En el encuentro de Copa del Rey ante el Real Oviedo hubo tres debuts. Tiba, Erick Moreno y Ángel, que se estrenó con el primer equipo en partido oficial, después de completar toda la pretemporada a las órdenes de Garitano y ser uno de los jugadores del Promesas que más confianza ha tenido del técnico vasco. Criado en las categorías inferiores del Real Madrid, arribó al Promesas la temporada pasada, donde comenzó de extremo y ahora brilla como lateral, después de un cambio de posición de Rubén de la Barrera. Ante la prensa, indicó que la plantilla ha quedado tocada por la eliminación de Copa: “Estamos jodidos, a todos nos gusta pasar eliminatorias en Copa. Una lástima el resultado, pero fue mejor la actitud del equipo. Ahora tenemos que mirar las jornadas del fin de semana”.

En cuanto a sus sensaciones individuales, se mostró feliz por el debut y el partido realizado en el Carlos Tartiere: “Estoy contento por debutar, se pueden hacer las cosas bien, uno intenta siempre hacerlo lo mejor posible cuando el míster te da la oportunidad. A seguir trabajando”. “Fue una lástima ese último balón, no me lo esperaba y se me quedó atrancada la pelota. Tuvimos un par de jugadas que no pudimos materializar, se notó la desigualdad numérica. Pensé en rematar lo antes posible, pero se me quedó el balón entre las piernas y o lo conseguí”, expresó sobre una de las últimas acciones del partido, cuando tuvo el balón franco para rematar en el área pequeña.

Uno de los mejores, sino el mejor, del Real Valladolid, creó mucho peligro a balón parado con sus centros desde la banda derecha a pierna cambiada: “Se trabaja para llegar al partido y tener las menos dudas posibles, era el encargado de tirar las faltas desde el lado derecho porque era el único zurdo. Hubo una que casi acaba en gol de Alfaro, estoy contento por el debut”.

Sin embargo, tiene claro que su siguiente objetivo es el Promesas, donde ha de seguir despuntando para tener más oportunidades en el primer equipo: “Mi equipo es el filial, de momento estoy pensando en el partido que tenemos contra el Cacereño. Es donde me toca jugar en principio. Uno trabaja para jugar con el primer equipo, pero sin olvidarse de dónde se viene, al final eres un jugador del filial y las oportunidades se ganan en los partidos del Promesas”. Para terminar, explicó que no hablaron mucho en el vestuario después de la derrota, aunque él recibió felicitaciones: “Después del partido no se habla mucho y más después de una derrota. Felicitaciones de los amigos y la familia, son los que más se alegran. Agradezco el apoyo siempre”.