Recta final del campeonato de Segunda División y muchas cosas por resolverse para el Real Valladolid. Lo primero de todo, el adiós definitivo al ascenso directo que ostenta el Girona, olvidando al Real Betis que está a un paso de Primera. Matemáticamente, los de Rubi aún tienen opciones de ser segundos, pues restan nueve puntos por jugarse y la diferencia es de seis unidades; sin embargo, las sensaciones que emana el conjunto catalán hacen poco probable que este se deje dos derrotas por el camino, por lo que el equipo albivioleta, lejos de poder alcanzar esta segunda posición, tiene como misión vencer el máximo número de partidos posibles para así, mejorar su posición en la tabla.

Puede parecer una tontería, pero de terminar quinto, a hacerlo cuarto, la diferencia está en disputar el encuentro de vuelta de la primera ronda del playoff en casa. Además, en caso de empate tras prórroga, según las reglas impuestas por la LFP, el vencedor se escoge con el mejor clasificado en temporada regular, para premiar de algún modo el año realizado. Por todo ello, el choque ante el Real Zaragoza es vital; primero porque es un posible rival en promoción, por lo que es una buena piedra de toque; y segundo por lo dicho, pelear con Las Palmas la cuarta plaza y acercarse a la tercera que ostenta el Sporting de Gijón. Mucho en juego, en definitiva, en estos tres últimos encuentros.

Cambio obligado en defensa

La mala suerte se ha vuelto a cebar con el equipo de Rubi. Entre lesiones y sanciones, la mejor pareja de centrales en esta recta final de Liga apenas está pudiendo jugar junta. Samuel Llorca ya es un fijo, con magnificas actuaciones, pero su mejor socio, Marc Valiente, se quedará en la enfermería durante cuatro semanas, al menos, obligando al técnico pucelano a situar a Jesús Rueda. En condiciones normales, la solución del extremeño no sería tan conflictiva, pero en los últimos encuentros ha demostrado estar algo pasado de forma, lento en los espacios y errático en algunos despejes.

Sin ir más lejos, en el tanto que anotó el FC Barcelona B el pasado martes, Rueda se vio superado por un balón en largo y dejó descubierta su espalda. Sin Valiente en plantilla, el central extremeño tiene como misión formar tándem en el eje de la zaga con Samuel y mejorar su rendimiento. Por otro lado, los que sí parecen fijos en la defensa son los dos laterales. Tras los experimentos con Chus Herrero, que también entró por lesión, y Mojica como laterales, parece casi seguro, y es casi porque con Rubi nunca se puede afirmar algo al 100%, que Peña y Chica serán los carrileros del Real Valladolid hasta el final de la temporada. A pesar que el salmantino no es un puñal por banda, ha quedado claro que es indispensable.

La incógnita del centro del campo

Hablar de la medular del Real Valladolid es hacerlo de sorpresas, cambios e idas y venidas. Tras varias jornadas en las que Lluís Sastre se hizo con la titularidad, y no de casualidad, sino con grandes actuaciones y una regularidad pasmosa; el pasado martes se cayó del once titular, junto a Álvaro Rubio, por sus molestias musculares. Rubi, después de apostar por el balear varias semanas seguidas, volvió a situar la pareja de centrocampistas que más se ha visto desde el inicio en el conjunto albivioleta: André Leao y David Timor.

Ha quedado claro que, el ‘18’ blanquivioleta, aporta ese concepto futbolístico que muy difícilmente puede dar el resto. Pero, el trabajo físico y el esfuerzo en defensa es un factor a favor de los dos ‘preferidos’ por el técnico catalán. Lo mejor, para los cuatro y para el Real Valladolid, es que llegan en buenas condiciones, a la espera de esas pequeñas molestias físicas que tuvo el riojano, para ayudar al equipo de Zorrilla en estos tres importantes encuentros y el esperado playoff de ascenso. Según las condiciones del partido y del rival, Rubi puede decidirse por dar entrada a unos u a otros.

Pensando en el Real Zaragoza, equipo que le gusta tener el balón y que dispone tres centrocampistas, dos muy físicos y otro más creativo, es probable que la hinchada pucelana se quede con las ganas de ver a Álvaro Rubio, y el técnico catalán de continuidad a André Leao y Timor. Basha, Dorca y Ruíz de Galarreta pueden poner en serios apuros la medular de los locales este domingo, en una situación parecida a la vista en el Mini Estadi, donde el Barça B tuvo superioridad numérica en el centro del campo. Por ello, y olvidando el trivote del Real Valladolid, ya que Óscar y Roger son indispensables, la mejor opción, por condiciones físicas, puede ser la pareja formada por el valenciano y el portugués. Con todas estas posibilidades, parece que el que pierde enteros para actuar desde el inicio es Sastre, que cuando los cuatro jugadores han estado en condiciones de entrar, ha sido siempre la última opción de Rubi. 

Continuidad o permutas 

¿Sorpresas o los de siempre? Esa es la duda que tiene Rubi para la parcela ofensiva. Al menos, tres de los cuatro son al 99% seguros para los últimos tres partidos de Liga. Hernán Pérez por derecha, Óscar en la mediapunta y Roger en el estilete de ataque. Y lo son porque han tenido grandes partidos, no todos seguidos o en el mismo encuentro, pero al fin y al cabo han demostrado su calidad con goles, rendimiento y buenos minutos. La mancha del ataque blanquivioleta está en la izquierda. Johan Mojica no está rindiendo, no está encontrando ese fútbol de velocidad y desborde que mostró en la primera vuelta, y lo peor es que no hay vistas a que recupere el nivel.

¿Soluciones? Rubi tiene en el banquillo varios jugadores que pueden actuar en la banda izquierda, pero si alguien se lo ha merecido en este final de temporada es Omar Ramos. Sus últimos partidos son muy meritorios, entrando en demarcaciones que no son la suya, como la banda derecha o el interior diestro. A pesar de ello, ha dejado buenas sensaciones, y son los minutos en el costado izquierdo, casi siempre como suplente, cuando mejor ha jugado. Por ello, no es descabellado pensar en que el tinerfeño puede haberse ganado la oportunidad de empezar un encuentro en su posición.

El resto de jugadores, los Jeffren, Pereira, Óscar Díaz o Túlio de Melo, parecen avocados al banquillo como hombres de refresco o desatascadores cuando el ataque se colapse como sucedió ante Osasuna. Precisamente, Jeffren es uno de los que puede haber ganado posiciones en los cambios, ya que sus buenos minutos ante su exequipo, y sobre todo su buen gol, le pueden llevar a ser una opción más tempranera que, por ejemplo, Pereira u Óscar Díaz, quienes no han demostrado nada en el Real Valladolid, más allá de un par de partidos en los que brillaron con luz propia. 

Un once, el de Rubi, que salvo los cambios en el centro del campo, que se han ido produciendo toda la temporada, es bastante fijo y solo atiende a permutas obligadas por lesión o, en este final de Liga tan importante, porque determinados jugadores no estén rindiendo al máximo nivel. De todas formas, esta última situación, no se está dando en exceso, ya que el catalán confía mucho en sus hombres predilectos.