Destino Brasil 2014: analizando a Nigeria

Cuando el 5 de mayo de 2012 se conocía la noticia del repentino fallecimiento de Rashidi Yekini una imagen se dibujaba inconscientemente en la cabeza de todo buen aficionado al fútbol: aquel irrepetible abrazo a las redes celebrando su gol contra Bulgaria en USA 94.

Destino Brasil 2014: analizando a Nigeria
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Por José Luis Rodríguez Sánchez

Yekini convertía contra Stoichkov y compañía el primer tanto para Nigeria en una fase final mundialista. Este gol suponía una perfecta muestra del brutal cambio de ritmo que exhibía aquel equipo en los últimos metros y significaba el inicio de una gran victoria. En Estados Unidos los nigerianos, campeones continentales en aquel momento, avanzarían hasta octavos de final, donde serían frenados en seco por un Roberto Baggio en plena madurez. Dos años después las Super Águilas lograban el título de campeones olímpicos en Atlanta, llegando a Francia 98 convertidos en la gran potencia africana del momento. Allí, tras vencer a España en un partido de triste recuerdo para los de Clemente, volverían a quedarse en octavos de final. Esta vez con un regusto mucho más amargo ya que la derrota resultó tan contundente como inesperada ante la última Dinamarca de los hermanos Laudrup. Desde entonces Nigeria únicamente se ha ausentado de la fase final de Alemania 2006, si bien sus actuaciones en Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010 no serán recordadas por su brillantez.

Con la misión de recuperar la hegemonía en el continente africano llegaba en 2011 Stephen Keshi, compañero de Yekini en USA 94, quien a día de hoy ya presume de dos importantes logros en su currículum como técnico. El primero pasó por clasificar a Togo para la fase final de Alemania 2006 y el segundo, mucho más reciente, por haber conseguido el título continental dirigiendo a las Super Águilas en Sudáfrica 2013.

Keshi ha trazado un sólido 1-4-2-3-1 con gente muy joven –Uche y Ameobi son los únicos jugadores de campo con opciones de entrar en la lista final que superan los 27 años- y, por lo tanto, en crecimiento permanente. Un doble pivote esencialmente rocoso pero no exento de cierta creatividad constituye la base sobre la que se sustenta un ataque que se apoya en unos extremos incisivos y un punta de características muy interesantes.

Análisis individual

Bajo palos se sitúa el que se puede considerar mejor portero de África en la actualidad, Vincent Enyeama (Lille). Guardameta muy autoritario y valiente en el uno contra uno, se estira muy bien pese a no poseer una gran estatura (1,82 metros). Su defecto más notorio hay que buscarlo a la hora de orientar los despejes, concediendo en ocasiones segundas opciones bastante claras a los atacantes rivales. Los arqueros que le acompañarán a Brasil serán, casi con total seguridad, Austin Ejide (Hapoel Be’er Sheva) y Chigozie Agbim (Enugu Rangers).

Al revés que en el caso de Ghana, la parte más sólida de la zaga la constituyen los laterales. Efe Ambrose (Celtic) por derecha y Elderson Echiejile (Mónaco) por izquierda son absolutamente indiscutibles para Keshi. Su fútbol siempre parte de la seguridad defensiva basada en un físico más propio de central que de lateral, si bien ambos se muestran proclives a colaborar en ataque. Pocas son las ocasiones, eso sí, en que se les ve ganar la línea de fondo rival aunque la posibilidad de que ejecuten un centro bien dirigido siempre permanece latente ya que técnicamente no son flojos. Pero ambos ofrecen un muy buen nivel defensivo y por ahí pueden ayudar a convertir a Nigeria en un rival difícil de desbordar en Brasil. Raro sería que no jugase alguno de ellos pero por detrás vienen llamando a la puerta Francis Benjamin (Heartland) y Solomon Kwambe (Sunshine Stars), ambos de 20 años. Zurdo el primero y diestro el segundo, han participado de inicio en el amistoso de noviembre contra Italia, dejando una grata impresión.

