La maldición de O Condús condena al Pontevedra al cuarto lugar

Los granates perdieron el liderato en la última jornada al ser incapaces de vencer al Dorneda pese a comenzar por delante en el marcador. En la segunda mitad el Pontevedra, invadido por la ansiedad y perjudicado por las dimensiones del campo, fue incapaz de anotar. (Fotos: Xurxo G.G.)

La maldición de O Condús condena al Pontevedra al cuarto lugar
Los jugadores granates agradecen el apoyo de la afición durante un partido de esta temporada.
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Por Xurxo Gómez G.

Una vez más, se repitió la historia. El Pontevedra fue incapaz de ganar en O Condús y dijo adiós al liderato conseguido siete días atrás. Y pudo ser peor, pues tras las victorias de todos sus rivales, los granates se quedaron a un gol en contra de perder su puesto de promoción de ascenso. Al menos, con el empate, los de Pasarón estarán entre los 72 equipos que pelearán por subir a Segunda B.

El partido estuvo marcado por las características del terreno de juego. O Condús, un campo sintético de 95x48, maximiza la intensidad de los duelos, favorece los parones y penaliza los errores. El choque comenzó peleado, con un Pontevedra que buscaba llegar a la portería a base de juego rápido y directo en muchos tramos. No tuvo claras ocasiones en la primera media hora más allá de dos de Carnero. La primera, un disparo franco pero flojo a las manos de Guillermo. La segunda, un cabezazo bien colocado que, de nuevo, hizo necesaria la intervención del portero. Los granates llevaban el dominio del partido ante un equipo local ya descendido pero que luchó como si le fuese la vida.

Fandiño abre la lata

Así transcurría el tiempo y desde los otros puntos calientes llegaban noticias negativas: todos los rivales del Pontevedra iban ganando sus partidos, lo que obligaba a los de Manu Fernández a vencer para poder ser primeros. Y lo fueron momentáneamente cuando, pasado el minuto 30, Kevin controló el balón en la banda izquierda y tras realizar una buena acción individual, centró raso desde la línea de fondo al corazón del área. Allí apareció Fran Fandiño en carrera para poner el interior de su bota derecha y mandar el balón al fondo de las mallas rozando el larguero. El canterano se besó el escudo como queriendo reivindicar su compromiso por el club. Fandiño era sabedor de la importancia del tanto. Era el 0-1 y parecía que tras hacer lo más difícil, ponerse por delante, los de Manu Fernández tenían el partido encarrilado.

Carambola

Y así pudo haber sido de no ser por un rebote. No podía ser de otra manera. Apenas un par de minutos después del gol visitante, un disparo sin aparente peligro tocaba en un defensor granate y se quedaba suspendido en el aire en el área. Edu salió a por él, pero Jorge llegó milésimas antes y lo tocó con la cabeza para introducirlo dentro del portal granate.

El tanto cayó como un jarro de agua fría entre la multitudinaria afición granate que se dio cita en Oleiros. Los más de 500 seguidores pontevedreses vieron peligrar un campeonato que ya creían tener muy cerca, pero su ánimo no decayó e inmediatamente después trataron de seguir empujando a sus jugadores hacia la victoria.

El primer tiempo iba a acabar con las tablas en el marcador, pero la situación pudo ser bien diferente si el colegiado vigués Comesaña Bastero o su asistente se hubieran atrevido a señalar como penalti un evidente agarrón sobre Kevin cuando éste trataba de conectar a bocajarro con un balón al espacio. El colegiado no vio nada punible y con esa pena máxima perdida en el limbo remató la primera mitad.

El Dorneda perdona

Quedaba toda la segunda parte. Mucho tiempo para desequilibrar el marcador, pero el Pontevedra fue incapaz. Lo intentó de todas las maneras, pero fue presa de sus propios nervios y cayó en la precipitación. Y lo estuvo a punto de pagar muy caro pues, aunque escasas, las mejores ocasiones en la segunda mitad llevaron el sello local.

A la contra, el Dorneda pudo dictar la sentencia de muerte de un Pontevedra volcado, al que el empate le sabía a nada. Chequi mandó al palo un centro-chut desde la derecha mediado el segundo acto y diez minutos más tarde, desaprovechó una clara ocasión que Edu acertó a atajar.

Muchos nervios y poca fortuna

Por su parte, el Pontevedra trataba de asediar la meta de Guillermo, pero el Dorneda, parapetado atrás y favorecido por las irrisorias dimensiones de su campo, despejaba las acometidas granates una y otra vez. A los diez minutos de la reanudación Guillermo despejaba de casualidad con el pie un disparo envenenado de Lede. Fandiño apareció para empujar el balón con el guardameta ya batido pero Cristóbal llegó para despejar bajo palos.

Los de Manu Fernández lo siguieron intentado con más corazón que cabeza, pero la pelota no entró. Los de Pasarón estuvieron desatinados en los tiros libres y no acertaron a rematar los numerosos córners de los que dispusieron. En varias ocasiones no llegaron a remachar varios barullos en el área del Dorneda, provocados por la acumulación de jugadores. El tiempo fue pasando y los cambios del míster no surtieron el efecto deseado.

El Pontevedra se inclinó al ataque total en los últimos minutos y tan solo el corte providencial de Pablo en un disparo de Chequi evitó la tragedia. Luego Benja y Kevin obligaron a intervenir a Guillermo, que aseguró el empate de su equipo.

Estará en la promoción

El partido no registraría ningún gol más. Jugadores y afición acabaron desolados ante la impotencia. El Pontevedra había desaprovechado su oportunidad para ser primero. El diabólico futbolín de O Condús acabó con las esperanzas de campeonato granate, pero al menos, los visitantes sumaron el punto que les aseguraba su presencia en la fase de ascenso. La Marea Granate abandonó la maldita Dorneda –nunca un descenso supuso tanto alivio para el Pontevedra, que no ha ganado allí en sus tres visitas- con el sabor agridulce de la injusticia. Mereció más el equipo del Lérez. Ahora para ascender, tendrá que superar tres eliminatorias. El camino es diferente, pero el final es el mismo. Pasarón será testigo del primer asalto la próxima semana.

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Sobre el autor
Xurxo Gómez G.
Nacido en Pontevedra. Actualmente estudiando Periodismo en la Universidad de Valladolid (UVa). También colaboro en PontevedraViva (http://pontevedraviva.com/xornalista/jorge-gomez-garcia/) y Revista OffTopic (http://revistaofftopic.com/author/jgomez/).