Y es que tras el desmembramiento de la antigua Yugoslavia solo Croacia y Serbia se mantienen como asiduas a las grandes citas. Eslovenia y las emergentes Bosnia y Montenegro siempre están en la pelea pero pocas veces salen triunfadoras en la lucha por un billete.

La selección entrenada por Safet Susic representa a un país con una historia única que se convirtió en miembro FIFA en el año 1996 y ha tardado 17 años en alcanzar su primer gran éxito. El técnico, nombrado seleccionador bosnio a finales de 2009, acumulaba una amplia experiencia en el fútbol turco. Como futbolista fue un centrocampista fino y con clase, lo que posiblemente le ha llevado a construir una selección con ese mismo perfil, además de que los futbolistas de que dispone tampoco ofrecerían buen rendimiento con otro estilo. Susic trabaja sobre la base de un 1-4-2-3-1 que con frecuencia se transforma en un 1-4-2-2-2 cuando el equipo ataca, atendiendo sobre todo a la función que desempeña Vedad Ibisevic.

Análisis individual

Bajo los palos se sitúa Asmir Begovic (Stoke City), magnífico guardameta que destaca por sus reflejos, seguridad y su poderoso uno contra uno. Imprescindible su participación en Brasil ya que Jasmin Fejzic (Aalen) y Asmir Avdukic (Borac Banja Luka) son sus habituales recambios y ninguno de ellos posee el nivel competitivo para afrontar una Copa del Mundo.

Para componer la línea defensiva de cuatro Susic baraja unos cuantos nombres, tratando de ir introduciendo gente joven que le permita disponer de recursos adicionales. La pareja titular en el centro suele ser la formada por Ermin Bicakcic (Eintracht Braunchsweig) y Emir Spahic (Bayer Leverkusen). Juventud y veteranía. El primero parece haberse ganado la titularidad tras el verano pese a que todavía se precipita un poco entrando a los amagues de los atacantes. Spahic, a sus 33 años, se comporta como líder en la retaguardia y también desempeña una importante función ofensiva gracias a su buena conexión de larga distancia con Edin Dzeko. Al banquillo ha quedado relegado últimamente Ognjen Vranjes (Alania Vladikavkaz), central con muy buen físico aunque todavía falto de experiencia en una liga importante. Otra opción pasa por Toni Sunjic (Zorya), futbolista de 1,92 de estatura y garantía en los balones aéreos.

Para el lateral derecho una lesión tendinosa parece haber puesto en entredicho la titularidad de Mensur Mujdza (Friburgo). Desde octubre Avdija Vrsajevic (Hajduk Split) ha disfrutado de más minutos aunque si la recuperación de Mujdza se completa satisfactoriamente lo normal es que se mantenga como titular. Vrsajevic destaca por su perfil ofensivo, con gran atrevimiento pero poca precisión en el último pase. Mujdza aporta más consistencia física y no se deja ganar la espalda con tanta facilidad, característica que le otorga todas las posibilidades de mantenerse como primera opción. Además su polivalencia le convierte en alternativa para otras demarcaciones defensivas, valor añadido que el técnico sabrá apreciar.

Si hay que hablar de un aspecto del juego ofensivo donde esta selección es élite sin duda este es el balón parado

Mientras, en la izquierda Susic contempla varias opciones. De hecho la configuración habitual de esta banda suele incluir como lateral a Sejad Salihovic (Hoffenheim) pese a sus teóricas condiciones de centrocampista. De sobra conocida la fenomenal zurda de este futbolista, muy preciso en sus pases y centros aunque con el interrogante de si aportará la solidez defensiva necesaria en un mundial partiendo desde atrás. Como interior acostumbra a ubicarse Senad Lulic (Lazio), paradójicamente acostumbrado a desenvolverse en el lateral. Sin embargo Susic lo utiliza más adelantado, quizás por sus buenas diagonales y centros a pierna cambiada y sus apariciones siempre peligrosas en las inmediaciones del área rival. No obstante en muchos momentos los intercambios de posición entre ellos pueden resultar útiles al equipo. Más anodino parece Erun Zukanovic (Gent), lateral zurdo con pocas opciones de participar aunque sí de entrar en la convocatoria definitiva por su hipotética utilidad como central zurdo. En cambio se ha abierto una nueva puerta recientemente con Sead Kolasinac (Schalke 04). Su origen bosnio ha recibido el visto bueno de la FIFA y ya ha debutado en el reciente amistoso contra Argentina . Jugador de solo 20 años con mucha fuerza física, carece de la calidad de Salihovic pero seguramente incorporará buenas dosis de músculo y pelea, algo muy necesario para esta selección. Tiene pinta de llegar a Brasil como titular.