Una baja de Obi Mikel supone un rompecabezas de dificultad extrema para Keshi

El centro de la zaga plantea alguna duda más. Kenneth Omeruo (Middlesbrough) y Godfrey Oboabona (Caykur Rizespor) parten con ventaja para ocupar los sectores derecho e izquierdo respectivamente. La juventud de ambos -20 años Omeruo y 23 Oboabona- conlleva alguna que otra laguna en su juego. No obstante apunta bastante alto Omeruo. Rápido, fuerte y con una contundencia impropia de su edad, ofrece más seguridad que su compañero. Oboabona manifiesta problemas en la lectura de las jugadas, lo que le lleva en ocasiones a tomar decisiones erróneas. Cuando se ausenta alguno de ellos Keshi echa mano de Azubuike Egwuekwe (Warri Wolves), central físicamente muy fuerte pero de menos garantías. Por detrás aguarda su turno James Okwuosa (Chippa United), de 23 años y que tan solo acumula 3 internacionalidades absolutas.

Pasando al mediocampo, el doble pivote merece el calificativo de esencial tanto en defensa como en ataque. John Obi Mikel (Chelsea) y Ogenyi Onazi (Lazio) son los encargados de llevar la manija de las Super Águilas en ambos sentidos. Onazi, a sus 21 años, se ha convertido en un pilar básico para Keshi. Futbolista puro de sala de máquinas, trabaja de manera constante y asegura buenos envíos a sus compañeros. No se prodiga demasiado en ataque aunque de vez en cuando se aproxima a las inmediaciones del área rival e intenta disparar desde la frontal. Su ausencia en la Copa Confederaciones se dejó sentir. Fedor Ogude (Amkar Perm) figura como primera opción para suplirle, con unas buenas prestaciones en cuanto a trabajo sucio. Mientras, Obi Mikel se revela como el auténtico corazón de Nigeria. Trabajo y llegada mezclan francamente bien en este futbolista que pasa por ser el que aporta más calidad en cuanto a toque de balón en el carril central. Principal activador de los extremos, también sabe aprovechar los huecos que genera Emenike cuando saca a los centrales rivales de su zona. Una baja de Obi Mikel supone un rompecabezas de dificultad extrema para Keshi, cualquiera que se incorpore en su demarcación podrá reemplazarle en tareas destructivas pero jamás en cuanto a su rol de motor ofensivo. Una opción que asoma es la de Reuben Gabriel (Beveren), centrocampista con mucha potencia pero todavía falto de rodaje en una liga de nivel alto.

En cuanto a la línea de tres que se posiciona tras el único punta muchos son los candidatos a ganarse un puesto en Brasil. Víctor Moses (Liverpool) puede situarse en cualquiera de esas tres demarcaciones. Su mala temporada con los Reds puede pasarle factura pero si consigue hacerse con minutos de aquí a mayo con seguridad será titular en Brasil. Nigeria necesita el dinamismo y el protagonismo de Moses, tal y como sucedió en la Copa de África. Asimismo cuenta con muchas opciones de partir de inicio Ahmed Musa (CSKA Moscú). Velocidad y regate se combinan en este extremo que acostumbra a cambiar de banda incluso dentro del mismo partido. Con 21 años debe mejorar su golpeo de balón, que en no pocas ocasiones resulta defectuoso tanto a la hora del último pase como en el momento de chutar a puerta.

Como jugadores más específicos para la zona central con perfil de centrocampista llegador aparecen Sunday Mba (CA Bastia) y John Ogu (Académica Coimbra). Tiene más gol Mba, además de una presencia física imponente en tres cuartos que le convierte en un complemento realmente valioso. Ogu participa menos tanto a la hora de tocar el balón como de llegar arriba. Queda la incógnita de Igiebor Nosa (Betis), que todavía no ha vuelto de su complicada lesión tras tres meses de sufrimiento. Su nivel de principios de temporada invitaba a soñar y ahora ha llegado el momento de comprobar si puede alcanzar un nivel que le permita llegar al mundial en forma y hacerse con un hueco.

