No muere el sueño mientras no muere el soñador

El Real Jaén, a falta de once jornadas para la conclusión del campeonato liguero en la Segunda División B, ocupa la octava posición en la tabla clasificatoria. Muy lejos de los objetivos marcados a principio de campaña por la directiva, los de Rafael Berges necesitan demostrar a marchas forzadas que son capaces de convertir la mentalidad negativa en el coraje necesario para cumplir con una afición cada vez más desilusionada por el rendimiento del conjunto blanco esta campaña.

No muere el sueño mientras no muere el soñador
Foto: Carlos Martínez (VAVEL.com)
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Por Carlos Martínez Moral

Tras el frustrante y desesperanzador descenso de categoría la pasada temporada, el Real Jaén bajó de la cima plateada para situarse en la falda de una montaña de bronce en la que se había sufrido mucho a lo largo de la longeva historia del club jienense.

El descenso supuso un jarro de agua fría para una institución que durante el curso liguero 2013/2014 puedo codearse partido tras partido con algunos de los equipos más importantes del panorama nacional. Visitar estadios emblemáticos de nuestra geografía poco a poco se convirtió en una costumbre para un Real Jaén que despertó del sueño de la Segunda División con un 'guantazo' del Alavés en la última jornada.

Sin embargo, la directiva se puso manos a la obra para intentar que la moral no tocase fondo entre los aficionados, principal motor económico y social de un equipo en la categoría de bronce. Las salidas fueron muchas, las incorporaciones también, y mediante la idea de que la vuelta a la Liga Profesional de Fútbol sería rápida gracias al nivel de la plantilla formada, se consiguió batir el récord de abonados del club en Segunda B.

Pero a veces los proyectos no son solo palabras y las cosas en el Real Jaén comenzaron a no ir como se deseaba en un principio. El equipo comenzó con buenas sensaciones pero poco a poco se fue diluyendo como la ilusión entre los aficionados por creer en que el regreso a la Liga Adelante sería cuestión de una única temporada.

Al margen de lo deportivo, en las demás parcelas se formó una institución sólida, con grandes dotes para relacionarse con los distintos públicos potenciales que acerquen al Real Jaén al mayor número de focos de atención posibles. Pero esto para el aficionado no es suficiente, el graderío de La Victoria quiere volver a cantar los goles y victorias de su equipo, quiere notar que los jugadores que portan el escudo de uno de los pocos clubs que quedan en España con casi una centena de años de vida sienten esos colores y defienden su honor dando el máximo de sí mismos.

Con la llegada de Berges se volvió a reanimar esa ilusión, pero una vez más, por cuestiones a veces inexplicables, los resultados no llegaron. El equipo marcha sin pena ni gloria por posiciones intermedias de la clasificación y se deja puntos por un camino en el que cada vez se vislumbra el punto de llegada más cerca en el horizonte.

Once pasos separan al Real Jaén del final de un sendero en el que se pueden enmendar los tropiezos del pasado reciente u otro destino en el que se plantea un futuro confuso. El equipo ha demostrado en varias ocasiones durante la temporada que cuenta con calidad para poder imponerse al gran grueso de rivales del grupo IV. Todo hace indicar que es el estado anímico el principal rival contra el que debe luchar el conjunto jienense para hacerse fuerte. La esencia de un club que siempre ha luchado por mantenerse vivo a lo largo de las décadas ,a pesar de las profundas adversidades, tiene que seguir presente en cada uno de los 23 profesionales que conforman la plantilla.

Porque Jaén nunca se rinde y los sueños no mueren si no muere el soñador.