Real Valladolid y UD Las Palmas saltaron al encharcado césped del José Zorrilla con la intención de decantar la balanza a su favor en este primer encuentro de la eliminatoria del playoff por el ascenso a Primera. En principio, todo hacía indicar que el encuentro iba a ser realmente disputado e igualado. Ambos conjuntos tienen una propuesta futbolística realmente parecida, en la que desean controlar el ritmo del partido a través de la posesión del esférico, aunque sin renunciar a buscar la velocidad al contragolpe mediante sus hombres de banda. No obstante, Rubi había sorprendido en cierta medida al meter a tres jugadores en el centro del campo, prescindiendo de Mojica en el flanco izquierdo para jugar arriba con Hernán Pérez, Óscar y Roger.

La primera ocasión clara de gol llegó en el minuto siete, justo cuando el sempiterno Valerón dio una magnífica asistencia para habilitar a Roque Mesa, quien demostró de inmediato que iba a ser un quebradero de cabeza continuo para la zaga blanquivioleta, a pesar de que su disparo cuando estaba mano a mano con Javi Varas se fue por encima del travesaño. Pero el que la sigue, la consigue, y así se evidenció con un gran desplazamiento en largo realizado por David Simón, que fue a parar directamente a las botas de Araujo. El delantero argentino amortiguó a la perfección el esférico con el pecho, lo que le permitió zafarse de la presión de Samuel, para después cruzar el cuero al palo largo del arquero sevillano del Pucela y poner el 0-1 en el electrónico.

El gol de Araujo aportó una enorme tranquilidad a los hombres de Paco Herrera, mientras que supuso un auténtico jarro de agua fría para todos los aficionados castellanos que se habían congregado a orillas del Pisuerga. Los amarillos estaban siendo los verdaderos dominadores del partido, llevando la manija del balón desde su propio campo hasta prácticamente los dominios del área custodiada por Varas. Prueba de ello fue una nueva acción individual de Roque Mesa, quien se marchó con mucha facilidad de André Leão y probó fortuna con un potente zurdazo desde la frontal, si bien es cierto que su remate salió muy desviado.

Llegaría la primera incursión de los vallisoletanos por el costado diestro

A continuación, llegaría la primera incursión de los vallisoletanos por el costado diestro, en concreto por medio de Chica, en una jugada muy protestada por los seguidores locales al entender que era saque de esquina por haber golpeado el cuero en el rostro de Raúl, aunque el colegiado no lo entendió así. De todos modos, la internada del lateral diestro del Club presidido por Carlos Suárez había dado un pequeño rayo de esperanza en la tempestad que estaba sufriendo el cuadro albivioleta en los casi 20 primeros minutos de partido y eliminatoria entre pucelanos y grancanarios, pero el dominio tanto en el resultado como en las sensaciones seguía siendo totalmente de los visitantes.

Hernán Pérez despierta a los suyos

Llegado el ecuador del primer acto, el Pucela comenzó a combinar con cierto criterio en la medular del campo, sobre todo en comparación con lo que se había visto hasta ese momento en el césped del fortín blanquivioleta. Álvaro Rubio, el timón y capitán de este equipo, vio un hueco para darle el esférico a Hernán Pérez. Y sería el paraguayo el que se sacaría un as bajo la manga para recortar al defensor rival, levantar la cabeza y pegar un tremendo zapatazo con su pierna zurda que tocó en el palo y se introdujo en el fondo de las mallas de la portería defendida por Raúl. El empate en el luminoso volvía a meter a los vallisoletanos en el encuentro y en el cruce de esta promoción de ascenso a la Liga BBVA, además de conseguir devolverle la ilusión a una parroquia castellana que se había quedado enmudecida con el tanto inicial de Araujo.

Los seguidores del Real Valladolid volvieron a reclamar una posible jugada que habían entendido que el árbitro había señalado de forma incorrecta, en concreto en un lance entre Ángel y Óscar González. Francisco Arias López no decretó absolutamente nada en la entrada del defensor de los canarios sobre el salmantino, algo que se pudo comprobar que era correcto porque el '10' de los pucelanos se había ido a la piscina al notar que su rival le metía la pierna para obstaculizarle. Además, la jugada le salió cara al bueno de Óscar, debido a que el trencilla le amonestó por simular una falta en dicha pugna.

Dicho lo cual, y después de que la UD Las Palmas controlara la primera mitad durante buena parte de la misma, serían los pucelanos los que voltearían la situación en el tramo final de los primeros 45 minutos. Un hiperactivo Hernán Pérez estaba demostrando una vez más que es el jugador más desequilibrante de los pupilos de Rubi, al mismo tiempo que Óscar y Álvaro Rubio empezaban a hacer de las suyas con un juego de asociación y combinación para facilitar la labor de sus compañeros. El único que andaba un poco desaparecido de los jugadores de arriba del plantel albivioleta era Roger, aunque no por ello dejaba de pelear cada esférico como si se tratara del último y como si la vida le fuera en ello.

Si la primera parte había finalizado con un claro color blanquivioleta, pese a que la situación seguía equilibrada en lo que al marcador se refiere, la segunda mitad arrancó con una sustitución en el descanso en las filas dirigidas por Paco Herrera. El técnico de los amarillos había retirado del campo a Juan Carlos Valerón, un futbolista que había estado algo ausente durante buena parte de los primeros 45 minutos, para dar entrada en su lugar a Hernán Santana, quien a buen seguro le iba a aportar savia fresca y nueva a la escuadra grancanaria.

