El Guadalajara suma tres valiosos puntos en un partido con tensión hasta el final. Después de la derrota ante el Getafe, el equipo de Salvachúa necesitaba ganar en casa al Fuenlabrada.

Antes del inicio del encuentro, ambos equipos saltaron al terreno de juego para realizar los calentamientos previos.

La novedad en el once fue la inclusión de Kevin Ulbrich en la portería alcarreña.

Después de los calentamientos, ambos equipos se retiraron al terreno de juego. Llegada la hora, los protagonistas saltaron al césped con el único objetivo de sumar.

Philippe Toledo tuvo especial importancia durante la primera parte. La pegada y picardía del delantero puso contra las cuerdas a la defensa madrileña.

Después de varias jugadas de peligro, Toledo ponía el primer gol en el marcador. El delantero se quedó solo ante el portero y no perdonó mandando el balón al fondo de la red.

El portero del Fuenlabrada tuvo mucho trabajo durante la primera mitad realizando grandes paradas para que los alcarreños no aumentaran la ventaja en el marcador.

Después de una primera parte dominada por los locales, comenzó la segunda parte sin cambios en ninguno de los dos equipos.

El Guadalajara se venía abajo y el Fuenlabrada comenzaba a llegar a la portería de Kevin con peligro.

Ambos entrenadores mandaron a calentar a sus respectivos jugadores.

Después de varias jugadas de gran peligro, el Fuenlabrada subía el empate al marcador con un gol de Molino en el minuto 60. Un varapalo para el conjunto de Salvachúa que necesitaba recambios para solventar el partido.

A cinco minutos del final del encuentro, Abel Molinero no se pensó dos veces el golpear el balón y se coló en la portería de Ismael.

El Guadalajara aguantó el resultado y con el pitido final estalló la alegría en el Pedro Escartín. Los jugadores alcarreños aplaudieron el apoyo de sus aficionados, agradecidos por el empuje que dieron durante todo el encuentro.

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