Salva Ruiz ha vivido un auténtico calvario en el Granada esta temporada. El lateral izquierdo valenciano, que llegó a la entidad nazarí junto a otro canterano con un prometedor futuro como Robert Ibáñez, apenas ha gozado de la confianza de los dos entrenadores que ha tenido el Granada este curso. Ni con José Ramón Sandoval ni con José González, el técnico interino que se hizo con las riendas a mitad de curso, Salva Ruiz ha podido dar lo mejor de sí.
Los números así lo afirman: cuatro partidos en dos competiciones (dos de Liga y dos de Copa), un total de 193 minutos en Liga, y la mayoría de las veces sin ir ni convocado (once convocatorias en la competición doméstica) son un bagaje paupérrimo que no le ha permitido al jugador proseguir con la progresión que se esperaba de él.
Ya desde el inicio Salva empezó con mala fortuna en el Granada. En la primera jornada de Liga, Sandoval apostó por él para comenzar el partido en el flanco izquierdo de la defensa ante el Eibar. Era su debut con el Granada, pero sobre todo, era su primer partido en la máxima categoría del fútbol profesional español. Sin embargo, una acción polémica, en la que árbitro interpretó juego peligroso, mandó al lateral a la caseta tras solo 56 minutos vistiendo la elástica rojiblanca.
Tres partidos le cayeron por esta tarjeta roja, y ahí Salva perdió el sitio. Ni el discutible nivel de sus competidores le permitió recuperar el lugar. Salva Ruiz desapareció de los onces granadinos, y únicamente disputó minutos en tres partidos más de la temporada: tuvo 18 minutos entrando como suplente frente al Espanyol, y jugó en ambos partidos de la eliminatoria de Copa del Rey frente al recién ascendido Club Deportivo Leganés. En la ida, 19 minutos como extremo izquierdo, en la vuelta los 90 en su posición natural para completar su único partido entero del curso.
Con la marcha del exentrenador del Rayo Vallecano, la cosa fue a peor aún para el jugador propiedad del Valencia. José González no contó con él ni una vez a lo largo de la temporada, y verle en el banquillo ya era un hecho a destacar. El día a día suele ser fundamental en casos de este calado, pero resulta raro que no tuviera ni un solo minuto. Eso sí, el Granada se jugaba la permanencia en Primera cada jornada, y parecía más fácil confiar en jugadores rodados todo el año con minutos y partidos.
Ahora, Valencia y jugador deben decidir qué harán con el futuro de Salva Ruiz. En el club valencianista no parece tener sitio en la primera plantilla, ya que Gayà es fijo y se tratará de incorporar de nuevo a Siqueira. Una cesión sería lo más oportuno, en algún club de Segunda División, con el objetivo de recuperar al mejor Salva Ruiz. El jugador lleva ‘sello Paterna’, y un jugador con el molde de los Jordi Alba, Juan Bernat o José Gayà no quiere ser desperdiciado por el club ché. La última palabra la tendrán Pako Ayestarán y Suso García Pitarch. Después de dos cesiones infructuosas (ya estuvo en Tenerife a préstamo), parece difícil recuperar la versión del valencianista que le llevó a jugar con la ‘Rojita’.