El Sevilla FC ha alcanzado el cénit futbolístico, el éxito, gracias a su tetracampeonato que lo catapulta al olimpo de los dioses en la UEFA Europa League superando a Inter, Juventus y Liverpool que se quedan con 3. Este trofeo se ha convertido por méritos propios en el orgullo de Nervión con el que mantiene un idilio desde el gol de Antonio Puerta. Hoy ganó en una entretenida final al Dnipro por 3 a 2 ante un conjunto ucraniano que demostró el porqué había eliminado a conjuntos poderosos en rondas anteriores como Brujas, Ajax o Nápoles. Este año además del trofeo tiene el premio extra de jugar la Champions League sin pasar por la ronda previa volviendo por méritos propios a la competición más importante de clubes.

Unai Emery optó por poner de inicio a Vidal como lateral derecho para tratar de sorprender por su banda como en la anterior eliminatoria contra la Fiorentina donde desequilibró el partido de ida con un doblete: Hoy, el encuentro comenzó de la peor manera posible porque en el minuto 6, el Sevilla se encontró con un gol en contra anotado por Kalinic, máximo goleador del equipo en la Europa League, tras un remate de cabeza a pase de Matheus. 

El tanto sentó como un jarro de agua fría en el plantel sevillista debido a que no contemplaron iniciar de esta forma el partido, dado su teórico favoritismo, pero las finales no se ganan con nombre y sí con trabajo y fútbol. El Sevilla no se amilanó y comenzó a jugar con la intención de igualar la contienda aunque era difícil superar la muralla defensiva que planteó el Dnipro que fió su ataque a jugadas de contragolpe, pero en una jugada de estrategia llegó el gol del empate, donde Krychowiak fue profeta en su tierra y tras un zapatazo superó a Byoko. El gol llegó en una de las especialidades de Unai Emery, técnico que trabaja muy bien este tipo de jugadas.

Bacca pone por delante al Sevilla

El Sevilla no se conformó con el empate y quería abrir distancias en el marcador para no volver a verse sorprendido como en el inicio de partido, y en el minuto 30 Bacca conseguía el objetivo de ponerse por delante en el partido tras un pase magistral de Reyes que lo dejó completamente solo ante Byoko y el ariete cafetero tras driblarlo anotó a puerta vacía. La parte más difícil se había conseguido, que fue situarse en el marcador con un gol de ventaja tras comenzar el encuentro perdiendo con un tempranero gol.

El Sevilla en el último cuarto de hora de la primera parte echó para atrás las líneas y cedió la posesión al Dnipro que gozó de una buena ocasión en las botas de su jugador con más talento, Konoplyanka. Cuando el marcador parecía definitivo al descanso, llegó la igualada del Dnipro tras una buena falta lanzada por Rotan, que ejecutó a la perfección su lanzamiento.  

La segunda parte siguió con la misma tónica que el final de la primera parte teniendo el Dnipro las ideas más claras sobre lo que tenía que hacer en el campo, y de la mano de Konoplyanka consiguió llevar en la banda izquierda mucho peligro en esos minutos iniciales y provocó que Unai Emery pusiera a Coke de lateral derecho para adelantar la posición de Vidal, sustituyendo a un cabreado Reyes. 

Bacca hace el gol definitivo

El partido había caído a nivel físico y no se veía tan buen juego como en los primeros 45 minutos, aunque tuvieron ocasiones por medio de Vitolo y de Konoplyanka. Banega cada vez que cogió el balón pasaba algo distinto y fue la baza ofensiva del Sevilla más importante, aunque fue Vitolo quién con un pase entre líneas permitió quedarse a Bacca, otra vez, solo ante el guardameta ucraniano y de disparo cruzado lo batió poniendo al conjunto de Nervión por delante cuando quedaba poco más de quince minutos.

El partido entró en una vorágine, donde al Dnipro le entraron las prisas por tratar de igualar la final, aunque la zaga sevillista no concedió ninguna oportunidad para permitir que la copa no volara a Sevilla. En los últimos minutos, Matheus dio el susto tras desplomarse en el terreno de juego pero tras unos minutos de incertidumbre el jugador recuperó el conocimiento quedándose el Dnipro con uno menos.

Cuando el arbitró pito el final del partido, los sevillistas entraron en un estado de felicidad al que están acostumbrados en los últimos años aunque no por ello hay que desmerecer el buen trabajo de la parcela deportiva de Pepe Castro, Monchi y sus hombres de confianza que han consolidado un buen plantel encabezado por Unai Emery.