Rubén de la Barrera: el proyecto se queda en los cimientos

La salida del técnico gallego supone que el proyecto de futuro en el Real Valladolid se quede en una sola temporada y el Promesas, que tanto había avanzado y crecido en tan solo un curso, se quede huérfano en su banquillo. Para el entrenador, que afrontará un nuevo reto, muy seguramente, en Segunda División B, supone un paso más en su evolución personal, siempre mejorando año a año.

Rubén de la Barrera: el proyecto se queda en los cimientos
(Foto: Real Valladolid).
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Por César Aldecoa Rodríguez

Comienza a clarificarse el futuro del Real Valladolid, y en él no estará Rubén de la Barrera. El técnico gallego, después de un extraordinario primer año al mando del Promesas, abandona el club pucelano. Su futuro, aún en el aire, podría ser el Racing de Ferrol, equipo que se ha interesado en él tras la salida de su entrenador y con el que reconoce tener conversaciones abiertas aunque nada cerrado. En caso de que se diera esta situación, sería un paso adelante, sin duda, para él; puesto que avanzaría desde un filial hasta un primer equipo de un conjunto que será importante en Segunda B y tendrá como objetivo claro ascender a Segunda.

Una trayectoria en la que cada curso, ha ido avanzando escalones. Desde el Guijuelo, hace dos capañas, pasando por el Promesas hasta este momento. De firmar con los gallegos, sería la temporada en la que más responsabilidad recaería sobre sus hombros, pues los ferrolanos son un claro aspirante al ascenso y su objetivo es este, a diferencia de lo que experimentó con charros y pucelanos. Viendo sus resultados y las referencias que dan todos los jugadores que pasan por sus manos, pocos imaginarían, sin conocerle, que se trata de un entrenador de tan solo 30 años de edad. 

En lo que al Real Valladolid se refiere, su marcha significa el adiós a un proyecto que se ha quedado en los cimientos. Su llegada al Promesas se entendía como un proceso de formación, no solo de los jugadores, sino de él mismo como entrenador. En el futuro, se contemplaba su ascenso al primer equipo, aunque sin precipitarse, ya que su idea de fútbol y estilo de equipo sobre el verde debe tener un proceso de adaptación y paciencia del aficionado, los frutos podrían tardar en verse. Quizá, por esto, Carlos Suárez no se haya decidido en apostar por él en caso de una posible salida de Rubi, dado que la próxima temporada el conjunto albivioleta estará obligado a subir a Primera División.

No ser el elegido para el banquillo de Zorrilla, el porqué de su salida

Su trabajo, en lo que al Promesas se refiere, puede rozar el sobresaliente alto. Lo único que le ha faltado, y esto es un habitual en los filiales que compiten en Segunda o Segunda B, es un poco más de seguridad defensiva. El segundo equipo pucelano ha desplegado un juego sencillamente prodigioso, que ha sorprendido toda la temporada, incluso en momentos fue el mejor filial de toda la Segunda B y de España, solo superado por el Barça B militante de la división de plata. Sus habilidades técnicas y tácticas hicieron mella en los jóvenes jugadores pucelanos, que a pesar de ser poco experimentados en Segunda B, han competido a las mil maravillas y derrotado a algunos rivales mucho mejor preparados para jugarse el pan.

(Foto: César Rodríguez Cabrillo | VAVEL).

Una idea de fútbol a seguir

Una de las principales cualidades de Rubén de la Barrera en su estancia a orillas del Pisuerga ha sido su forma de entender y explicar el fútbol. Algo tan sencillo para él, pero tan complicado de seguir. De hecho, como detalle curioso, están sus habituales comentarios en Twitter, complicados ya no de entender, sino de leer. En sus declaraciones, siempre se ha expresado en unos términos constantes, repitiendo una serie de ideas que, en un equipo como el Racing de Ferrol, podría volver a plasmar. Intensidad, presión, juego con la posesión, jugadores abiertos y centros por banda; sin olvidarse de esa seguridad defensiva que en ocasiones no ha estado tan presente este pasado curso.

Para el Real Valladolid, no es más que una mala noticia. Con mucha seguridad, no iba a ser el técnico elegido en caso de que Rubi salga del primer equipo; pero con vistas puestas en el futuro, podía serlo. Para ello, claro, debía continuar en el Promesas, algo que viendo ofertas de otros conjuntos, cosa que no iba a faltar visto su trabajo reciente en Segunda B, era complicado de que se produjera. A la cantera pucelana, con su creciente evolución mostrada este curso, ya la ha ayudado. Ahora, en caso de firmar con el equipo de su tierra, sería el turno de un Racing que acumula varias temporadas quedándose en el playoff de ascenso, y al que debería llevar a Segunda. Un destino perfecto, pues además de tomar las riendas de un conjunto puntero en la división de bronce, regresa a su tierra para dirigir a un equipo.

En definitiva, un proyecto a orillas del Pisuerga que tenía un gran potencial, pero que se queda en la base, por diferentes motivos. No se ha podido dar, y lo normal es que Rubén de la Barrera busque su mejor opción. El Promesas, a buen seguro que era una correcta y apetecible, pero mejorar y tratar de encontrar un nuevo motivante, lo es más. El Real Valladolid le debe mucho a De la Barrera, pues con él puede haber encontrado la estabilidad de su filial, muchos de sus jugadores han evolucionado, y con ellos pueden encontrar soluciones en el primer equipo.