Al igual que Hugh Glass se encomendó a la lucha por su superviviencia en el film "The Revenant", avivado por la excitación que le resultó el dolor recibido y la primitiva espiral del desquite, el Zamora CF salió victorioso en un partido marcado por el madrugador gol de Rubén Moreno cuando aún no se había cumplido un minuto de encuentro y que, a la postre, serviría a los zamoranos para llevarse el gato al agua. Una victoria que permite al cuadro de Balta cambiar la dinámica y resacirse de este modo del dolor producido por sus dos últimos tropiezos ligueros.
Escribió Marlene Dietrich que "hace falta más valor para sufrir que para morir". Glass se entregó al dolor de sus heridas para superar la muerte y es que no hay gloria sin sufrimiento ni éxito sin sacrificio. Sufriendo y con un gran instinto de supervivencia es como el Zamora CF se llevó el partido disputado el pasado sábado 13 de febrero en tierras salmantinas (0-1). Una victoria importante que rompe una racha de dos partidos consecutivos sin ganar y es que todos los equipos pasan por altibajos durante la temporada, incluso el flamante y poderoso líder del Grupo VIII, que se ha mostrado como un martillo pilón durante todo el curso.
Apenas la parroquia se había sentado en sus butacas, el pichichi de la categoría, Rubén Moreno, se aprovechó de un despiste de los zagueros locales para entrar con libertad en área rival y rematar un centro de Edu Ruiz al fondo de las mallas. Estocada rápida, sin dolor, en el único error de la zaga salmantina y que sirvió para la victoria final en un encuentro donde los zamoranos no pudieron perforar más veces la portería de Rubén, a pesar de las numerosas ocasiones que tuvieron para ello. El guardameta de UD Santa Marta estuvo excelso y evitó una goleada mayor.
El Zamora CF, lejos de especular con el resultado, incidió con su futbol incorporando multitud de jugadores al ataque. Huertas, Rubén Moreno y Coque en sendas jugadas, acreditaron el esfuerzo de los zamoranos para cerrar un partido que se complicó según pasaban los minutos. El repliegue del equipo salmantino, un conjunto de órden y trabajo que ya en la primera parte había dado síntomas de peligro con Palomi y Quirós, puso en problemas a un Zamora CF que acabó desfogado los últimos minutos del encuentro. UD Santa Marta dominó el control del esférico en el último compás de un encuentro en el que el Zamora CF se replegó buscando alguna contra mortífera en una clara demostración de disciplina y capacidad de superviviencia. Un instinto, capacidad y aferro que permitió a Hugh Glass seguir con vida y que permite al Zamora CF volver a renacer para seguir comandando con autoridad el grupo VIII de la Tercera División.