Italia puso el pragmatismo y la eficiencia, Alemania el juego y Francia resurgió de las catatumbas. Entre tanto, Angola emuló a Trinidad y Tobago sorprendiendo a muchos mientras Ecuador se revelaba. España cuajaba su época dorada a la par que sus vecinos peninsulares daban sus últimos coletazos tras su Euro. Brasil caminaba en un desierto con Ronaldo batiendo récords y su eterno rival albiceleste goleaba pero caía con un todavía joven Messi. Inglaterra y Países Bajos no cuajaron en la Copa del Mundo más seguida hasta entonces. Zidane y Materazzi pusieron la imagen mientras Cannavaro escribía la historia de una azzurra que campeonaba en medio de la vorágine del Caso Moggi.

Imagen de la fiesta inaugural (FOTO: Leo La Valle / Matthys / Kneffel)

Fase de grupos

El Allianz Arena se engalanaba para el partido inaugural entre la anfitriona, Alemania, y la Costa Rica de Wanchope. Lahm no tardaría en mostrar el desparpajo de una joven selección teutona dirigida por Klinsmann que hizo las delicias de los aficionados al fútbol durante toda la Copa del Mundo. Un 4-2 serviría para abrir esta edición de 2006, continuado con la afirmación por parte de Ecuador de que no serían una comparsa. Tanto la tricolor como la Mannschaft impusieron su ley en el grupo A para pasar la primera fase, de forma inmaculada estos últimos con pleno de victorias frente a unos ticos que se irían de vacío y una selección polaca lejos del nivel que se esperaba.

En el grupo B destacaría Inglaterra sobre el resto, siendo únicamente desafiada por Suecia en el partido final. Los pross vencieron con un gol tempranero en el debut a Paraguay y con dos goles sobre la bocina a una combativa selección de Trinidad y Tobago, que sorprendería con el empate sin goles de la primera jornada contra los suecos. En el duelo de las selecciones americanas se llevaron el gato al agua los guaranís, dejando a los soca Warriors sin una victoria pero con un más que destacable Mundial. El equipo inglés se cruzaría en octavos con Ecuador, mientras que la Suecia de Larsson tendría la difícil batalla de enfrentarse con el anfitrión.

Lo que se preveía en el tercer grupo en discordia del Mundial sucedió. Si bien Argentina demostró su supremacía en los primeros dos partidos, principalmente en el segundo con una goleada de 6-0 sobre Serbia y Montenegro, en el partido que decidía las posiciones clasificatorias empataron con Países Bajos. Ambas selecciones marcaron la pauta con prontitud a Costa de Marfil y los balcánicos, sin dejar capacidad de respuesta a sus oponentes. Estos últimos se disputaron el honor en la última jornada, siendo más combativo el equipo africano con una remontada de un 0-2 adverso. Por su parte, este grupo C dejó uno de los mejores goles del torneo en la goleada de la albiceleste al culminar Cambiasso una jugada colectiva de 24 pases, en el partido que Messi marcó su primer y único tanto en un Mundial hasta el momento.

Portugal ansiaba redimirse de su subcampeonato como local dos años antes y desde el principio lo intentó. Bien es cierto que Angola le puso más problemas de los esperados pese al tempranero gol luso, así como Irán con dos goles al final del partido. Contra México cerró el partido con prontitud y selló de este modo una fase de grupos impecable. Un grupo D en el que destacó Angola al sacar dos empates, a cero con los mexicanos y a uno frente a Irán. El equipo centroamericano pasó en segunda posición pero sin mostrar demasiada autoridad en su paso por el grupo, algo que después en octavos contra Argentina se vio.

Tan solo dos goles encajó Italia en todo el Mundial, uno de ellos en propia puerta contra Estados Unidos en su segundo partido de la fase de grupos. Solventaría el primer partido frente a Ghana, se le atascó el siguiente con los yankees y selló el último por 2-0 como en la jornada inaugural contra la República Checa. Todo ello sin repetir goleadores. Los checos parecía que llegaban fuerte después de su incontestable victoria sobre los americanos, pero una Ghana que comenzaba a dejar caer lo que sería en Sudáfrica les sorprendió en la segunda jornada para finalmente certificar su pase en el último partido imponiéndose a los EEUU.

A Brasil le costó arrancar, pero paulatinamente se fue encontrando con el resultado -que no con el juego-. Kaká les permitió ganar el duelo inicial a Croacia, mientras que sin brillo superaron a Australia antes de golear a Japón. Inmaculada fase de grupos que dejaba más dudas de las que sus resultados reflejaban. Australia con sus canguros dorados lograría en un final trepidante endosarle tres goles a los nipones para contrarrestar el tanto inicial de Nakamura. Era la primera victoria oceánica en un Mundial y no la desaprovecharían al empatar también en los minutos finales a Croacia para dejar a estos últimos cerca de la fase del KO.