Y de cara al sector derecho las piezas que maneja Keshi –a priori con menos opciones que Moses o Musa– pasan por Nnamdi Oduamadi (Brescia) o Chinedu Bright Dike (Toronto), ambos con gran físico pero con pocas soluciones con el balón en los pies. También Victor Obinna (Lokomotiv Moscú) mantiene opciones de entrar entre los 23 aunque actualmente su papel en la selección no pasa de muy secundario.

En cuanto a la fase defensiva la zona de los centrales es la que ofrece un mayor margen de mejora

Y llegando al puesto de delantero toca hablar de Emmanuel Emenike (Fenerbahce). Primera opción para Keshi sin discusión. Importante para la producción goleadora de la segunda línea gracias a sus caídas a banda y a zona de tres cuartos. Rápido ganando la espalda a la zaga rival, le gusta encarar a los rivales a base de amagos.

Resolutivo en la definición, destaca por sus potentes y ajustados disparos con la zurda. Gran nivel. Brown Ideye (Dynamo Kiev) también goza de la condición de fijo en las convocatorias del seleccionador. Mucha potencia en carrera y trabajo permanente sobre los centrales rivales constituyen una fortaleza que hace que se le pueda considerar como el mejor situado ante una eventual baja de Emenike. Y eso a pesar de que su nivel a la hora de definir no tiene nada que ver con el del Fenerbahce. Además no es extraño que juegue como extremo izquierdo en determinados momentos, sobre todo en segundas partes cuando se retiran Moses o Musa. La polivalencia de futbolistas como Ideye constituye un seguro de vida para su seleccionador.

Con menos opciones parten Shola Ameobi (Newcastle), todo un veterano de 32 años al lado de tanta juventud y Joseph Akpala (Karabükspor), ambos nueves puros. Mientras, Ikechukwu Uche (Villarreal) vive un gran momento en su club que le podría llevar a ser convocado de nuevo tras varios meses sin contar para Keshi. Quizá en Sudamérica Uche pueda enseñar al mundo el nivel que hace años prometía.

Funcionamiento colectivo

Stephen Keshi no alberga dudas en cuanto al esquema táctico a utilizar. Su 4-2-3-1 aparece bajo cualquier circunstancia, ya se encuentre enfrente Malawi o Uruguay, tanto si se va ganando 3-0 como si toca remontar un marcador adverso. Las diferencias surgen en cuanto a la actitud del conjunto y, sobre todo, con respecto a los peones que dan vida a esa disposición táctica.

El dúo Onazi-Obi Mikel constituye el eje alrededor del que se engrana el resto de la estructura. Ambos saben tocar el balón por lo que tienen capacidad para imprimir ritmo y posesión de pelota, en cambio se sienten mucho más cómodos empujando a la línea de tres que tienen por delante para ejecutar una presión un poco alta y robar en ventaja. Una línea que suele sufrir permutas dentro de cada partido, si bien de partida Keshi tiende a inclinarse por Moses en la izquierda y Musa en la derecha.

La posición central de ese trío es la que muchas veces marca el carácter dominante o expectante del equipo. Si de entrada se colocan Sunday Mba o Victor Moses ahí la idea es clara: llevar la iniciativa y buscar más el toque de balón. Los tres centrocampistas del carril central pueden asociarse y arrebatar la posesión al contrario. Mba aporta más cambio de ritmo y llegada, frente a Moses que imprime una mayor movilidad en esa zona exhibiendo gran capacidad para distraer rivales y liberar a sus compañeros. La versión más ofensiva pasaría por situar a Mba en el centro y a Moses y Musa en banda (disposición 1). También Nosa resulta apto para este tipo de planteamiento pero su estado físico de aquí a 4 meses es una incógnita.

