Barraña acogió por primera vez un partido de la competición del K.O. por antonomasia del futbol español: la Copa del Rey. Ni las fiestas que hoy se celebraban en la localidad marinera, ni el último día de agosto que supone el fin de las vacaciones de muchos, ni el calor sofocante que acompañó durante todo el día tanto a aficionados como a jugadores, frenó a las Cruzadas Boirenses ni a los aficionados desplazados desde Guijuelo para apoyar a los dos clubes que se jugaban el todo por el todo en esta Primera Ronda eliminatoria de la Copa del Rey a partido único.
Descanso a los titulares
Tanto Fredi Álvarez como José María Mateo optaron por priorizar la siguiente jornada liguera antes que la supervivencia en la competición copera. Ambos técnicos realizaron rotaciones en los onces de sus conjuntos. En los locales, el técnico moañés dejó en el banco al uruguayo Pato Guillen y entregó las llaves de la meta boirense a Rodri, suplente con Reguero y también con el cancerbero sudamericano. El debut de Mateo Garcías fue lo más destacado en la alineación junto con la titularidad de Herbert en el costado izquierdo. En la punta de flecha, los arietes Rivera y Gonzalo sustituyeron a los titulares en Pucela, Beda y Cano.
Por otro lado, el técnico del conjunto salamantino, salió con más titulares de lo esperado. A diferencia de su homologo celeste, José María Mateo no dio descanso ni a su meta titular, por lo que Kike Royo ocupó la portería jamonera. En la alineación chacinera, salvo la novedad del recién llegado Ayala para ser la pareja de baile del capitán Jonathan Martin y la suplencia de Dimas por Néstor, el once castellano y leonés no varió demasiado en comparación con la alineación que se enfrentó al Racing de Ferrol en A Malata.
La locura por bandera
El partido arrancó y ya en la primera acción ambos conjuntos dejaron claro que se trataba de un choque de estilos. Pulpo á feira contra jamón pata negra, o traducido a idioma fútbol, juego de toque contra balones en largo. Los dos estilos perfectamente definidos y depurados. La némesis de cada escuela de uno y de otro frente a frente. El estado del terreno de juego, seco y pesado, resultaría clave en el juego de ambos equipos.
Los primeros minutos fueron de auténtica locura. Todo arrancó con un inocente saque de banda a favor del CD Boiro que pilló despistada a toda la defensa salamantina. Rivera en cuatro zancadas recorrió el carril del ocho y sirvió un pase para la llegada de Gonzalo que desde la frontal la colocó imposible para Kike Royo en la escuadra izquierda. Dos minutos y la euforia invadió Barraña ante el primer gol boirense en su historia en Copa.
En los primeros siete minutos Gonzalo y Pino abrieron la cuenta de sus dos equipos
Nada más sacar de centro, una jugada calcada pero en la banda contraria casi causa otro disgusto al CD Guijuelo, pero el balón de Juampa se marchó lamiendo el palo. A la siguiente ocasión, Royo no logra sacar un balón que a punto está de robarle Rivera para hacer el segundo. Cuando todo parecía de cara para el conjunto celeste, una jugada aislada, un disparo cruzado de Aspas que rebota en un defensa, el balón queda dividido, y Pino en el área pequeña encañona la meta de Rodri. Siete minutos, dos goles y todo el partido por delante.
La intensidad no se detuvo ahí, sino que Rivera de vaselina y un remate de Juampa en el segundo palo que frenó el arquero jamonero en la línea, pusieron en apuros a los visitantes. Por otro lado, Néstor y Pino casi rompen la igualada en una jugada surgida de un pelotazo largo desde la defensa. A partir del ecuador de la primera parte las ocasiones se sucedieron de forma más intermitente, mientras que la tensión entre Ayala y Rivera crecía por la batalla personal que libraban central y ariete. El peso del juego lo siguió llevando el Boiro mientras que el Guijuelo esperaba el fallo de la defensa rival para aprovechar alguna ocasión suelta. Rivera y Juampa centraron por dos veces sin encontrar rematador a los balones colgados en jugadas en las que intervenía prácticamente todo el equipo gallego.
