Fuera distracciones. Esa debe ser la premisa del Pontevedra de cara al partido del domingo, la ida de las semifinales del play-off de ascenso. Y es que pese a que el Atlético Granadilla no haya tenido una semana de lo más tranquila, se da por hecho que los canarios acudirán a Pasarón a competir por un puesto en la última ronda de la fase de ascenso.

El equipo tinerfeño aterrizará en tierras gallegas todavía envuelto en el polémico cese de su cuerpo técnico. El primer entrenador, Toni Ayala, y su segundo, Monsi Brito, fueron destituidos el miércoles por supuestas desavenencias con la plantilla. Sin embargo, el propio Ayala se encargó de desmentir que sus problemas con los jugadores fuesen el principal causante del cese, y afirmó que esto era solo una excusa que la actual directiva filtraba para despedirle. En cualquier caso, los isleños acuden a Pontevedra con Alfonso Donate, el secretario técnico, como entrenador.

Esto, unido a las discrepancias por la hora del partido -finalmente el Campeonato de Duatlón obliga a que se juegue a las 20 horas, como solicitaban los gallegos-, la concreción de la ampliación de capital del Pontevedra o el cobro de un suplemento en las entradas para socios han provocado que se hable más bien poco del partido en sí.

Un buen equipo

Pese a toda esta marejada, no conviene olvidar que el Atlético Granadilla quedó líder de su grupo con 82 puntos. Su estrepitosa derrota en la eliminatoria de campeones ante el Mallorca B (4-1 en el global) no debe esconder que los canarios son un rival modesto pero poderoso, con jugadores de la talla de Rubén Rosquete (13 goles) o Alexis de Paz, productos de la prolífica cantera del Tenerife.

No era el rival preferido para los granates, pero tocó. Los jugadores gallegos no tendrán apoyo en la vuelta, por lo que un resultado bueno en la ida se antoja fundamental para afrontar con garantías el choque en el Francisco Suárez, un estadio donde los tinerfeños tan sólo han cedido dos derrotas en toda la temporada. Sin embargo, sus números bajan como visitante (seis derrotas y tres empates), algo que deberá aprovechar el Pontevedra.

La afición, clave en la ida

Se espera una mejor entrada que la registrada contra el Portugalete (3.000 espectadores), pese a que los precios han vuelto a ser un tema polémico –los socios pagarán-, y por ahí se debe empezar a ganar el partido. La afición debe marcar el primer gol y llevar en volandas al equipo para que éste no salga tan timorato como en la anterior eliminatoria. Jugar en Pasarón debe imponer al rival.

Para los granates se antoja fundamental no repetir los errores del último partido en casa contra los vascos. Después, a partir del empuje, el Pontevedra debe superar a su rival. Marcar y no encajar podría ser un buen resultado. Si esto sucede, los granates tendrían media eliminatoria en el bolsillo. Sin embargo, un gol en contra podría no ser tan irrelevante como finalmente lo fue contra el Portugalete.

Lede, recuperado

Para el partido, a falta de las convocatorias oficiales, Manu Fernández recupera con casi total probabilidad a Pablo Lede, su única baja en el último choque. Así, el técnico granate podrá contar con toda su plantilla a excepción de Caco, que se perderá el choque por molestias. Mientras, el Atlético Granadilla volverá a tener disponibles a varios hombres clave en la defensa, como había anunciado a principios de semana Toni Ayala. Además, debido a la hora del partido, está por ver si los canarios podrán contar con varios jugadores con problemas laborales –no podrán llegar a las Islas hasta el mismo lunes-.