En cambio, si quien se sitúa en esa posición central es Oduamadi o, sobre todo, John Ogu, la intención de Keshi se puede considerar reactiva – que no conservadora– con más físico y menos balón. La alineación, en este caso, tiene utilidad para encuentros en donde las condiciones del terreno de juego no sean las idóneas para que la bola circule de manera fluida o bien si se busca un poco más de trabajo defensivo por detrás del punta. Un once con Oduamadi en la derecha y Ogu en el centro (disposición 2) trataría de buscar las cosquillas al rival presionando un poco más arriba para robar balones en condiciones ventajosas. Para atacar en estático el asunto se complica ya que suelen acabar recurriendo a balones largos o bien a alguna aparición puntual de Obi Mikel por sorpresa. Si se opta por buscar el contragolpe se adapta muy bien a la posición de extremo izquierdo Brown Ideye por su potencia y velocidad.

En ambos planteamientos Keshi utiliza al menos un extremo con capacidad de desborde, que habitualmente es Ahmed Musa. Su crecimiento resulta notorio en los últimos tiempos y su importancia en las Super Águilas aumenta constantemente. En el momento en que ajuste su último pase y su disparo se convertirá en una pieza codiciada ya que con 21 años su recorrido ya es considerable. También los laterales tratan de sumar en ataque pero lo cierto es que los extremos en ocasiones les cierran el camino y sus incorporaciones suelen morir en zona de tres cuartos.

Y, por supuesto, Emmanuel Emenike. El mundial debería suponer una rampa de lanzamiento para un futbolista que brilla con su selección pero con escaso impacto en el fútbol de clubes. Su trabajo táctico cayendo a banda, bajando o cambiando de ritmo es espectacular. Por no hablar de su capacidad para definir, absolutamente vital para que Nigeria pueda rentabilizar las oportunidades de gol. Del resto de delanteros simplemente mencionar la potencial utilidad de Uche, que incorporaría un registro muy diferente del de los Akpala o Ameobi y enriquecería sensiblemente al equipo. Pero por el momento su convocatoria no es más que una ilusión, de su línea de juego en el Villarreal dependerá el que lo consiga.

Un apunte más sobre los recursos ofensivos, concretamente un pequeño lunar. Quizás se echa en falta un verdadero especialista a balón parado, las torres nigerianas podrían ponerse las botas con un lanzador de nivel superior a Obi Mikel o Moses.

En cuanto a la fase defensiva la zona de los centrales es la que ofrece un mayor margen de mejora. Especialmente el sector izquierdo, donde hay que señalar a Godfrey Oboabona como elemento más débil. Onazi y Obi Mikel también comandan este apartado, mostrándose fuertes en la destrucción y seguros a la hora de sacar el balón sin cometer errores. Los laterales exhiben una notable solidez, tanto Ambrose como Echiejile resultan complicados de desbordar en el uno contra uno, auxiliados frecuentemente por los extremos y el doble pivote. Colectivamente el equipo trabaja bien cuando el contrario ataca, en realidad lo que acaba pasando factura son errores achacables a la limitada calidad defensiva a nivel individual. La juventud y la falta de rivales de categoría en su continente pueden suponer un lastre para los zagueros en Brasil, donde habrán de lidiar con futbolistas de un nivel superior al de aquellos a los que se enfrentan en sus ligas.

Pero Nigeria continúa creciendo. Nada tiene que ver este equipo con aquel conjunto desangelado que no superó la primera fase de Sudáfrica 2010. Tampoco se puede decir que haya alcanzado el nivel de la Nigeria de los 90, al menos en cuanto a fútbol. Pero el camino parece trazado. Futbolistas jóvenes y con una Copa de África en su haber intentarán ahora dar un paso más en clave mundialista. De momento les ha caído en suerte un grupo en donde el objetivo será superar a Bosnia Herzegovina para asegurar el segundo puesto tras Argentina, previsible líder. Incluso los octavos de final podrían no suponer un techo, el cruce ante Francia, Suiza o Ecuador en absoluto parece un imposible. Si lograsen acceder a cuartos ya habrían hecho historia, rompiendo una barrera prohibitiva hasta el momento para las Super Águilas. Superando al once que comandaba el para siempre mítico Rashidi Yekini.

Fotos del cuerpo: Ian Walton, Laurence Griffiths, Ronald Martinez, Mike Hewitt, Claudio Villa, Gallo Images / Getty Images