Para la zona central del mediocampo son tres los futbolistas que ahora mismo gozan de la titularidad. Nadie duda que Miralem Pjanic (Roma) atraviesa un gran momento de forma y probablemente pueda convertirse en la estrella de esta selección en Brasil. Jugador con un golpeo de balón extraordinario, le gusta hilvanar jugadas elaboradas mediante pases en corto aderezados con algún cambio de orientación. Asistente de lujo y primerísimo nivel mundial en el lanzamiento de libres directos, Pjanic es el futbolista con más talento y magia de Bosnia. Junto a él aparece habitualmente Haris Medunjanin (Gaziantespor), zurdo y también muy técnico pero con importantes desapariciones a lo largo de 90 minutos de juego. Su disparo a puerta resulta temible por lo que los rivales deben buscar alejarlo de la frontal en lo posible. Más adelantado se coloca Zvjezdan Misimovic (Guizhou Renhe), que sorprendentemente juega en la liga china. Pese a este inconveniente Misimovic sigue siendo importante para Bosnia, su calidad con la pierna derecha queda demostrada en los libres indirectos y también en la elaboración de las jugadas ofensivas, con precisas combinaciones y desequilibrantes caracoleos.

Los recambios para esta zona poseen menos brillantez en lo técnico aunque con frecuencia disponen de minutos. Adnan Zahirovic (Bochum), de 23 años, acostumbra a colocarse por delante de la defensa y se caracteriza por soltar la pelota rápido y sin complicarse. Lo mismo que el veterano Elvir Rahimic (CSKA Moscú), que apunta matices equilibradores interesantes aunque el próximo verano ya habrá cumplido los 38 años. Difícil que pueda hacerse un hueco. Igualmente complicado lo tiene Senijad Ibricic (Erciyesspor), importante hace unos años en esta selección pero muy accesorio en la actualidad. Para sustituir a Misimovic ha ganado enteros Izet Hajrovic (Grasshopper) tras su vital gol ante Eslovaquia. Zurdo de 22 años, se mueve bien por detrás de los puntas y no le tiembla el pulso a la hora de buscar el disparo a puerta. Jugador a vigilar de cerca.

En banda izquierda parte con todas las opciones el ya mencionado Lulic, aunque viene contando mucho últimamente en los segundos tiempos el joven Edin Visca (Istanbul BB), extremo rápido y con un cambio de ritmo interesante aunque todavía con intermitencias en su fútbol.

En zona de extremo derecho el titular es Vedad Ibisevic (Stuttgart). Defensivamente parte desde ahí pero su instinto goleador le invita permanentemente a desplazarse al centro cuando el equipo ataca, dejando para el lateral la tarea de irrumpir en zona de extremo. Futbolista que genera un sentimiento de amor-odio por su actitud guerrera y siempre participativa, lo que contrasta con sus limitaciones técnicas. En cualquier caso futbolista muy rentable para Bosnia por su gran olfato de gol y su movilidad constante entre la banda y el área rival. Como extremos más puros aparecen Miroslav Stevanovic (Elche) y Zoran Kvrcic (Rijeka), último en debutar a las órdenes de Susic. Ambos constituyen alternativas a considerar en los segundos tiempos, más dinámico el primero y con mejor disparo y pase el segundo.

Arriba, el de siempre, Edin Dzeko (Manchester City). Sobra enumerar sus cualidades aunque para esta selección la más importante probablemente sea la utilización de su cuerpo para la recepción de pases en largo y permitir la incorporación del mediocampo. Su inteligencia para seleccionar pase o disparo también se ha convertido en arma fundamental para Bosnia. Junto a Pjanic el gran pilar del equipo de Susic, especialmente porque no tiene sustituto. Muy escasa de delanteros puros esta selección balcánica, una hipotética lesión de Dzeko supondría un contratiempo muy grave para Susic.

Formación titular habitualFuncionamiento colectivo

No resulta fácil saber cómo afrontará Bosnia la fase final del mundial debido a que las selecciones con las que se ha visto las caras en su grupo de clasificación poseen un potencial muy inferior a lo que se encontrará en Brasil.

Parece claro no obstante, a la vista de los futbolistas con los que trabaja el seleccionador, que la idea debe ser intentar ganar la posesión de balón y superar a los rivales a través de la calidad técnica. El trío Pjanic-Medunjanin-Misimovic ha supuesto el eje alrededor del que ha girado su fútbol y en Brasil debería continuar igual. Sus triangulaciones en mediocampo destacan por la precisión y siempre buscan generar espacios a Ibisevic y Dzeko. A veces adolecen de lentitud excesiva amasando la bola en demasía, lo que dificulta mucho las penetraciones por el centro.