Una segunda parte de errores
El segundo tiempo declinó un poco la balanza en favor de los visitantes. Sin el ritmo frenético de los primeros minutos, lo que si aumentó fue la intensidad de las dos escuadras a la hora de frenar a sus rivales. Antes de iniciar el festival de patadas, Pillado mando un derechazo a la escuadra pero Kike sacó una mano salvadora. En la siguiente jugada, Juliá se equivoca en el despeje y Rivera falla en el mano a mano lanzando el balón por encima del travesaño. Crespo también cometió errores en entregas en parte forzados por la presión de los delanteros castellanoleoneses.
El partido endureció con las entradas de Juampa y Carles Marc que terminaron en amonestación. La amarilla al hispanoargentino marcó el partido, que terminó de romperse cuando el interior derecho boirense intentó rematar con la mano en una caída en el área. El colegiado asturiano se percató de ello y la imprudencia de Juampa le costó la expulsión y puso cuesta arriba el encuentro para los de Fredi.
La expulsion de Juampa marcó el desarrollo del partido
Con la expulsión, el técnico local se vio obligado a cambiar la disposición táctica a un 4-1-3-1 con Rivera como la única referencia ofensiva. El problema llegó cuando Rivera termino en la reserva y el técnico dio entrada a Cano. Marcos Álvarez y Romay también entraron para cambiarle la cara al equipo. Sin Rivera, el club quedó sin ariete puro mientras que Cano y Romay permutaban en el ataque. A pesar de un Yebra brillante a la hora de dirigir el juego y del apoyo de la afición boirense, fue el Guijuelo el que pudo rematar el partido en los últimos minutos con un remate de Juliá al palo en el descuento. Previamente, Álvarez se equivocó en un mano a mano ante Kike Royo al enviar el balón por encima del larguero.
La prórroga dicta sentencia
Cumplidos los noventa minutos, ambos equipos se encontraban a un solo chispazo de fortuna para pasar de ronda. El CD Boiro jugaba en su favor con un público entregado y el derroche de sus jugadores, el CD Guijuelo por contrapunto con la paciencia que le otorgaba la superioridad numérica y que tenía dos cambios aún por realizar. El capitán Jonathan se marchó aquejado de unas molestias en el cuádriceps y en su sitio entró Jonxa, mientras que Pino dejó su puesto a Maiki. Manu Dimas ya había entrado en el minuto 79 en el sitio de Néstor. Los cambios resultarían claves en el devenir del encuentro.
La prórroga comenzó con un derechazo de Romay desde un costado a más de 30 metros que por poco se termina colando en la meta de Kike. A pesar de jugar con uno menos, el Boiro continuó llevando la batuta del encuentro hasta el último suspiro de la primera mitad de la prolongación. Adriá perforó la banda izquierda con una gran jugada individual y mandó el balón raso al segundo palo donde Jonxa se deshizo del marcaje de Crespo y la empujó a la red. Ese duro golpe resultó definitivo en el ánimo de los de Fredi, ya agotados del esfuerzo de luchar contracorriente.
Las entradas de Jonxa, Dimas y Maiki fueron determinantes para el CD Guijuelo
En la segunda parte el Boiro buscó a la desesperada el gol de la igualada incorporando a Jimmy en el extremo, junto con Cano ejerciendo de nueve y Álvarez en el costado. Yebra, Gonzalo y Romay hilvanaban las jugadas pero sin la clarividencia necesaria, lo que provocó imprecisiones que pudieron costarle otro gol al Boiro tras dos remates de Juliá y Dimas. La última acción del partido aun nos dejó una jugada para el recuerdo que bien podría resumir el encuentro. En el minuto 120, una contra que Álvaro aprovecha para que en carrera memorable se recorra el campo de corner a corner, deshaciéndose de los rivales en la cabalgada para terminar entregando en bandeja el balón a Manu Dimas para redondear el partido y establecer el 1-3 en el marcador.
Con este resultado, el club chacinero pasa de ronda y puede soñar con continuar avanzando en el torneo hasta toparse con un grande de Primera y aspirar a ser el próximo matagigantes. Mientras, al club barbanzano solo le queda la competición doméstica en donde sueñan con seguir sumando resultados y sensaciones para poder mantenerse en la categoría de bronce el año de su debut. Ya se sabe: los sueños, sueños son.