Quique González, delantero de la Unión Deportiva Almería, ha vuelto a vestirse de corto en la mañana de este viernes tras dos días tratándose de unas molestias en el gemelo y en el sóleo de la pierna izquierda. El que fuera máximo goleador del equipo rojiblanco la pasada campaña ha salido al césped del Juan Rojas para completar solo una parte del entrenamiento que han llevado a cabo los de Fernando Soriano. El vallisoletano ha trabajo con ostensibles gestos de dolor, dialogando en todo momento con el doctor Pablo Berenguel, así como como con el propio técnico.
Los primeros ejercicios, que requerían una exigencia menor, tales como la habitual carrera continua o los rondos en grupos reducidos, dieron paso a un circuito táctico para ensayar la conducción del balón en espacios reducidos con posterior disparo a portería. Hasta ahí, el "9" rojiblanco se desempeñó con relativa normalidad, aunque sin emplearse a fondo.
Fue en los instantes previos al partido a campo completo final cuando el ex del Guadalajara se despojó del peto que portaba y enfiló el camino a vestuarios, abandonando, así, de forma definitiva la sesión de trabajo.
Sesión que se ha extendido por espacio de casi dos horas y que ha transcurrido con normalidad para el resto de los integrantes de una plantilla que va asimilando de forma paulatina los conceptos que busca implantar el míster unionista de cara a la competición liguera.
Y es que, por lo visto hasta ahora, el preparador maño está ensayando un sistema compuesto por cuatro hombres en la línea de zagueros, tres en la medular y otros tantos en la zona de ataque, con dos laterales muy profundos, casos de Ximo Navarro y Dubarbier, centrocampistas con llegada como Corona o Diamanka y extremos muy abiertos como Iván Sánchez y Fidel que escolten a Chuli o Puertas.
Y para sacar el mayor rédito posible a esto, el inminente encuentro de este sábado ante el CD Ejido puede ser una buena piedra de toque. Antes, este viernes, en sesión vespertina, los rojiblancos volverán al ejercitarse sobre el verde del Estadio de los Juegos Mediterráneos para culminar un nuevo día con doble ración de trabajo.