El partido perfecto

Gran nivel mostrado por el Sevilla ante un Celta de Vigo muy bien plantado. Con el pase a una nueva final amarrado, solo cabe esperar saber defender el resultado la próxima semana en Balaídos.

El partido perfecto
Gameiro celebra uno de sus goles ante el Celta | Imagen: Juan Ignacio Lechuga
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Por Alvaro Fuentes Sánchez

Partido de los importantes, de los que se recuerdan con el paso del tiempo y de los que marcan la línea que divide el éxito o el fracaso en una temporada. El Sevilla recibió al Celta de Vigo en el Pizjuán, en el partido perteneciente a la ida de la ronda de semifinal de la Copa del Rey. Ambos clubes quieren “garantizarse” una plaza en Europa la temporada que viene, una vez sabido que el Barça espera en la final —salvo antológica ecatombe— al equipo que salga vencedor de este doble enfrentamiento. 

El Sevilla salió al césped enchufado, desde el minuto 1, con la portería celeste entre ceja y ceja.  Tanto fue así, que la primera ocasión fue para los locales, merced a un córner rematado por Kolo que trajo el peligro por primera vez a la portería de Rubén Blanco. El equipo de Nervión trató de encerrar a los vigueses en su área y lo consiguieron a base de jugadas de ataque. Llegadas de Vitolo y Krohn-Dehli pusieron sobre aviso al equipo visitante, que le costaba sacudirse el dominio hispalense. Alcanzados los veinte minutos de juego, el dominio del balón lo tenía el equipo de Emery. Con ello llegarían también ocasiones muy claras para lograr abrir el marcador. De nuevo merced a un córner, en el minuto 25, Kolo remata a bocajarro y el balón es muy bien detenido por el meta celeste. Tan solo un minuto después la tuvo igual de clara el francés N’Zonzi. Su remate a portería desde el segundo palo superó al portero, pero se marchó fuera lamiendo el palo largo. Se mascaba la tragedia en la parroquia visitante... y con razón. Dos minutos después, en el 28, un pase raso en profundidad lo fue a recoger Vitolo, pero Sergi Gómez lo agarró claramente y Clos Gómez pitó el penalti. Jolgorio en la grada que se transformó en silencio con el lanzamiento de la pena máxima. Gameiro lo tiró muy centrado y el meta visitante consiguió despejar el balón. 

Momento clave

El Celta fue consciente entonces de que, por mucho que llegaban los nervionenses, no conseguían marcar y se vinieron arriba. La siguiente jugada desembocó en un centro desde la banda que recibió desmarcado Sergi Gómez. Su estético remate, marcando perfectamente los tiempos en el aire, se estampó irremediablemente en la cruceta de la portería de Sergio Rico, que solo pudo hacer la estatua ante lo que pareció que sería el primer gol del partido. Dos minutos después, en el 34, otra clara ocasión para el Celta. Esta vez, Pablo Hernández le quitó un balón claro de remate a Orellana y su disparo se marchó rozando el segundo palo de la meta sevillista. Los de Unai trataron de recuperar la iniciativa en ataque y obtuvieron la recompensa al borde del descanso. En el minuto 44, otro saque de córner lo recogió Rami y su remate, esta vez, se convirtió en el primer gol del partido. La mejor forma de llegar al final de la primera parte en Nervión.

Continuó la historia

La segunda parte comenzó con la misma intensidad que ambos equipos pusieron en los primeros cuarenta y cinco minutos. Los de Berizzo buscaron la forma de poner las tablas en el electrónico desde el principio. Tuvieron una gran ocasión para lograrlo en las botas de Cabral, que recibió un pase en el área pequeña, apenas a dos metros de Sergio Rico, pero no acertó a realizar un buen remate y el balón fue detenido por el meta canterano. El susto no tardó en tener respuesta por parte sevillista.

En el minuto 55, una falta directa lanzada por Banega fue detenida por Blanco. La jugada, prosiguió con un ataque del Celta, que se fue en tromba, en busca del gol, a la portería de Rico. Sin embargo, salió el tiro por la culata porque el ataque fue detenido por el Sevilla y Krohn-Dehli supo aprovechar la situación para lanzar un pase en profundidad para el desmarque de Gameiro, que salió corriendo emparejado con Jonny. Este no pudo hacer nada ante la velocidad del delantero sevillista, que se plantó solo delante de Rubén Blanco y acertó a mandarla al fondo de la portería. Segundo gol hispalense y primero en la cuenta personal del atacante galo, que se desquitó así del penalti malogrado.

Pero no quedó ahí la cosa. Inmediatamente, tras el saque de centro, el balón lo recuperó Banega en la banda, que vio el desmarque que, de nuevo, le estaba tirando un eléctrico Kevin Gameiro. El delantero recibió el balón y se plantó solo delante de Rubén otra vez. La repetición del duelo portero-delantero tuvo el mismo final feliz para el Sevilla. Gameiro supo ajustar su disparo entre las piernas del portero y convirtió el tercer gol del encuentro para los de Emery. Euforia en la grada del Pizjuán así como en el banquillo sevillista, que vieron encaminado el pase a la final del torneo.

Aún quedaba más

La consecución del tercer gol dejó noqueado al Celta de Vigo, que trató de buscar la portería sevillista pero ya no le acompañaron de la misma forma las fuerzas ni el acierto que había tenido hasta ahora. El resultado además dio alas al Sevilla, que estuvo muy acertado en defensa, sabedores de la importancia que tendría para el equipo vigués marcar un gol fuera de casa. El único que se mostró algo más acertado de cara a puerta fue Orellana, que realizó un disparo con peligro, en el minuto 85, que supo detener bien Sergio Rico.

Los visitantes continuaron desatados buscando el gol y dejando muchos huecos a la contra. Tanto así, que en el minuto 86, otro robo de balón del Sevilla desembocó en un pase de Vitolo a Krohn-Dehli, que no supo interceptar la defensa celeste. El danés, solo ante el meta gallego, marcó sin problemas el cuarto tanto del partido. El exjugador del equipo vigués no celebró el gol por respeto a su pasado en el equipo de Berizzo. El Celta no dejó ni un instante de intentarlo, pero no consiguieron perforar la portería sevillista.

Continua imbatido en Copa

Con este resultado, los de Unai Emery ponen pie y medio en la final de la Copa del Rey. El equipo sevillista sigue sin recibir ningún gol en este torneo y mantiene su portería imbatida. A poco que no ocurra nada raro en el partido de vuelta, el Sevilla podrá pelear otro año más por un título, su sexta Copa del Rey.