

El Real Valladolid afronta una de las semanas más complicadas de la temporada por la acumulación de partidos. En tan solo ocho días, tres encuentros que plantean un desgaste extra para los de Rubi. La experiencia, con vistas al futuro, puede servir como preparación de cara a la promoción de ascenso que muy posiblemente disputen los albivioletas.

Ocho días de desgaste
(Foto: Real Valladolid).
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Por César Aldecoa Rodríguez

A la Segunda División se le pone cara de Liga BBVA estos días. Con un calendario tan largo, es habitual que algunas jornadas se disputen entre semana, y eso mismo es lo que va a suceder con el próximo partido de todos los miembros de la Liga Adelante. Tras la intensa fecha de choques de estos pasados días, no hay tiempo para descansar más que este mismo lunes y ponerse ya manos a la obra el martes. Después, el próximo sábado y domingo, llegará otro compromiso. En el caso del Real Valladolid, los tres encuentros se reparten en un espacio de tiempo de ocho días: de sábado a domingo.

Para los pucelanos, puede no ser tan malo y complicado de resolver. Viendo la situación en la que se encuentran, el playoff parece el futuro más cercano, olvidando la segunda plaza que da acceso al ascenso directo. Y como bien se sabe, la promoción de ascenso se caracteriza por disputarse en tan solo dos semanas, es decir, cada eliminatoria dura siete días. Partido entre semana y otro el domingo. Y que mejor preparación de cara a, al menos, la semifinal, que afrontar una sucesión de choques en el mismo espacio temporal. Por ello, ya no solo en una posible lucha hasta el final por el segundo puesto, o una puesta a punto idónea para la post temporada; probar cómo responden las piernas a algunos futbolistas puede ser otra de las ventajas que traiga esta situación que, habitualmente, no hace mucha gracia a los entrenadores.

Foto: Real Valladolid

Momento de rotaciones y probaturas

A falta de confirmar que el ascenso directo es ya un imposible, aunque cinco puntos de desventaja con 12 por jugarse hacen pensar que alcanzarlo es factible, para Rubi puede ser el momento de mover a su equipo y encontrar soluciones a los problemas que han ido apareciendo en las fechas más recientes. Primero, el equipo se ha mantenido igual en las tres últimas jornadas, salvo por algunos retoques mínimos. La parcela que más podría cambiar es el ataque, pues hay que recordar que tanto Hernán Pérez, como Mojica, aunque con más opciones el guaraní, podrían perderse el playoff de ascenso, por lo que dos titulares se quedarían fuera y habría que sustituirles.

El mal rendimiento del colombiano y la bajada de nivel del paraguayo podrían suponer que, para el primer choque de esta semana, el de este martes, se quedaran en el banquillo y otros hombres como Pereira, Jeffren u Óscar Díaz tuvieran su oportunidad desde el banquillo. Y ya no solo es por el cansancio, sino porque alguno de estos jugadores tendrá que ser titular en los partidos más importantes del año, los del playoff, y en este instante no están rindiendo como se esperaba, en parte debido a que apenas suman los minutos finales de los encuentros.

Más allá de esto, las rotaciones pueden ser vitales ya que, el Real Valladolid, como el resto de equipos de Segunda División, no está acostumbrado a disputar tres encuentros en una semana, y los problemas físicos siempre acechan la enfermería de Zorrilla. Permutar algunos hombres, dar refresco al centro del campo y la parcela ofensiva, para llegar en las mejores condiciones posibles al final del curso. Por todo ello, a buen seguro que Rubi tiene en cuenta alguna de estas razones en su preparación del encuentro y de la semana. Por el momento, Rubio y Omar, tocados, se han quedado en tierras pucelanas, por lo que dos jugadores nuevos entrarán en el once titular, a la espera de ver más posibles cambios. Ahora sí, con este calendario, las rotaciones pueden ser importantes.