El día de la ilusión se adueñaba de Mestalla. La afición se agolpaba en los aledaños del remozado feudo ché para recibir a unos jugadores que fuero vitoreados según salían al terreno de juego durante la presentación. Alcácer, que precisamente fue protagonista a los quince minutos, sería quien levantase a la grada nada más pisar el terreno de juego. Un canterano que con las remontadas de Europa League el pasado curso consiguió alzarse a la categoría de mito y ser un intocable para la afición valencianista.

El delantero fue el que después de una interceptación metros después de la divisoria a un mal pase de Zapata advirtió a un adelantado Diego López. No dudó y con un preciso golpeo sobrepasó al recién llegado arquero español para adelantar a los suyos y abrir la veda en el feudo ché. El primer gol llegaba en medio de un clima de ánimo que contrastaba con la apatía de años anteriores por estas fechas.

Contestaron los milanistas con la estrategia. Inzaghi sacó la pizarra y Honda su fusil para anular el intento de Diego Alves. Con un efecto diabólico el japonés encontró la cepa del poste haciendo imposible llegar al cancerbero portugués. Con prontitud tuvo su redención el equipo naranja, fue Parejo el ejecutor y Muntari quien puso la cabeza para marrar el intento ché.

Imagen del equipo (FOTO: Carla Cortés / VAVEL)

Rodrigo puso la rúbrica a su actuación y al partido

Tomó la iniciativa el Valencia después del empate por parte rossoneri y un activo Rodrigo se venía mostrando. Poco a poco enseñaba su repertorio hasta que de golpe decidió adelantar de nuevo al equipo español. Dentro del área se inventó un cambio de ritmo ante El Shaarawy y Albertazzi perfilándose con la izquierda hacia dentro. Se marchó y ya con espacio percutió con potencia el balón buscando el primer palo y encontrándolo, dado que tras tocar la madera el balón se introdujo en la red. Diego López poco pudo hacer con el bote que dio el esférico, aunque sí se le vio dubitativo durante el encuentro.

La capacidad de respuesta del Milan era mínima, de hecho el repliegue intensivo por parte del Valencia era lo único que permitía llegar a tres cuartos al cuadro lombardo. Así, El Shaarawy en el último segundo se encontró en el segundo palo con un centro mal despejado por la defensa. Disparó el italiano pero se topó con la rápida reacción de una zaga que interceptó el disparo como preludio al silbatazo de Mateu indicando el túnel de vestuarios.

Rodrigo celebra el gol (FOTO: Carla Cortés / VAVEL)

En la reanudación el repliegue del Valencia prosiguió, dando buena cuenta de la verticalidad en las transiciones y de las dificultades en salida de balón por parte milanista. Parejo en un robo puso en bandeja de plata a Alcácer el gol, pero el de Torrent incurrió en fuera de juego por el mal desmarque. Fue André Gomes minutos después quien cediese a Rodrigo el esférico y este quien con la derecha no acertó en el disparo, al cuerpo de Diego López.

Pasaban los minutos, llegaban los cambios y a pesar de los cambios de piezas no lo era de dibujo. El repliegue ché jugaba al mentiroso, pues en los contraataque seguía portando un peligro latente. Al filo del 70 fue Rodrigo quien se vistió de asistente para Feghouli, que le cogió la espalda a Armero para posteriormente cruzar demasiado el balón con la izquierda.

Proseguía el intento milanista de perforar una defensa bien plantada de los de Nuno, y Essien fue el que con un centro desde la derecha cabeceó en pos de demostrar que Yoel es un portero de garantías para los valencianistas. De Paul sacó las garras y contestó con un disparo sutil buscando la escuadra pero sin encontrarla.

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