Cartagena se abona a los veranos de incertidumbre

Por tercer verano consecutivo, la dirección deportiva del FC Cartagena se ve parada debido a la inestabilidad institucional del mismo.

Cartagena se abona a los veranos de incertidumbre
Fran de Paula puso fin a la primera de las crisis institucionales.
damiangarcia
Por Damián Santos García Díaz

La afición del FC Cartagena parece estar condenada a, verano tras verano, estar pendiente de algo más que de la elaboración de la plantilla para el siguiente curso, o los precios de la campaña de abonos del mismo. Por motivos muy dispares, los tres últimos años, el club albinegro ha vivido una gran inestabilidad institucional que, en más de una ocasión, ha puesto en entredicho la existencia del mismo y que, en todos los casos, ha tenido la misma consecuencia: que el equipo de la ciudad portuaria no haya podido poner en marcha la parcela deportiva hasta acercarse el inicio de la competición.

De Gómez a de Paula

En el año 2013, el entonces dueño, Paco Gómez, mostró su deseo de desvincularse de la entidad y puso el club a la venta. El verano avanzaba sin que nadie pusiera sobre la mesa la cantidad que exigía el empresario oriolano y la afición comenzó a temer la desaparición del equipo. Además, cierto sector de la afición, descontento con la gestión y la actitud de "El Paloma", quien en varias declaraciones había menospreciado a distintos futbolistas o la propia afición y tomaba decisiones caprichosas y arriesgadas desautorizando a su director deportivo, como despedir al portero René, después de la primera jornada o al entrenador, José Rojo "Pacheta", al termino de la liga regular, a una semana de iniciarse los playoffs de ascenso, manifestó que, aunque el equipo siguiera existiendo, no se abonarían si Gómez seguía al frente.

La solución final fue nombrar a un presidente delegado, Fran de Paula, cuya gestión de los recursos del equipo volvió a enganchar a un sector de la afición que se sentía desencantado con el equipo.

El entonces director deportivo, Pedro Reverte, se puso manos a la obra, contando en el banquillo con Luis García Tevenet y, en un tiempo record, elaboraron una plantilla en la que solo permanecían tres futbolistas del ejercicio anterior.

A pesar de que los inicios del club fueron dubitativos, el equipo se convirtió en un candidato al ascenso, clasificandose finalmente para los playoffs y llegando a los deicesisavos de final de la Copa del Rey, dónde se enfrentaron al FC Barcelona.

No obstante, aunque de Paula fuese la cara visible de un proyecto con el que toda la afición estaba encantada, el capital lo seguía poniendo Paco Gómez, quien no desistió en su intento de desvincularse de la entidad, buscando un comprador.

El hundimiento de Sporto

Antes de finalizar la temporada 2013/2014, se supo que el empresario valenciano Javier Martínez estaba en negociaciones para adquirir el FC Cartagena. No obstante, la misma no se efectuaría hasta terminar la campaña, puesto que el club no valdría lo mismo si finalmente se conseguía el ascenso.

Sin embargo, el verano iba transcurriendo, y Sporto Gol Man (grupo inversor creado por el propio Martínez, exclusivamente para esta compra), no terminaba de hacerse con el club, por motivos burocráticos que retrasaban la venta.

Los nuevos gestores eliminaron el puesto de director deportivo, cambiando el cuerpo técnico y conservando únicamente a dos futbolistas del anterior ejercicio.

Para sorpresa de todos, Julio César Ribas, con gran trayectoria en el fútbol uruguayo, llegó para ser el nuevo entrenador y, a pesar de que las nuevas incorporaciones comenzaron a llegar más temprano que en el año anterior, a las puertas del inicio de la competición, hubo prisas por solucionar varios problemas. El primero es que el entrenador, por no disponer de la titulación adecuada para Segunda B, no podía ejercer como tal. Los directivos confiaron en poder solucionar dicho problema con prontitud y no se contrató otro. Por otro lado, se había apostado por una plantilla corta, alegando la polivalencia de muchos de sus hombres, pero que cuatro SUB-23, de nacionalidad uruguaya tampoco pudieran jugar en competición oficial, hizo que el equipo tuviera que correr para cubrir sus bajas. Además, los únicos delanteros con los que se cerró la plantilla llegaron con la pretemporada ya acabada.

Con esta serie de despropósitos, y los que quedaban por llegar, como el impago de las nóminas y el éxodo de futbolistas en el mercado invernal, el equipo estuvo hasta el final en la lucha por evitar el descenso, a pesar de las aspiraciones iniciales de ascenso.

Con varias nóminas adeudadas a futbolistas y cuerpo técnico, estos, sobre todo los que no eran naturales de Cartagena, comenzaron a vivir una situación límite. Fue entonces cuando llegó Paco Belmonte, empresario murciano, respaldado por un grupo inversor interesado en comprar el club. Sporto había metido al equipo en un concurso de acreedores y el admistrador concursal veía inviable que el equipo pudiera existir en Tercera División, de modo que el nuevo grupo firmó una compra condicionada a que la entidad permaneciera en el fútbol de bronce.

A pesar de no ser dueños del club, el grupo inversor puso dinero de su bolsillo para mejorar la situación de los futbolistas, consiguiendo además patrocinadores para lo que restaba de campaña.

El equipo vuelve a agonizar

Con la salvación deportiva, la afición albinegra creyó que llegarían tiempos mejores, encabezados por un Paco Belmonte que garantizaba seriedad institucional. No obstante, el pasado lunes, 8 de junio, el murciano dio una rueda de prensa en la que aclaró que Hacienda le reclamaba, no solo la deuda sujeta al concurso de acreedores, sino también la que tenía ya antes el equipo, triplicando así la cantidad a pagar. El experiodista dejó claro que su grupo inversor no puede asumir dicha cantidad y que por lo tanto, no adquirirá el equipo, el cual podría llegar a desaparecer el próximo 30 de junio.

El propio Belmonte, en dicha rueda de prensa, aseguró que si alguien avalava la deuda extra, seguiría al frente del proyecto. También convocó un referendum para los aficionados para preguntar si quieren que, el mismo grupo gestor, monte otro proyecto deportivo en la ciudad portuaria. Sin embargo, a petición de la Federación de Peñas, dicha votación se ha aplazado y no tiene fecha nueva.