Los aficionados sevillistas empiezan a ser animales de costumbres. Esta temporada, todo parece más previsible, para lo bueno y para lo malo. La pésima racha a domicilio y su gran momento en casa, dotan al equipo de Emery de una bipolaridad rutinaria.
Pero lo cierto es que las rachas positivas son más en número que las negativas. Por tercer año consecutivo, el Sevilla ha alcanzado la final de la Europa League. Casi nada.
La fortaleza del cuadro hispalense nace en casa, y en ella habitan buenas rachas. Hasta la visita de la Real Sociedad, el Sevilla acumulaba 13 victorias ligueras seguidas en casa y 17 en todas las competiciones. Tras la derrota ante los txuri-urdin, cae un estado de forma en casa histórico, pero surge el de los goles anotados. Desde la derrota ante el Atlético por 0-3 en agosto del pasado año, los fieles a la parroquia sevillista tienen, como mínimo, un gol asegurado por partido. Desde entonces son 17 partidos ligueros marcando un gol, pero la cifra llega hasta los 28 si contamos Champions, Copa del Rey y Europa League.
Gameiro, el gran culpable
Si buscamos protagonistas en esta gran racha, rápidamente nace un nombre; Kévin Gameiro. El galo lleva 28 goles esta temporada, de los cuales 24 han sido en Nervión. Unas cifras que reflejan que, al igual que el resto de sus compañeros, carbura mejor en casa que fuera. Ha marcado goles de todas las maneras, contra muchos rivales y de uno en uno o de dos en dos. Gameiro lleva esta campaña 6 dobletes; ante el Sporting, el Athletic, el Málaga, el Celta en Copa del Rey y el Basilea y el Shaktar en Europa League. Unos números de récord para una temporada que puede ser para el recuerdo.
Mañana ante un Granada necesitado, Gameiro no será titular y el peso de marcar y continuar con esta gran racha caerá en las espaldas de Llorente o Juan Muñoz.