Sangre y sudor

Un Real Madrid plagado de estrellas no fue capaz de pasar del empate ante un Sporting que apostó por la intensidad y el juego en equipo para compensar la inmensa diferencia de calidad con el rival. El empate a cero final deja al Sporting con una sensación de victoria y al Madrid en un evidente estado crítico ante la falta de juego y finalización mostrada en El Molinón.

Sangre y sudor
Foto: LFP
jorgetunon
Por Jorge Tuñón

Se dice que la salsa del fútbol son los goles, que son los reyes del juego, sin ellos un partido no es lo mismo. Lo demostrado sobre el césped de El Molinón dice lo contrario. El Sporting de Gijón y el Real Madrid empataron a cero en un soberbio partido de fútbol. Isco y Modric pusieron la calidad, y los once futbolistas vestidos de rojiblanco el derroche físico y una intensidad durante 75 minutos que convirtió el duelo en una atractiva batalla.

Intensidad como seña de identidad

Comenzó el Sporting mordiendo arriba. el 4-4-2 de Abelardo, con Sanabria y Guerrero en punta, era una clara manifestación de apretar la salida de balón madridista. Carmona y Jony no dejaban respirar a los laterales, y el centro del campo sportinguista superaba en hambre a la dupla Kroos-Modric.

Los primeros minutos fueron de los locales. No sufría el Madrid, pero no daba la sensación de tener el partido controlado. El Sporting adelantaba la defensa, ahogando al centro del campo blanco, hasta que Modric, con un soberbio pase, rompía la zaga asturiana y dejaba solo a Bale contra el guardameta Cuéllar. El galés regateó al arquero, pero se quedó sin ángulo para inagurar el marcador.

Sanabría se encuentra con el larguero

El guión continuaba . El Sporting mordía y los visitantes se encomendaban al talento, a un detalle de calidad que les permitiera ponerse por encima en el electrónico. Isco en un par de ocasiones, y Cristiano más tarde lo intentaban, pero el malagueño no acertaba entre los tres palos, y el luso se encontraba con un Cuéllar que empezaba su recital de paradones.

Sanabría remata al larguero la gran oportunidad del Sporting en la primera parte.

La gran ocasión de la primera mitad sería en cambio para los locales. En el minuto 36, Sanabria desde la frontal del área chica, cabeceaba un balón con aire de gol pero se encontraba con el larguero. El balón, botaba sobre la línea y Keylor lo recogía. El estadio pedía gol, pero la repetición dictaba que la redonda no había sobrepasado entera la línea de gol. En la siguiente jugada, Cristiano reclamaba penalti por un agarrón de Sergio, sin considerar el árbitro que hubiera suficiente contacto para señalar la pena máxima.

Cuellar, heróe en Gijón

Con esta tesitura se llegaba al descanso. En la reanudación, Benítez ajustaba a sus tropas, colocando a Cristiano en posiciones mucho más centradas. Nada cambió, el Sporting, alentado por su público no dejaba respirar a un Madrid que veía como el minuto 90 se acercaba. Los merengues, a falta de fútbol, tiraron de orgullo, pero, en un partido plagado de estrellas, iba a ser Cuéllar el que se convirtiera en héroe.

Isco, James, Bale y Cristiano Ronaldo en varias ocasiones iban a hacer que el meta extremeño se tuviera que emplear a fondo con varias paradas de mérito. Por parte del Sporting solo una llegada peligrosa, en la cabeza de Carmona, que a punto estuvo de poner el 1-0 si su remate no se hubiera ido a escasos centímetros del palo izquierdo de la portería defendida por Navas.

El triunfo del David

El Madrid apretó hasta el final, pero el Sporting mostró una madurez muy poco propia de un equipo recién ascendido, y que para colmo, se nutre de jugadores jóvenes, y aguantó unos últimos 15 minutos en los que su físico se terminó. Con más corazón que piernas, el Sporting apeló a su solidez defensiva, a su portero, y por qué no decirlo, a la suerte , para mantener un empate a cero que sabe a la mejor de las victorias.

Gran retorno del Sporting a Primera, plantando cara a un aspirante al título liguero.

Explotó la afición cuando el colegiado señaló el final del partido. El Real Sporting de Gijón vuelve a Primera demostrando su firme interés de quedarse, a costa de un Real Madrid que tendrá que enfrentarse a una semana muy larga de críticas hasta su próximo duelo ante otro recién ascendido, el Real Betis. Un punto para ambos equipos, pero dos ciudades con sensaciones muy distintas.