Francia sobre la bocina. Un equipo que muchos enterraron tras sus empates con Suiza y Corea del Sur, achacando la vejez de sus integrantes. Demostraron ante Togo que se merecían estar en la siguiente fase, pero era tarde para comandar un grupo en el que los helvéticos no fallaron y quedaron segundos dejando en octavos un duelo apasionante con sus vecinos transpirenaicos. Corea aún seguía en una nube tras su Copa del Mundo de hacía cuatro años, batallaron hasta el final contra los galos después de vencer a Togo en la primera jornada, pero quedaron fuera después de hincar la rodilla frente al combinado suizo en el último partido que decidía el pase entre ambos.

Contundente. Así empezó España contra Ucrania y prosiguió contra Túnez para terminar de forma dubitativa en la última jornada y con ya todo resuelto frente a Arabia Saudita. El 4-0 de la jornada inicial con el doblete de Villa, el tanto de Alonso y el postrero gol de Torres tras la jugada individual con ruleta incluida de Puyol aún perdura en la retina de los aficionados a la Roja. Más costó remontar a los tunecinos en la segunda jornada, pero el último gol de Raúl con la elástica española marcó un camino culminado por el niño. Juanito con la testa dejó el pabellón de los suplentes alto antes de recibir a Francia. Entre tanto, el equipo ucraniano se repuso devolviendo el mismo marcador encajado en el duelo inaugural a los árabes y certificó su pase con un gol de Shevchenko para aprovechar el harakiri de los galos en octavos.

Eliminatorias

Las primeras eliminatorias se recordarán por el golazo de Maxi Rodríguez a México en lo que fue el mejor tanto del torneo con una volea memorable desde fuera del área de penal. Un espectacular gol en la prórroga que rompía la igualada entre dos equipos que abrirían rápidamente el marcador. De igual manera, con tantos tempraneros, Alemania finiquitaría 2-0 gracias al doblete de Podolski sobre Suecia. Maniche decantaría para Portugal una batalla contra los Países Bajos que reflejó una dureza desmedida. La campeona, por su parte, tardó en sobrepasar el muro de los canguros y no sería hasta cinco minutos de la prórroga cuando Totti de penalti dejó en la cuneta a Australia en su última participación representando a Oceanía. Suiza y Ucrania llegaron a los penaltis para que los helvéticos se quedasen sin anotar ninguno en la víspera del último gol del máximo anotador en los mundiales, Ronaldo, en la goleada 3-0 de la canarinha contra Ghana. El último partido de los octavos sería el que más goles dejó, con una remontada de Francia que sirvió para mostrar al Mundo la calidad de un joven Ribéry que sobresalía sobre una veteranía sobradamente preparada liderada por los minutos finales de Zidane tal y como pudo ver la selección española en su última eliminación sin llegar a la final en un campeonato.

Los cuartos de final dejaron como seña de identidad la equidad de todos los cruces en contraste con la desnivelada batalla en favor de Italia con Ucrania como oponente. Zambrotta no tardaría en desequilibrar la balanza y Luca Toni terminaría de certificar el pase a semifinales de los transalpinos con un doblete. Horas antes el anfitrión había llevado a una nueva prórroga a Argentina gracias a un tardío gol de Klose para en los penaltis imponerse gracias a los fallos del anteriormente goleador Ayala y Cambiasso. También desde la pena máxima se decidiría la batalla entre ingleses y lusos que rememoraba lo acontecido dos años atrás en la Euro, con sorpresa en favor de los íberos de nuevo tras nuevos fallos de especialistas –esta vez Gerrard y Lampard-. Brasil abdicaría en favor de la última exhibición futbolística de Zidane.

El tiempo suplementario volvía a cruzarse en el camino de la Mannschaft y la Azzurra. El muro italiano contrarrestó las acometidas teutonas durante 119 minutos, hasta que sus oponentes no pudiesen hacer lo propio frente a un testarazo de Fabio Grosso. El lateral se impondría a la defensa alemana para adelantar a los suyos, silenciar a un país en el que osas allanar y para más inri dejar en jaque a un equipo para dejar en bandeja segundos después a Del Piero el segundo y definitivo gol. Italia estaba en la final, sin haber sido perforada por ningún rival y con la fortaleza de un colectivo en el que hasta nueve hombres sabían ya lo que era encontrar la red rival. Algo que también haría Zidane contra Portugal, desde los once metros, y para sellar el pase galo a la final contra unos lusos que nuevamente se quedaban sin un título.

La final: Italia - Francia

La final dejaría dos protagonistas. Dos figuras que celebraron antes de enfrentarse. Dos personalidades fuertes de diferente exposición que por unos segundos decidirían cambiar los papeles para que uno de ellos los perdiese en su última acción dentro de un terreno de juego. Antes, aquel galo de estiloso juego y “peinado” incomparable había hecho las delicias del mundo futbolístico con un penal al alcance de muy pocos en el escenario que le rodeaba. Enfrente, el décimo goleador transalpino aprovecharía una de las artes mejor conocidas en el país de la bota. Todo ello para igualar un partido que serviría para dejar una prórroga reducida a la agresión más famosa de la historia de los mundiales como preludio de una tanda de penaltis de destino previsible. Así, con una inmaculada ejecución italiana y el único fallo de Trezeguet, se cerraría el cuarto entorchado mundialista de la Azzurri con el que a la postre sería Balón de Oro alzando al cielo alemán la Copa del Mundo mientras millones de italianos vitoreaban su triunfo.