En este momento convulso que atraviesan los hombres de Nuno Espírito Santo, cabe destacar a dos de ellos: Dani Parejo y Paco Alcácer. Por su estatus dentro de la plantilla, indudablemente están llamados a ponerse el peso de la responsabilidad a sus espaldas para sacar al Valencia del abismo en el que se halla. Y, sin embargo, esto no se da.
Es cierto que el juego del Valencia sigue estancado desde la pretemporada. En la noche del martes pudo constatarse que los mismo dilemas del verano se mantienen a día de hoy: un dominio del balón breve e infecundo y grandes dificultades para convertir las ocasiones en gol. Si miramos detenidamente, vemos que ambos problemas atañen de manera directa al mediocampista de Coslada y al ariete torrentino, respectivamente.
El capitán desaparecido
Dani Parejo está supuesto a llevar la batuta en lo que a la posesión de balón se refiere y esta influencia no se está viendo ejercida. El '10' se mueve errante por la línea divisoria como si no lo reconociese. Incapaz de poner la pausa ante la presión rival, ineficaz en ese primer pase que pone en marcha un contraataque peligroso, invisible en la recuperación de balones en el centro del campo. En suma, un centrocampista poco funcional.
El delantero divorciado del gol
Y en lo concerniente a Paco Alcácer, se ha visto una de dos situaciones darse: o se encuentra alejado del área rival por la infructuosidad en ataque de la que venimos hablando y no tiene oportunidades, o bien, no encuentra la forma de convertir las ocasiones que sí tiene - como ocurriese el martes ante el Zenit -. Alcácer es un delantero con inteligencia en el desmarque y picardía en su posicionamiento dentro del área, pero no es un rematador puro que envíe a puerta todo balón que se le aproxime. La pasada campaña este atributo se vio eclipsado por los André Gomes, Dani Parejo o incluso Negredo, que se encargaron de los goles. No obstante, este año en que la sequía de cara a puerta está cobrándose partidos teóricamente asequibles, todos los ojos caen sobre el '9' del Valencia que ahora debe lidiar con la presión de encauzar el registro goleador de su equipo.
Nuno no da con la tecla
Con este telón de fondo, el entrenador portugués lejos de dar con la solución a la situación, sigue colocando a Parejo y a Alcácer sobre el terreno de juego casi por inercia y sólo contribuye a mantener el problema.
La situación deportiva de cada uno no deja de ser la punta del iceberg para un Valencia que se va hundiendo un poco más según avanza la temporada y la posibilidad de que la situación se revierta ya es casi inexistente.