El Pucela continuaba muy enchufado

El Pucela continuaba muy enchufado, tal y como había dado claras muestras de ello en los instantes finales de la primera mitad, siendo en esta ocasión Timor el que lo intentó con un chut lejano, aunque la zaga visitante repelió su disparo y la pelota fue a parar mansamente a las manos de Raúl. Poco después, previo intento de Las Palmas por inquietar sin demasiada fortuna a Javi Varas, una jugada un tanto alocada por parte del cuadro albivioleta acabó con una nueva caída de Óscar, quizá esta vez no tan exagerada como la de la primera mitad, pero a pesar de todo se pudo comprobar que David Simón no había cometido ninguna acción antirreglamentaria sobre el talentoso jugador que estuvo en su día en el Real Zaragoza.

La apuesta de Mojica da sus frutos

Rubi lo vio claro y decidió dar entrada a Johan Mojica por Óscar para evitar que el salmantino acabara expulsado, principalmente porque el colegiado ya le había advertido en más de una ocasión que no se jugara la posibilidad de que le mostrara la segunda cartulina amarilla en el partido. La primera internada del extremo colombiano por la banda izquierda del ataque pucelano fue totalmente marca de la casa, debido a que se fue aprovechando su rapidez y su zancada para poner un buen centro desde el costado para habilitar a Roger, pero el ariete valenciano no pudo conectar con el esférico y acabó tirado en el césped reclamando una pena máxima que no fue señalada.

La siguiente aparición de Mojica sirvió para conectar con el más activo de los suyos, el paraguayo Hernán Pérez, quien se asoció con el colombiano, le cedió el esférico y este no desaprovechó la oportunidad de marcharse de nuevo de sus oponentes, apurar la línea de fondo y servir el cuero en bandeja a David Timor. No obstante, el mediocentro del Real Valladolid no pudo impactar con el balón como le hubiera gustado, lo que propició que la parroquia castellana se lamentara con motivo de la ocasión desperdiciada por los locales para haberse puesto por delante en el choque celebrado en la capital de Castilla.

Era evidente que el Pucela estaba jugando mejor que su adversario, sobre todo a raíz del gol de Hernán Pérez, un dominio que también se estaba materializando en la segunda mitad, si bien es cierto que el plantel amarillo estaba generando cierto peligro cuando sus jugadores de más calidad se unían para desarbolar la retaguardia castellana. Sería Jonathan Viera el que vería un espacio entre líneas para ponérsela en profundidad a Aythami, un hombre que se encontraba en una tesitura poco habitual para él, ya que es uno de los centrales de los de Herrera, pero se fue por velocidad de Rueda y Samuel y a punto estuvo de superar la salida de Javi Varas.

Hernán Pérez y Mojica, especialmente el '20' de los de blanco y violeta, estaban generando bastante peligro y siendo una auténtica pesadilla para los zagueros del bando grancanario. Aun así, a falta exactamente de un cuarto de hora para finalizar el envite, la situación se le iba a complicar a los locales y a darle un ligero impulso a los amarillos. Esto se debió a la expulsión por doble amarilla que sufrió Chica, una decisión muy protestada porque dio la impresión de que el ex del Espanyol y del Betis se resbaló y no cometió la falta sobre Culio de manera intencionada, pero Arias López no dudó ni un solo instante en dejar a los vallisoletanos con un hombre menos en el tapete verde.

El Pucela, contra las cuerdas

La polémica volvería a estar servida en la siguiente acción del envite

Y la cosa se le iba a complicar aún más a los de Rubi justo cuando el choque llegaba al minuto 80, momento en el que Timor se equivocó por completo, realizó una tremenda entrada sobre un adversario y provocó que el trencilla le mostrara la segunda cartulina amarilla y, por consiguiente, la tarjeta roja. Por tanto, los vallisoletanos se quedaban con dos hombres menos sobre el césped a falta de 10 minutos (más el añadido) para concluir el primer duelo de este playoff. La polémica volvería a estar servida en la siguiente acción del envite, instante en el que Peña agarró a David Simón, por lo que este se revolvió, agredió al lateral salmantino e hizo que la familia grancanaria se temiera lo peor. Sin embargo, Arias López actuó de mediador y amonestó a ambos jugadores, algo que no gustó al José Zorrilla al entender que Simón debería haber acabado en el túnel de vestuarios antes de tiempo.

No se sabrá si fue por los cánticos de la grada, el orgullo o el amor propio, o tal vez una mezcla de todo ello, pero el Real Valladolid no le perdió la cara al encuentro y tuvo una oportunidad realmente seria de haberle dado la vuelta al resultado y marcharse con ventaja para el duelo de vuelta en las Islas Canarias. Una galopada de Roger, que aguantó perfectamente la entrada de Aythami, sirvió para que el valenciano se la pusiera a Mojica en el punto de penalti. El cafetero bajó el cuero con mucha comodidad, aunque su lanzamiento, que iba teledirigido a la red de la portería defendida por Raúl, fue repelido por la zaga amarilla para alivio de su técnico y de su afición.

El cuarto árbitro mostraría el cartelón con los cuatro minutos de añadido que había considerado oportuno Francisco Arias López, más que nada porque había que tener en cuenta el tiempo que se había perdido por las expulsiones tanto de Chica como de Timor. La UD Las Palmas tendría la última gran ocasión en el encuentro disputado en la ciudad que vio nacer a Miguel Delibes, concretamente en las botas de Sergio Araujo, el goleador de los amarillos en la tarde de este miércoles lluvioso en Pucela. El argentino cogió el cuero en el costado izquierdo, miró al frente e intentó mandar el esférico de forma cruzada al palo largo de Javi Varas, aunque su golpeo saldría lamiendo la cepa del palo de la portería del cancerbero andaluz. Y ya no habría tiempo para más. Con este empate a uno, todo estará pendiente de decidirse el próximo sábado, día 13 de junio, a partir de las 20:00 horas en el Estadio de Gran Canaria.

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