Puede sonar a excusa, pero en esta ocasión no lo es. La Arandina consiguió este pasado jueves una importante victoria ante el filial del Numancia por la mínima (0-1) a pesar de un riguroso arbitraje que acabó desquiciando a los ribereños. También, eso sí, tuvo que hacer frente a un buen conjunto que en todo momento supo crear peligro y hacer temer a los ribereños por el resultado.

El encuentro comenzó con un filial rojillo atento y luchador, ante una Arandina extraña que intentaba acercarse a la meta de Guillermo sin éxito alguno. Los numantinos empezaron fuertes y pronto comprometerían a la zaga rival haciendo uso de juego aéreo y tiros lejanos que solo metían miedo en el cuerpo a los de Bermúdez y a los más de 80 aficionados que se habían desplazado desde Aranda. Para más inri Toni Seoane se retiraba lesionado del terreno de juego, al que accedería Ruba como lateral, obligando al técnico de Mungía a reordenar el esquema.

Pablo Valcarce y Edipo avisarían junto a algún cabezazo de la defensa soriana en los primeros 45 minutos, pero, sin embargo, los de Moreno no llegarían a disponer de oportunidades extremadamente claras, algo que sí tendría la Arandina en el último minuto. Gustavo intentaría colocar un disparo en las mallas de Guillermo, pero el meta soriano estuvo muy atento y metió el pie derecho a última hora para evitar el 0-1 justo antes del final.

La charla de Javier Bermúdez en el descanso tuvo que ser un punto de inflexión para la Arandina, pues los ribereños comenzaron la segunda parte con una versión muy diferente: más presión, valentía y lucha para llevarse el gato al agua. Este cambio de ideales favorecería a los blanquiazules que se verían por delante en el marcador en el minuto 65 gracias a un gol de Albert Mozó. El central catalán remató a la perfección un saque de esquina poniendo el 0-1 definitivo. 

El colegiado, triste protagonista

Con el tanto a favor, la Arandina buscaría mantener el resultado frente a un Numancia que ante la necesidad subió sus líneas. El choque transcurría con normalidad hasta que la figura de Gaspar Barajas hizo acto de presencia. El árbitro vallisoletano pitaría penalti a favor de los locales en el minuto 73 y expulsaría a Obispo, al interpretar que el exjugador de la Cultural había tocado con la mano un centro al área de la escuadra soriana. Luis recriminaría al colegiado que el cuero únicamente había tocado su hombro, y todos los aficionados no daban crédito a lo que veían sus ojos.

El Numancia 'B' se vería ante la oportunidad de igualar el marcador, pero Edipo erraría el penalti que paraba Álex de forma magistral. Sin embargo, Gaspar Barajas volvió a convertirse en protagonista mandando repetir el lanzamiento porque, bajo su entender, Obispo no había abandonado del todo el rectángulo de juego cuando el cachorro numantino tiraba desde el punto fatídico. Las caras de desesperación e incredulidad aparecían en el rostro de los allí presentes, que se mantendrían -aunque intercambiadas- cuando Edipo falló por segunda vez el penalti.

Lejos de los gritos de desesperación y exaltación de sorianos y arandinos, el trencilla vallisoletano seguiría su show particular tarjetero y expulsaría minutos después a Berni por una entrada que, aunque fuerte, no era merecedora de cartulina roja. La necesidad del triunfo y el caldeo del ambiente hizo que de forma definitiva se le escapara el encuentro a Gaspar Barajas. Mientras tanto, el filial numantino intentaría apurar sus opciones para meter miedo a la Arandina e igualar en los últimos minutos el marcador, algo que no lograría por la fantástica defensa que los ribereños -con dos menos sobre el verde- realizaron.

Con este triunfo los blanquiazules se sitúan 8 puntos por encima de los sorianos, y a falta de cinco jornadas encarrilan el campeonato liguero y prácticamente sellan matemáticamente su próxima participación en playoff.