Ramón Rodríguez Verdejo ‘Monchi’ habló en SFC Radio sobre el rival en semifinales de la Europa League, el Valencia, quien va a ser un rival difícil de batir después de lograr la hazaña de remontar un 3-0 en contra: "Una semifinal no tiene rival fácil, si lo nuestro de ayer fue meritorio lo de ellos no se queda atrás. Son dos equipos que nos conocemos y hay pocos secretos. Ellos tienen un potencial importante, posiblemente centren toda su atención en la Europa League. A esta altura no había mucho que elegir. El  hándicap de jugar el segundo partido en Valencia es un poco negativo, pero vamos a confiar en nuestras posibilidades".

Aparte de jugar la vuelta en Mestalla, los valencianos también tienen a favor el hecho de que se pueden centrar solo en esta competición: "Es una ventaja que tenían prácticamente los tres equipos, porque Juve y Benfica son prácticamente campeones y Valencia está prácticamente en tierra de nadie, pero creo que tenemos plantilla suficiente para que esa diferencia no sea tan importante".

Monchi también analizó a los mejores jugadores del plantel levantinista, entre los que está un crecido Paco Alcácer: "Quizá no aparece mucho, pero tiene una virtud importante, que siempre está donde tiene que estar, siempre llega, es un jugador que tiene gol. Vargas también está aportando mucho en ataque. En el mercado de invierno han sabido recomponer la plantilla y están compitiendo a un gran nivel, sobre todo en Europa League".

De todas formas, el director deportivo también quiso destacar el mérito de los suyos para lograr el pase: "Estamos en un momento de fusión, en el que nos damos cuenta todos que junto somos muy difíciles de superar. Un  logro tan importante como el que estamos consiguiendo solo se puede conseguir en conjunto. Tenemos que seguir de la mano, yendo juntos, sabiendo que todos somos necesarios".

Con todo esto, Monchi está satisfecho, sobre todo por ser un proyecto que estaba marcado a largo plazo: "Es verdad que este proyecto tenía un mayor recorrido en cuanto a espera de resultados, porque fue un verano muy complicado, con salidas de jugadores fundamentales y la llegada de mucha gente joven, que no estaba acostumbrado a competir al máximo nivel. Eran buenas expectativas, pero también sabíamos que se tenía que esperar. Yo veo una virtud fundamental en este equipo, que se lo ha creído,  que hay mucha hambre y una unión tremenda que hacía mucho tiempo que no veía en este vestuario".