Se terminó la ‘era Rubi’ en el Real Valladolid. A pesar de tener contrato con el club albivioleta para una temporada más, el catalán abandona el conjunto pucelano un verano antes, con el sinsabor de no haber podido devolver al Pucela a Primera División y no haber dado con la tecla en ningún momento de la temporada. Atrás quedan meses de trabajo, algo que no se puede cuestionar, pero de decisiones poco acertadas y muchos errores en encuentros claves. Tras unos días de debate en el foro interno del Real Valladolid, Braulio Vázquez, como director deportivo, decidió que el técnico catalán no debía continuar siendo el primer entrenador. Tampoco seguirá todo su equipo técnico, Jaume Torras, Xabi Gil, Manel Fernández y Diego Tuero, a quienes el Real Valladolid les ha deseado la mejor de las suertes. 

Ahora, el club blanquivioleta deberá compensar a Rubi con el finiquito correspondiente, al haber firmado para dos temporadas y solo haber completado la primera de ellas. Algo que trastoca los planes de la dirección deportiva, económicamente hablando, pues al ser la segunda temporada en Segunda División, la ayuda de la LFP por el descenso es menor y el presupuesto se verá reducido entorno al 33%, hasta los 8 millones de euros. Por ello, quizá haya alguna salida inesperada que deje un dinero extra en las arcas pucelanas. Las negociaciones, para la rescisión del contrato, desde que se tomara la decisión de despedirle, le han tomado un par de semanas a la dirección deportiva. 

Su sustituto en el banquillo ya se conoce, pues el Real Valladolid ya tiene elegido quien ocupará su puesto. Gaizka Garitano, nada más y nada menos, ha sido el escogido por Braulio para sentarse en Zorrilla, después de descartar hombres como Setién o Mendilibar, que finalmente se marchó al Eibar. Será el vasco, en cuanto se confirme de forma oficial, el que tendrá la misión de hacer olvidar a Rubi y levar al conjunto pucelano hasta Primera.