Skhodran Mustafi es un futbolista nacido en Alemania de ascendencia albanesa. Pronto dejó la escuela para continuar su carrera futbolística en Inglaterra, en el Everton, con tan solo 17 años. Tres años después se marchó a la Sampdoria, etapa donde, en un visto y no visto, su vida cambió radicalmente.

En su primer año, Mustafi logró el ascenso con la Sampdoria a la Primera División italiana. La temporada 2013/2014 arrancó para el alemán como un joven central de 22 años con ganas de crecer como futbolista y persona en un humilde, pero competitivo equipo italiano como es la Sampdoria. Sin embargo, tras el cambio de entrenador y la llegada de Mihajlovic, Mustafi se convirtió en indiscutible en la zaga y pronto llegarían las buenas noticias para él.

El seleccionador alemán, Joachim Löw, no le quitó ojo a Mustafi, quien después de pasar por todas las categorias inferiores y ser campeón europeo sub-17, fue llamado por primera vez con la absoluta en un amistoso en febrero, pero su debut oficial no llegaría hasta mayo ante Polonia. Tras dar una buena imagen en ese encuentro y continuar cuajando grandes actuaciones con la Sampdoria, Löw no dudó en que Skhodran entrase en la lista provisional de 30 convocados para el Mundial de Brasil, algo que para el joven central fue sorprendente. Poco tiempo después, y tras la desafortunada lesión de Marco Reus, Mustafi hizo las maletas y puso rumbo a Brasil para debutar, jugar como titular, y celebrar el título. Todo con tan solo 22 años, algo épico e inolvidable para el humilde central alemán.

Tras unas vacaciones algo movidas, fichó por el Valencia C.F. En una exclusiva entrevista a FIFA.com, Mustafi explicó las grandes emociones contenidas en un año que jamás olvidará.

"Siempre que lo pienso llego a la conclusión de que solo en este año me han pasado tantas cosas como a cualquier otro futbolista a lo largo de toda su carrera, a lo largo de muchos años. En cambio, en mi caso, las cosas fueron sucediendo una detrás de otra. Ha sido un año espectacular, increíblemente exitoso. Y he crecido como persona y como jugador. Será difícil igualar lo de este año", indicó acerca del sentimiento que aflora tras pensar en el 2014, un año para el recuerdo. Mustafi también quiso reflejar que, a nivel personal, este año le ha ayudado a madurar y crecer como persona: "Es imposible no cambiar cuando uno vive todas estas cosas y gana semejante título. De un día para otro estás mucho más presente en los medios de comunicación y el público te observa con mayor atención. Todos quieren algo de ti, y eso es algo a lo que debo aprender a acostumbrarme. Pero también me servirá para madurar".

El joven jugador alemán encarriló ser campeón del mundo con 22 años, y fichar, nada más y nada menos, que por el conjunto ché. Todo pasó demasiado rápido y eso impresiona a cualquiera. El futbolista de ascendencia albanesa comentó: "Todavía necesitaré un poco de tiempo para hacerlo. Ha pasado todo tan rápidamente que no he tenido tiempo para recapacitar con tranquilidad. Una cosa llevó a la otra, y todo me vino a gran velocidad. Tuve dos semanas de vacaciones a mediados de año y las pasé debatiendo sobre cuál iba a ser mi futuro. Todavía era jugador del Sampdoria, pero entonces me llegaron otros asuntos de los que preocuparme y que no podía dejar de lado. Y así hasta ahora. Cada fin de semana tenemos partido, y mi obligación y mi deseo es concentrarme siempre al cien por cien. Por eso no me ha quedado más remedio que apartar de momento mis reflexiones sobre el Mundial para centrarme al máximo en mi día a día con el Valencia. Supongo que todavía necesitaré tiempo para entender realmente todo lo que pasó en Brasil", explicó. "Sí, volveré a casa para estar con mi familia. Y no pienso hacer otra cosa. Yo creo que es lo mejor, y me hace mucha falta. Ellos son muy importantes para mí", añadió acerca de las ganas acumuladas de descansar en las vacaciones navideñas, poner la mente en blanco y disfrutar rodeado de los suyos.

"Sí, ya estoy mucho más asentado. Al principio no lo tuve fácil por la lesión que arrastraba desde el Mundial, pero ahora me va todo genial. Ya me he aclimatado y estoy encantado en esta ciudad", aclaró Mustafi acerca de su adaptación a la ciudad del Turia, en la que ahora se encuentra fantásticamente y arropado por el cariño de la afición valencianista.

(Foto: Maria José Segovia | Vavel VCF)

Algo que jamás olvidará Mustafi será cuando fue llamado para disputar el Mundial de Brasil. Él explicó cómo fueron esas sensaciones al ver la noticia de que sustituía a Marco Reus en la lista definitiva: "Sinceramente, yo ni siquiera contaba con estar entre los 30 primeros. Antes solo me habían convocado para el partido contra Chile en marzo, así que pensé: "Bueno, está muy bien figurar ahí y que el cuerpo técnico me tenga en su agenda. Ya veremos qué pasa luego". "Y, de repente, me vi dentro de la lista provisional de 30 futbolistas. La verdad, no me lo esperaba. Y claro, a partir de entonces empecé a pensar en el Mundial. Cuando uno ha llegado hasta ahí, lo único que quiere es alcanzar el objetivo último".

"En cualquier caso, siempre tuve muy presente que con la primera convocatoria para la absoluta ya había conseguido mucho más de lo que me había propuesto en 2014. Mi meta no era otra que consolidarme en la Sampdoria, ser una pieza importante en el equipo, y solamente la llamada para jugar con la Mannschaft superaba todas mis aspiraciones. Pero cuando uno está tan cerca de alcanzar su objetivo y no lo consigue, sí que siente tristeza. Aún así yo soy positivo y tengo una gran familia que siempre me apoya. Por eso tampoco fue ningún drama", añadió Mustafi acerca de la felicidad que fue ese momento para él, aunque no había que darle tanta importancia en caso de no haber sido el elegido.

Debutar contra Portugal tras una lesión, saliendo desde el banquillo, jugar contra Argelia en octavos de titular, ganar el campeonato, alzar el trofeo...Todos son recuerdos que para Skhodran son difíciles de olvidar. FIFA.com le pidió que dijera con cual sintió mayores emociones: "El punto álgido fue cuando agarré la Copa del Mundo con las manos y la levanté al cielo. En ese momento sentí tantas emociones que no sabría expresarlas con palabras, y todavía necesitaré tiempo para asimilarlo todo. Pero, por suerte, no fue el único gran momento. La primera vez que entré en sustitución de un compañero, el primer partido como titular... Son experiencias fantásticas. Ser titular con 22 años en un partido de octavos de final de un Mundial con Alemania es algo grandioso y que nunca olvidaré, pero no puede compararse con el instante en que agarré esa Copa", recalcó.

"El Mundial es, sin duda, el número uno. El segundo sería mi irrupción en la Sampdoria. Con el cambio de entrenador, cuando Mihajlovic tomó las riendas, logré dar un salto de calidad que, finalmente, me permitió formar parte de la selección alemana", concluyó el actual jugador valencianista acerca de los dos grandes momentos con los que se quedaría de este increíble año.

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Sobre el autor
Ramón Fernández
Generación 95. derecho en la UV. Realista y conformista.