"En menos de cinco años, pasearemos nuestro nombre por el mundo". Estas palabras fueron pronunciadas por Xu Jiayin, presidente del grupo Evergrande, el 28 de febrero de 2010, día en que su consorcio empresarial se hizo con el Guangzhou, equipo descendido a segunda división por amañar partidos y que, tres años después, está a las puertas de disputar su primera final de la Liga de Campeones.

Tras hacerse con dos Superligas consecutivas, estar a punto de lograr la tercera, y una FA Cup de China, el equipo que dirige Marcello Lippi dio su último golpe de efecto ayer, cuando derrotó en la ida de semifinales de la ACL 2014 al Kashiwa Reysol japonés por 1-4.

El encuentro, más equilibrado que lo que cuenta el marcador, tuvo dos partes bien diferenciadas. La primera se caracterizó por tener a un Guangzhou tímido que no acababa de creerse que podía ganar el partido y a un conjunto local bien ordenado. En la segunda, se vio a un Kashiwa desdibujado a la búsqueda de goles frente a un equipo chino que había recuperado su versión de la Superliga y que era, simplemente, demoledor.

En el primer acto de esta obra fue el Kashiwa el que, por medio de una falta botada por Jorge Wagner, se adelantaba en el marcador cuando sólo se llevaban diez minutos de juego. En los primeros 45 minutos ambos conjuntos intercambiaron golpes que, con la excepción del gol, no llegaron al electrónico.

Un disparo al palo de Muriqui fue la mejor ocasión de la primera parte para los de Lippi, que perdieron además a Huang Bowen por lesión tras un choque con el meta japonés. Por los locales, el internacional nipón Tanaka y el ex del Guangzhou, Cleo, tuvieron las mejores oportunidades para el Kashiwa, que no esperaba lo que se iba a encontrar tras el descanso.

El efecto Lippi

A la vuelta de vestuarios el Guangzhou, sin hacer cambios, había cambiado de aspecto. El 4-1-4-1 planteado por el preparador italiano para aprovechar las subidas de Elkeson y la velocidad de Huang Bowen, se veía trastocado por la lesión de este último. Ante esta situación, Lippi reubicó sus piezas, acercó a los extremos al centro y volcó el juego en su delantero centro, Muriqui.

Esta concentración de jugadores en el centro del campo y las posibilidades de ataque que brindaban la cercanía de ambas líneas noqueó a un Kashiwa que vio como un error en el despeje de Suzuki era aprovechado por Muriqui para empatar en el minuto 58.

El gol trajo consigo la descomposición japonesa. Los jugadores de Nelson Baptista se lanzaron al ataque como si el empate no les sirviera de nada. El resultado, ante uno de los equipos que mejor sale al contragolpe en Asia, fueron otros tres goles. El primero, un cañonazo de Darío Conca desde fuera del área ante el que nada pudo hacer Sugeno. El segundo, un remate de Elkeson a la salida de un córner y el tercero, ya en el descuento, obra de nuevo de Muriqui.

Los locales, en medio del vendaval chino, tuvieron sus oportunidades pero ni Cleo, que probó de lejos a Zeng Cheng, ni Kudo, que a punto estuvo de marcar de cabeza con 1-2 en el marcador, pudieron reducir la ventaja de un Guangzhou Evergrande que, salvo milagro, estará en la final de esta Champions de Asia 2013.

El Kashiwa Reysol no supo leer el partido planteado por Lippi en la segunda mitad

Guangzhou Evergrande y Kashiwa Reysol jugarán el partido de vuelta el próximo 2 de octubre en el Tianhe Stadium de Guangzhou a las 12:00 GMT (20:00 hora local).

Seúl: La cuota surcoreana

Quien haya seguido la Liga de Campeones de Asia en los últimos años verá que parece haber una regla no escrita por la cual un equipo surcoreano ha de estar siempre en la final. En las últimas cuatro temporadas, Pohang, Seongnam, Jeonbuk y Ulsan se han repartido esta tarea y el quinto invitado al grupo puede ser el Seúl FC, que ayer dio un paso de gigante al vencer al Esteghlal iraní por 2-0.

El encuentro entre surcoreanos e iraníes tuvo intensidad y ocasiones aunque fueron los locales los que gozaron de acierto ante la portería contraria, algo que lo que careció el conjunto que dirige Ghalenoei y que le puede costar la final continental.

Al final de una primera parte con muchas alternativas en ambas áreas, era Damjanovic el que acertaba a marcar tras una buena intervención de Rahmati. El gol del montenegrino hacía justicia a lo visto en un choque igualado en el que, sin embargo, era el Seúl el que llevaba la iniciativa.

Con el 1-0 se llegó al descanso y en la segunda parte, de nuevo tras un error en el despeje de los iraníes, era Yo Han-ko el que acertaba a batir la meta rival. El 2-0 era un castigo excesivo para un Esteghlal que sólo había perdido un partido en toda la competición y que ahora ha de encomendarse al ambiente del Azadi Stadium para intentar dar la vuelta al resultado.

El encuentro de vuelta, que se jugará en Teherán tendrá lugar el próximo día 2 de octubre a las 17:30 GMT.

El Séul está a un paso de jugar su primera final continental.