Tras proclamarse tricampeón de la UEFA Europa League, la capital hispalense aguardaba ansiosa la llegada del Sevilla FC con la copa. Tal y como planificaron, alrededor de las seis de la tarde llegaba la expedición al aeropuerto de Sevilla donde les esperaba un autobús con destino al Centro de Alto Rendimiento para allí tomar un barco que los pasearía por el Guadalquivir y así mostrar el triunfo.

Los puentes se encontraban repletos de aficionados sevillistas que no querían perderse la llegada de la plantilla con la copa, escoltada por decena de embarcaciones con banderas rojiblancas. Todos los allí presentes derrochaban felicidad, más aún el grupo de niños de la Asociación Síndrome de Down que la Fundación del Sevilla FC quiso invitar para que disfrutasen de la celebración. Maravilloso gesto de la entidad nervionense que marcó aquel instante como inolvidable para los pequeños. Llegados a la Torre del Oro, los jugadores no esperaban lo que allí vieron. Todo repleto de sevillistas que arropaban a su equipo emocionados porque la copa, esa que tantas alegrías y sueños ha dejado en Nervión, se encontraba en tierra sevillana.

Comenzaba el recorrido en autobús descapotable por el centro de la ciudad cuyo destino final sería el Ramón Sánchez Pizjuán. Una vez iniciado el trayecto, los campeones cantaban a la par de los aficionados, mientras fotografiaban todo cuanto veían a medida que avanzaban. Hasta llegar al lugar más especial para este Club y sus hinchas: la Puerta de Jerez. Espectacular todo lo que se vivió alrededor de esa fuente, y en ésta misma cuando los jugadores se subieron a la estatua para cantar con sus aficionados. Javi Varas, Vitolo y Coke se encargaron de engalanar la estatua con atuendos sevillistas al grito de “Sevilla es rojiblanca”. Tales eran los miles de sevillistas agolpados en el centro de la ciudad que costaba continuar con el trayecto planteado. Un emocionante himno del Centenario a capela entre equipo y afición hacía del momento unos minutos de ensueño y gloria.

Una auténtica marea roja era lo que se encontraron los jugadores a su entrada por la Avenida de la Constitución, nadie quiso perderse el histórico paseo. Mientras, no paraban de corear los nombres de sus ídolos, así como de entonar una y otra vez cánticos sevillistas y el “¡Campeones, campeones!”.

Cumpliendo con la tradición, la plantilla pr​e​sentó el título a la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad, en la Catedral donde el obispo Juan José Asenjo aguardaba la llegada del plantel sevillista quien hizo llegar sus felicitaciones por el triunfo continental conseguido.

El presidente José Castro fue el que lideró a la plantilla de campeones llegados al Ayuntamiento de Sevilla donde el alcalde, Juan Ignacio Zoido, sevillista y socio, los esperaba en el Salón Colón, un lugar muy conocido por el Sevilla FC en los últimos años. Castro no pasó por alto recordar que fueron siete las veces que los de Nervión visitaban el Ayuntamiento en esta década, bromeando incluso diciendo que el alcalde “debería poner un salón en este Ayuntamiento que se llame Sevilla FC”.

Continuando con las palabras que dirigía desde el balcón a todos los aficionados, el presidente sevillista dejó claro el orgullo que siente el Club por el éxito logrado a pesar de que la presente campaña no ha sido fácil por los cambios sufridos y la adaptación de tantos jugadores nuevos a sentir el sevillismo y la ambición que llevan por bandera.

Castro finalizó dedicando unas palabras a sus jugadores mostrando su entera felicidad: “en esta época como ésta, el Sevilla FC, todos estos señores, están siendo motores de alegría de mucha gente, de la felicidad de muchas personas”.

El alcalde sevillano dedicó felicitaciones y agradecimientos a la entidad en su conjunto por lo que este logro supone para la ciudad: “Habéis sido embajadores de Sevilla, embajadores de nuestra ciudad. Habéis llevado el nombre del Sevilla por Europa entera”. Y añadía: “Fuisteis a Turín con un encargo, traer esta copa que es nuestra, y habéis cumplido con creces. Sevilla se siente orgullosa”. Tampoco quiso dejar atrás a todas esas personas que no se encontraban presentes, dedicándoles la copa a todos ellos, sobre todo al gran Antonio Puerta, siendo entonces cuando el Salón entero coreaba el nombre del eterno 16 sevillista.

Terminada la recepción en el Ayuntamiento, los jugadores salieron a los balcones de éste, por la Plaza Nueva, siendo el capitán Ivan Rakitic quien mostraba la copa en sus manos. Fue entonces cuando se desató la locura. Unai Emery se dirigió a todos los hinchas destacando el principal papel que la afición ha tenido en esta conquista, continuando su intervención con un cántico muy característico del sur que marcó y mucho a los que allí se encontraban: “Turín, turán, cada día te quiero más".

El ídolo del sevillismo, Rakitic, fue el siguiente en hablar dando la enhorabuena a toda la afición y agradeciéndoselo tanto a ésta, como a todos sus compañeros, cuerpo técnico, Monchi y presidente pero resaltando una vez más a los seguidores: “vosotros sois lo más grande para nosotros".

Para concluir la celebración en la Plaza, Monchi fue el artífice de crear un ambiente más festivo si cabe, con un trato a la afición de tú a tú, haciendo del momento un encuentro muy familiar. Aseguró que el Sevilla FC se sostiene gracias a sus guardianes de Nervión, gracias a su hinchada. Emocionado y aun sin creérselo, Monchi se tapaba los ojos y los abría una y otra vez porque revivió aquellos mágicos años de éxitos en las filas rojiblancas. La historia se repetía.

Tras todo el festín, quedaba poner el broche de oro a una noche mágica que culminaría en su estadio, el Sánchez Pizjuán, donde miles de sevillistas hicieron colas para entrar y ocupar los asientos de las gradas desde donde presenciarían cómo la copa volvía a casa, y con ella, las emociones, los sueños, las ilusiones y la felicidad.

Fotos: Sevilla FC