Los laterales apoyan en fase ofensiva, si bien la profundidad de Mujdza-Vrsajevic siempre es superior a la de Salihovic debido al movimiento fuera-dentro permanente de Ibisevic (ver formación titular habitual, justo encima). Por banda izquierda Lulic, pese a su condición de diestro, no busca tanto el área y, por tanto, concede menos espacio al lateral.

Mientras, el papel de Dzeko es absolutamente determinante. Sus desmarques a menudo generan situaciones de gol, no tanto por la vía directa sino a través de segundas jugadas. Emir Spahic le busca con cierta frecuencia de manera frontal cuando el equipo trata de cambiar el ritmo con respecto al habitual fútbol de toque en mediocampo o bien cuando el rival presiona alto. Dzeko es especialista en bajar balones con el pecho y dar continuidad al juego de ataque. También combina con acierto con los centrocampistas, no tiene problemas de ego para asistir a algún compañero- Ibisevic- mejor situado para definir y, por encima, también se muestra preciso rematando a puerta con el pie y con la cabeza pese a no ser un matador. Completísimo e insustituible para Bosnia.

Susic trabaja sobre la base de un 1-4-2-3-1 que con frecuencia se transforma en un 1-4-2-2-2 cuando el equipo ataca

Como recambio en ataque por banda destaca Visca, pudiendo pasar Lulic al lateral. Visca puede aportar velocidad y cambios de ritmo frente a las diagonales y conducciones de Lulic. El resto de opciones –Kvrzic o Stevanovic- suelen intervenir con el marcador a favor y todavía les falta recorrido para poder contrastar su rendimiento.

Pero si hay que hablar de un aspecto del juego ofensivo donde esta selección es élite sin duda este es el balón parado. Pjanic es número uno en lanzamientos directos pero Salihovic supone una alternativa de lujo con la zurda. Misimovic también mostró contra Grecia que es capaz de colocar el balón en la cabeza de quien se lo proponga. Lo cierto es que Safet Susic se frota las manos cada vez que su equipo disfruta de una posibilidad de jugada de estrategia cerca del área rival.

En cambio defensivamente aparece la gran incógnita. En la fase de clasificación Bosnia ha defendido casi siempre con balón. La línea de cuatro atrás, sin ser floja, tampoco parece de garantías para enfrentar a selecciones más fuertes. De ahí las opciones para Kolasinac, que participaría con una función mucho más defensiva que Salihovic y que a buen seguro agradecerá el resto del equipo. Porque el centro del campo arrastra un importante déficit en cuanto a destrucción. Una dupla Pjanic-Medunjanin sufre horrores si tiene que correr hacia atrás, mucho más si debe tapar la espalda que ha dejado descubierta un lateral. Contra Samaras cuesta trabajo, pero si el que viene lanzado se llama Neymar, Robben o Agüero la incorporación de un equilibrador se hace indispensable para no cambiar el patrón de juego. Y en ese sentido Susic solo cuenta con Zahirovic y Rahimic, discreto el primero y muy veterano el segundo. Sacrificar a Medunjanin e introducir a cualquiera de los dos (ver formación número 2) convirtiendo el sistema en algo más parecido a un 4-3-3 parece una opción sensata aunque quizás también insuficiente.

Y es que Bosnia tampoco dispone de suficientes jugadores –Visca es la excepción- que puedan aprovechar las contras rompiendo en velocidad. Con un mediocampo tan técnico y tan poco obrero y una zaga que cumple pero no destaca, la sensación general es que para esta selección solo vale atacar y defender con balón. Y eso es un problema, incluso para tratar de cerrar partidos en los que se va ganando. Si el rival se envalentona, los bosnios carecen de recursos defensivos para soportar un asedio. Sin duda en el trabajo sin balón tiene Susic la gran asignatura pendiente de Bosnia Herzegovina.

Pero no hay que obviar la extraordinaria evolución futbolística de este país con una muy buena generación de futbolistas que ya ha alcanzado el premio de disputar una fase final. A partir de aquí el objetivo lo marcará el sorteo. Un grupo de la muerte quizá sería demasiada exigencia para los bosnios pero si hay un punto de fortuna y pueden esquivar a los rivales duros del bombo 2 –Chile, Ghana, selección europea X- las posibilidades de llegar a octavos de final serán reales. Difícil pensar en mucho más aunque la calidad y –sobre todo- la mentalidad de cualquier equipo de la antigua Yugoslavia pueden deparar siempre grandes sorpresas, como sucedió con Croacia en 1998. Y es que esta vez Portugal no se cruzó en el camino. Un país sufridor por excelencia tendrá una oportunidad única de darse a conocer por su fútbol y no por sus conflictos bélicos. Safet Susic y sus muchachos parecen preparados para convertirse en historia viva de su país.

Fotos: Jamie McDonald, Dilip Wishwanat, Jamie Squire//Getty Images