El Real Murcia recibió al Almería B en busca de recuperar la senda de la victoria, después de la derrota en Sevilla. El objetivo no era otro que reengancharse a los puestos de arriba, en una clasificación que lidera su vecino universitario. Para el conjunto almeriense no está siendo tan bonito el comienzo de temporada; solo un punto sobre el playoff de permanencia, y cuatro con el descenso directo. Tras dos derrotas consecutivas, el escenario no era el ideal para recuperar la confianza. A pesar de que el favoritismo siempre recayó por el lado pimentonero, la Segunda B es una categoría tan imprevisible que nunca se debe poner esta etiqueta con la boca grande.

El partido comenzó de manera incierta. Como de costumbre, al Real Murcia le costó mucho entrar al partido, y era el Almería B quien más se asomaba, aunque sin peligro, por las inmediaciones de la portería de Fernando. El más incisivo arriba fue el coreano Kiu, cuya banda izquierda fue un auténtico dolor de cabeza para José Ruiz durante toda la primera parte. Sin embargo, la ocasión más clara del partido la tuvo el Real Murcia en el área de los visitantes: varios rebotes en disparos a portería, que acabaron con Germán en el suelo. El árbitro no señaló la pena máxima a pesar de las protestas de los futbolistas granas.

Un penalti tan polémico como decisivo

Curiosamente, de penalti llegó el gol del Murcia. Una jugada muy polémica donde el meta visitante, Gianfranco, derribó dentro del área a Germán en un mano a mano muy peligroso. La entrada se produjo cuando el futbolista pimentonero intentaba regatear hacia fuera, aunque de cara a portería, al meta italiano. Aunque parecía ocasión manifiesta de gol, el árbitro valenciano interpretó la jugada como merecedora de tarjeta amarilla. Sin duda, todo un alivio para los visitantes, que pudieron ver más complicado todavía el partido de lo que ya estaba. El encargado de transformar la pena máxima fue el talentoso Chavero, que no falló el disparo a pesar de que el portero adivinó el lado.

El gol inclinó la balanza futbolística en detrimento de los granas, que acabaron el primer período sobre el área de los almerienses. Un buen disparo lejano de Sergi y el recital de Chavero pusieron la guinda al Real Murcia antes del descanso. Para el Almería B, por el contrario, pudo terminar mucho peor la primera parte. Más allá de si el colegiado debió expulsar o no a su portero, un error garrafal de comunicación entre el propio guardameta y Joaquín acabó con la visita inesperada de Carlos Álvarez. El delantero murcianista, que casi se lleva la pelota, no pudo aprovechar el error. En ataque, los almerienses solo pudieron poner en apuros a Fernando en un disparo de Mario Abenza desde la frontal.

Rubén pudo empatar dos vecesLa segunda parte empezó como la primera, con un Real Murcia indeciso y un Almería B impotente a pesar de tener las ideas más claras. El dominio de los granas en el juego era inversamente proporcional al número de ocasiones generadas, pues cuanta más posesión tenían los visitantes más veces llegaban los locales a la portería. El aviso de lo que iba a ser el partido lo dio Germán en una internada en el área tras la jugada personal, aunque se hizo un lío con la pelota y la acabó perdiendo. Pocos minutos después, Rubén tuvo la mejor oportunidad hasta el momento para lograr el empate. Aprovechando una caraja monumental de la defensa grana, se plantó en el área con muy buenas intenciones. Lo tenía todo hecho, pero falló en el mano a mano con el portero, cuando, al regatear hacia dentro, Jaume le rebaña la pelota.

Con el paso de los minutos, el filial almeriense se fue desinflando como un globo. Esto lo aprovechó el Murcia para hacer varias ocasiones consecutivas, sobre todo en botas de Germán, Carlos Álvarez y Chavero. Y en medio de la confusión, llegó la peor noticia posible para el Almería B: Kiu, su mejor jugador hasta el momento, tenía que ser sustituído por lesión. Otro susto se llevó José Manuel Aira cuando vio a Chavero en el suelo doliéndose de la espalda, aunque el ocho grana sí pudo aguantar hasta el final del partido.

Al final reinó la anarquía

Pero el físico no dio para mucho más, y el césped de Nueva Condomina se convirtió en un correcalles. Una auténtica Autovía del Mediterráneo, como la que usó el Almería para volver a casa, donde el recién ingresado al terreno de juego Fran Pastor se encargó de demostrar que ya no había defensas. Arrancó en la medular, se fue de tres y se sacó un gran disparo de derechas desde la frontal. Solo Fernando opuso resistencia a ese gol. Poco antes, Rubén vio la amarilla por protestar de forma airada un gol bien anulado por fuera de juego del delantero. Una auténtica anarquía táctica de la que también pudo aprovecharse Carlos Álvarez: se durmió el central, la robó el delantero grana de forma formidable y casi sentencia el partido. La pierna salvadora del mismo defensor que casi condena a su equipo evitó el segundo tanto de la tarde.

Ninguno de los 1.800 asistentes en la grada podía levantarse de su asiento. En cualquier balón dividido, en cualquier contra, en cualquier jugada a balón parado pasaba algo. Los almerienses luchaban a contrarreloj más con corazón y ganas que con físico y orden. Curiosamente, los granas, que habían vivido cada minuto del último cuarto de hora con auténtica tensión, terminaron el partido volcados sobre la portería de Gianfranco. Primero fue Arturo, que aprovechó un pase rompedor de Carlos Álvarez para quedarse mano a mano con el portero, que desvió a córner con un auténtico paradón. Luego llegó otro recital  de Chavero, que sacó al genio de la lámpara para ganar tres minutos en dos metros cuadrados de césped aguantando la pelota.

Aunque el Almería B tuvo una última ocasión, los tres puntos se quedaron en Nueva Condomina una vez más. Partido gris de los hombres de José Manuel Aira, que tuvieron más ocasiones que orden en el fútbol. Volvieron a sufrir más de lo esperado, algo que se está volviendo en costumbre a pesar de sacar el resultado casi siempre. Los visitantes, que no hicieron tampoco un buen partido, supieron sufrir en uno de los campos más difíciles de la categoría. En el plano particular, solo han destacado Chavero, Carlos Álvarez y Kiu en una tarde a la que no acompañó ni el clima, ni la pobre asistencia en la grada, ni el estado lamentable del terreno de juego.